Capítulo 3.

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-¡Hola preciosa!.-Salí de mis pensamientos de un salto, era Lorie.

-Hey, hola. ¿Cómo estás querida?.- Le respondí con un abrazo.

-Uy, ¿y esa cara?.

-¿De qué hablas?.-Dije confundida.

-A mi no me engañas Bárbara, dime que ocurre.-Dijo frunciendo el ceño.

No me gustaba ocultarle nada a Lorie, así que por mi bien, era mejor que le cuente todo, no sé mentir.

-Es que mira.- Le di la pequeña nota.- Me han dejado esto aquí, ¿tienes idea de quien podría haber sido?.- Mira la hoja un poco confundida.

-No, no sé quien pudo haber sido, pero no te preocupes, me infiltraré como agente del FBI por ti pequeña. Ahora, vamos a clase, el señor Frenderznach nos regañará, y, ¡maldición! Vamos tarde.

Tomo de mi muñeca mientras corría por el pasillo, empujando a quien se le cruce hasta que ¡BOOM! Choqué con alguien haciendo que se cayeran todos los libros que traía en el brazo.


-¡Dios santo! Lo siento mucho.- Dije levantando lo libros.

Inmediatamente se agachó a ayudarme a recogerlos.


-Tranquila, está bien.- Respondió con una pequeña risa entremedio.


Entonces levanté la mirada, y me encontré con alguien que no había visto nunca. Tenía cabello negro y largo hasta encima de los hombros, los ojos verdes brillosos y preciosos que jamás vi. Y así nos quedamos, un minuto mirándonos fijo, como si nunca hubiéramos visto a nadie igual, como si fuésemos unicornios mirados por niños pequeños. Hasta que la campana nos levantó de nuestros pensamientos y nuestra pequeña hipnotización, si es que le puedo llamar así.

Rápidamente bajé la mirada y seguía levantando mis hojas. Sentía su mirada sobre mi, y mis mejillas comenzaron a arder de lo rojas que estaban. Se levantó y me tendió su mano; rápidamente la tomé y me levanté.


-Soy Kellin. Kellin Quinn.- Se presentó con una sonrisa y un saludo de manos.

-Soy Bárbara.- Le sonreí.- Un gusto.

-El gusto es mío.- Me devolvió la sonrisa.- ¿Hacia donde ibas tan deprisa pequeña?.- Me miraba fijo, su mirada era tan hipnotizante y preciosa. Él era hermoso.

-Iba a clase, mi mejor amiga me tomó y sólo comenzó a correr.- Ambos echamos a reír. ¡Jesucristo! ¿Acaso no hay nada feo de éste chico? Es perfecto.

-¿Quiere que la escolte hacia su clase señorita?.- Dijo imitando a un mayordomo.

-Claro que sí.- Sonreí.

Comenzamos a caminar por los largos pasillos de la escuela, ninguno decía nada.


-Entonces, ¿eres de por aquí?.- Me dispuse a preguntar.

-Nop, la verdad no. Llegué hoy, pero antes de clase estuve ayudando al profesor de Química con el laboratorio.- Contestó.

-No me gustaría tener rivalidad contigo en la feria de ciencias.

-¿Qué? No no, claro que no. Es mi tío.-Dijo con indiferencia.

-Ay no puede ser.- Dije sombrada.

-¿Qué sucede? ¿Acaso ya no me hablarás por eso?.- Dijo frunciendo el ceño.

-¡Para nada! ¿Acaso crees que yo dejaría de hablarte? Eres la persona que me ayudó a levantar mis libros de nerd. Nadie lo ha hecho, imagínate, es el primer día de clases.- Sóltó una pequeña risa.

-Entonces, ¿te llamó luego?

-Espera, ¿qué?.- Dije confundida.

-Un gusto Bárbara.- Me dio un beso en la mejilla y empezó a correr.

-¿Espera! ¿Cómo sabes mi número?

-Am, ¡sólo lo sé, por cierto, eres preciosa!.- Gritó del otro lado del pasillo.

Automaticamente me sonrojé. Entré a clase y vi el rostro del profesor, no se veía contento, como siempre.

-¿Puede decirme usted dónde estaba señorita Johnson?.- Dijo enojado y con tono frío.

-Lo lamento señor Frenderznach, se me ha hecho tarde.- Respondí y cogí el banco junto a Lorie.

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Arriba les dejo una foto de Lorie, ¿verdad que es preciosa?💝

Mí estúpido niñero.Where stories live. Discover now