Evie (Pausada)

Capitulo 25

Ainoha

Tome a Evie, mientras consolaba a Soli, estaba destrozada. Todo era muy extraño...

¿Mato a su esposo y luego se lamenta?

Ella no tiene la culpa de que esa fuerza o ente la posea de tal manera. Ahora vivirá con el remordimiento para siempre.

No paraba de llorar, no sabía como describir el tiempo de llanto que  producía, pareciera que tiritaba mientras estaba sentada en el suelo.

Su alma estaba siendo perforada por el dolor, seguramente miles de imagen de ellos pasaban por su cabeza y no paraban, su primera cita, su primer beso, su boda, su primera noche juntos, todo la torturaba, cada espacio de su habitación y el castillo la mataban de a poco.

Jerek, quedó por poco acostado al lado de su hermano, totalmente roto y sin ánimos de nada, sólo quedándose con el triste recuerdo de su compañero asesinado, con una perforación en el estómago y su sangre esparciéndose por todo el lugar.

Aranzazú y Athanas, estaban sentados junto a Soli, sentados más bien en un sillón de metal, calado y perfectamente diseñado con flores de hierro.
Se que no eran de fiar  y no los tendría que haber hecho entrar al castillo, podrían aprovechar la oportunidad de conocer el lugar donde vive "Su hechicera".

Pero en este momento me sentía angustiada y preocupada por Jerek, Evie dormía en mis brazos, no la quería llevar a la alcoba a  dormir, por precaución. No se en que momento todo el reino, Sargoth y los siervos del castillo se enteraron del terrible acontecimiento.

Todos apreciaban a Thais, uno de los príncipes más carismático, gracioso y bondadoso del reino. Siempre  hacia chistes a todos aquí, hasta los cocineros y doctores del reino.

Sinceramente, se iba a extrañar su presencia, Evie estaba plácidamente dormida, en mis brazos, gracias a el. Siempre será un buen recuerdo para mi, del mejor cuñado que pude haber tenido.

–Disculpen la intromisión, siento mucho el fallecimiento del Señor Thais y...

–Vete, vete, vete–gritó a Helga, las lágrimas rodaban por la blanquecina piel de su rostro rápidamente.

--Tranquila, Soli, Tranquila – bajo su cabeza y siguió llorando en silencio. Me levante como pude, cuidando que Evie no despertara.

–Lo siento, señora–se disculpó Helga, cabizbaja.

–Esta bien, querida. No te preocupes–levante su rostro, en modo de animamarla un poco por los gritos de Soli. –Trae un poco de agua, por favor –ella sólo asintió.

Salió rápidamente del lugar, jamás habían tratado de esa manera a Helga, por lo menos en este castillo, comprendo a Soli, pero también a mi sierva.

Sabrinne no sabía donde estaba, la necesitaba para que cargara a Evie. Mis brazos, en cualquier  momento caían, la tensión que había hacia doler mi cabeza.

A lo lejos del pasillo se veía corriendo a Helga y Sabrinne, desesperadas, llorando.

–El señor Jerek...–pronunciaron agitadas– está acostado al lado de Thais...

–Eso lo se, chicas–pronuncie, analizando lo que querían decir.

–El señor no se mueve, no respira, señora.

Mi cara quedó paralizada, todos quedaron estupefactos.

No, Jerek, No

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Después de tanto, volví
Esperó que les guste

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