Mí estúpido niñero.

Capítulo 7.

Casi sin darme cuenta estaba en el suelo, otra vez; pero nadie tiró mis libros, lo hice yo sola, la diferencia es que esta vez ayudaron a levantarme.

-¿Tienes esa costumbre de caerte al suelo, cierto?.- Dijo Kellin riéndose.
-¿Qué es lo gracioso? Dime porque no me causa gracia.- Respondí enfadada. No estaba siendo un muy buen día.
-Tranquila, Bárbara.- Dijo tomando mi mano y levantándome.- ¿Quién te puso así?.- Me dio mi bolso.
-Perdóname, la verdad es que no está siendo un muy buen día y me duele mi cabeza así que por favor no colmes mi paciencia.- Lo dejé con las palabras en la boca y comencé a caminar a paso rápido. No funcionó, pues Kellin me alcanzó.
-Diablos, sí que estás de mal humor. ¿Acaso estás enfadada conmigo?.- Preguntó sin quitar los ojos de mí. Rodeé los ojos sin darle una respuesta. Salimos del instituto y Kellin seguía detrás de mí.- Maldición, respóndeme.- Tomó de mi brazo con fuerza.
-Kellin, suéltame.- Dije mirándolo fijo.
-No hasta que me des una respuesta.- Entonces comenzó a presionar con fuerza.
-Ya suéltame, me lastimas.
-¡Cállate! ¿Disfrutas verme como un maldito perro detrás de ti? ¿Qué clase de persona crees que soy? Ah no espera, tú eres la que se comporta como una perra, y déjame decirte que lo haces muy bi...- Casi sin mediar palabra le di una bofetada con mi mano izquierda, cada palabra que me decía me dolía, sentía una punzada en el pecho con cada pequeña cosa que lanzaba de su estúpida boca.
Quedó confundido, giró hacia mí mirándome con el ceño fruncido. Me estaba asustando. Y en un abrir y cerrar de ojos estaba zarandeándome.

-¡No vuelvas a ponerme tus malditas manos encima!.- Y así de rápido Kellin estaba en el suelo, y Harry delante mío.
-¡Tú no vuelvas a tocarla!.- Gritó Harry dando un paso adelante. Kellin se levantó agarrando su rostro; Harry lo había golpeado.
-¿Qué pasa, Harry?.- Sonrió irónico.- Los amigos comparten la carne.
-Y una mierda.- La mandíbula de Harry se tensó y apretaba sus puños como si estuviera a punto de estallar.- No soy tu maldito amigo, y ahora lárgate o te romperé las putas piernas.- Kellin lo observó un momento.- ¡Que te largues!
-Esto no se queda así, Harry, y tú lo sabes.- Ahora ya no sabía de qué diablos estaban hablando. Kellin se marchó y Harry seguía tenso.
-Harry...- Susurré. Rápidamente posó sus ojos en mí y su cara cambió de enfado a preocupación y sus ojos se iluminaron. Se acercó a mí examinando mi rostro.
-¿Estás bien?.- Preguntó. Comenzó a examinar mi brazo. Tenía un pequeño moretón y los dedos de Kellin marcados.
-Sí, estoy bien. Gracias.- Entonces sus ojos se volvieron a encontrar con los míos y tomó mi rostro entre sus manos.
-Esto es lo mínimo que puedo hacer por ti. No tengas miedo, estoy aquí y no voy a quitarte los ojos de encima.
-Puedo cuidarme sola, ¿sabes?- Fruncí el ceño.
-Lo sé, pero de esto no puedes zafarte. No conoces a Kellin.- Dijo quitando la vista y apartando sus manos de mí.
-¿Y tú sí?.- Pregunté con un tono frío.
-...Sí, le conozco. Así que por favor, aléjate de él Bárbara.
-¿Por qué habría de hacerte caso?
-¿Estás loca acaso? ¿Eh? Si yo no llegaba quién sabe qué habría pasado.- Respondió enojado y distante.
-Perdóname. Tienes razón Harry, gracias.- Dije apenada.
-Ya está bien. Vamos, te acompaño a casa, es posible que este idiota regrese.

Tenía miedo y comencé a mirar a mi alrededor, es posible que este idiota regrese esas palabras no dejaban de sonar en mi cabeza durante el trayecto a casa. Conocí un lado de Kellin que era impensable, y me asustó.

-¿En qué tanto piensas?.- Preguntó.
-¿Ah?.- Soltó una risa.
-No temas, estoy aquí. Ya cálmate y cuéntame, ¿por qué te tomó así?
-Es que no había ido un buen día y estaba enfadada y no sólo con él. Una cosa llevó a la otra.- Respondí con indiferencia.
-¿Por qué no ha sido un buen día?.- Se puso serio.
-Mi humor es raro.- Ambos reímos. Tenía una sonrisa preciosa.- Así que te compadezco por estar aquí conmigo.
-Si aguanto a mi hermano, ¿por qué no te aguantaría a ti?
-Tienes razón.- Sonreí.- Harry oye, ¿puedo preguntarte algo?
-Claro, pregúntame lo que quieras.
-¿Tu hermano es gay?.- Pregunté sin rodeos. Harry me miró de inmediato.
-Lo es, ¿por qué preguntas? Y, ¿quién te lo dijo?
-Curiosidad. Además, me lo han dicho varias personas del instituto y personas que ni conozco, así que no preguntes quienes eran.
-Ya veo. Tranquila, mi hermanastro es muy obvio.
-Espera, ¿hermanastro?.- Pregunté confundida.
-Sí, hermanastro, ¿no lo sabías?
-No no, ¿como es la cosa?.- Pregunté.
-Su madre está casado con mi padre, y ya. Lo detesto y el a mí.- Respondió.
-Entiendo, ahora yo te compadezco; y, ¿sabes algo? También me dijeron que tú eras gay.-Dije riéndome. Harry me miró con enfado.
-¿De qué hablas? Yo no soy gay, Bárbara.- Su calma desapareció.
-Sólo fue un comentario, tranquilo.
-Lo que digas...- susurró.

El camino a casa siguió normal, Harry me habló de sus años en la secundaria, de las fiestas sin control y la primera vez que se emborrachó. Era una persona divertida, misteriosa y agradable.
La pregunta rondó en mi cabeza, ¿quién era Harry Styles?

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Harry en multimedia!☺️