Capítulo 8.

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   Al llegar a casa, ésta estaba de cabeza. Los platos en el lavabo, el piso con tierra y la mesa llena de cosas. "¿Cómo diablos sucedió esto en tan solo unas horas?" Pensé. Sea lo que sea que haya hecho esto, tendré que limpiar; eso hice.

*17:30 pm*

Terminé de limpiar, mamá y papá aún no llegaban, así que subí a darme un baño; mamá tocó la puerta.

-¿Si?.- Pregunté.
-Bárbara, baja un momento por favor.- Me pidió mi madre.
-Claro, enseguida.- Tomé una toalla y con ella me cubrí. Entonces bajé quedando muy confundida.
-Bárbara.- mi madre estaba vestida de lo más elegante al igual que papá.- Tendremos que salir y volveremos mañana por la tarde.- Dijo guiñándome un ojo.
-Tienes niñero.- Me dijo papá. Sonó el timbre y mamá fue a abrir; allí estaba Harry.
-¿Es una broma?.- Exclamé, Harry me miró.
-No Bárbara no es una broma, compórtate. Entiéndanse, de seguro se caen bien.- Se despidieron dejándonos solos y en un silencio incómodo, pues yo estaba en toalla.

Pude sentir la mirada de Harry sobre mí y mis mejillas comenzaron a arder.

-¿Qué pasa, pequeña? Creí que te gustaría que sea tu niñero.- Dijo coqueto y acercándose a mí. Di un paso atrás, maldicion seguía en toalla.
-Espérame, voy a cambiarme y luego sigues.- Levanté una ceja dándome la vuelta, subiendo el escalón, Harry me tomó del brazo haciendo que de la vuelta cayéndome sobre él.
-¿Qué te pondrás?.- Preguntó. Nuestros labios rozaban y Harry me tomó de las piernas para que no pueda levantarme.
-¿Y a ti qué mosco te picó?.- Le pregunté intentando zafarme de su agarre pero no funcionó.
-Nada, ¿por qué debería picarme algo?- Acomodó mi cabello detrás de mi oreja. Hasta que sentí sus manos en mis muslos haciendo que me tense.
-H-Harry, déjame su-subir por favor.- Tartamudeé.
-Ya estás encima.- Dijo coqueto mientras acariciaba mis muslos.
-No, hablo de mi habitación.- Afirmé. La única forma de poder irme era haciéndole cosquillas y eso hice. Harry comenzó a reírse y subí corriendo, éste venía detrás. Llegué a mi habitación y cerré la puerta con llave.
-Vamos, Bárbara. ¿Quieres pizza? Pediré pizza.- Viejo truco, utilizar el soborno; pero era pizza, iba a bajar.
-Pide dos, gracias.- Dije riéndome.

Me vestí con mi pantalón de pijama y una remera negra al cuerpo que hacía que mi busto se notara bastante. Me puse medias y mis pantuflas, cepillé mi cabello y lo seque haciéndome una coleta alta. Bajé y Harry no estaba, ¿se había arrepentido de cuidarme? O simplemente se sintió incómodo con lo que hizo.
Me dirigí a la cocina, estaban las pizzas así que me busqué un vaso y me serví Coca-Cola. La puerta de la entrada se había abierto, al darme vuelta me encontré con Harry lleno de bolsas de supermercado.

-¿Pero qué diablos?.- Me acerqué a ayudarle.- ¿qué es todo esto?
-Comida, hoy no dormiremos. Ah y, rente unas películas.- solté una risa y Harry me sonrió.
-Que linda eres.- Dijo mirándome fijo. Rápidamente lo miré y rodee los ojos.
-Ya cállate y lleva eso al living, yo llevo la pizza.- Tomé las cajas de pizza y las dejé en la mesa baja de la sala, busqué la gaseosa y serví en los vasos. La primer película era Romeo y Julieta. Harry era todo un romántico. Éste se acomodó en el sofá, yo me senté a su lado.

La película transcurría normal, estábamos en silencio y comiendo. Estaba tan concentrada que no me di cuenta que Harry pasó su brazo alrededor de mí. Lo miré un momento. Era demasiado lindo, ahora entiendo porque me gustaba, siempre lo había hecho; estar así con el chico que me gustaba era precioso.

*FLASHBACK*

-Harry, eres un tonto.- Dije sacándole la lengua.
-Tú eres la tonta Barbie, tú te caíste no yo.- Se acercó a examinar mi herida.- Sana sana.- Depositó un beso en mi herida. Lo observé. Se sentó a mi lado y nos miramos y sin pensarlo nos dimos un besito.
-¡Puag, Harry!- Exclamé.
-Bárbara, ¿por qué lo hiciste?.- Nos limpiamos la boca.
-Adiós tonto.- me levanté del banco yéndome a casa.

*FIN DEL FLASHBACK*

Me acurruqué a su lado, éste me abrazó aún más fuerte dando un beso en mi frente. Cerré los ojos al sentirlo, no podía gustarme tanto. Pero, ¿esto era correcto? *¡Claro que es correcto, Bárbara!* Posé mi mano en su pecho.

-¿Sabes algo?.- Susurré.
-¿Mm?
-De hecho, es más que una confesión.-Reí por lo bajo.
-Dime pequeña.
-Siempre me has gustado.-Mi tono de voz cambió. Se quedó en silencio un momento y acariciando mi cabello.
Suspiró.- Tu también me gustas, Bárbara.

    Nada me hizo mejor que escuchar eso. Después de todo, tenía motivos para creerle.
   Terminé quedándome dormida.

Mí estúpido niñero.Where stories live. Discover now