Capitulo 20.

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   Había elegido un conjunto súper casual, pero elegante, era un vestido negro pegado al cuerpo junto con una chaqueta de cuero negra también.

   Tenía muchísimas incógnitas en mí cabeza sin resolver, Harry jamás se había comportado así conmigo y no ignoro que me sorprendió. Sabía muy en el fondo que hacía mal al salir con Andrew, pero lo ignoré, no estaba pensando en frío, y también sabía bien que todo lo que haga ésta noche, traería consecuencias y decepciones. Pero ahora mismo, no me importaba más nada que distraerme, y quién mejor opción que Andrew para eso.

   Esperé afuera del porche de mí casa, era una noche tranquila, una noche ideal con demasiadas estrellas y con una suave brisa que acariciaba mí cara y elevaba mí cabello.
  Un coche negro apareció de la oscuridad aparcando frente a mí; Un chico alto con cabello negro salió de adentro fumando, era tan sensual, su aire a chico malo me generaba un tembleque de piernas que me encantaba sentir, una sensación a miedo y peligro me invadían cada vez que lo veía; Andy.

  Automáticamente sonreí, éste me miró y exclamó:

- Pero mira nada más... Dejaste de ser la niña de todos los días. Ahora eres toda una mujer, sensual mujer.-sonrió travieso.

- ¿Te sorprende? Podría vestirme así todos los días si quisiera.- contesté de la misma manera en la que miraba.

   Ambos reímos para seguido subirnos al coche que nos llevaría a una fiesta que posiblemente no terminaría bien, pues Harry estaba en mí mente a cada segundo.

   Llegamos a una casa enorme, de dos pisos, que hasta donde yo sabía, estaba abandonada. En el camino, Andrew me comentó que hicieron de ese lugar su propio especie de "refugio", ahí celebraban las fiestas más locas, y estaba en un barrio muy alejado de la ciudad.

   Al ingresar a la enorme casa, sentí un leve escalofrío, una sensación extraña. La música retumbaba en mis oídos, estaba demasiado fuerte, también había alcohol por doquier, un grupo fumando Marihuana, otros besándose, otros teniendo incluso sexo. La gente se empujaba dentro de la pista, pero podría decir que se sentía bien.

   Estaba rompiendo las reglas, lo sabía y no me importaba, me sentía bien, sentía que ésta noche era mía y que nadie, absolutamente nadie, me la iba a arrebatar.

   Andy me trajo una cerveza, entre risas y charla no me di cuenta cuántas tomé, y lo peor, era que seguía tomando más y más.
   Ya me sentía mareada, y Andy también, pero no nos impidió ir a bailar.
   Andy se colocó detrás mío, y me tocaba las caderas con lujuria al ritmo de la música, mientras que yo me encargaba de moverlas. Me dió vuelta, puso su mano en mí nuca y me besó con fuerza.

- Ven...- Me dijo al oído.

   Lo seguí y dimos con una habitación, al entrar supe enseguida lo que sucedería. Estaba delante mío, y no dude en empujarlo a la cama para subirme sobre él y besarlo. Se quitó su camisa y yo mí chaqueta, los besos no paraban, incluso tenía que separarme para poder respirar.

   Al momento de desabrochar su pantalón y subirme el vestido, Harry apareció en mí cabeza y no dudé ni un instante de separarme de sus labios. Así que lo hice.

- Espera, esto está mal...- dije tomando mí cabeza entre mis manos.- Casi tenemos sexo, maldición.

-¿Y qué, princesa?.- respondió para querer acercarse a mis labios otra vez. Pero retrocedí.

- Que tengo novio, y sí, estoy un poco ebria pero ni aún así le sería infiel. Esto estuvo mal de un principio, lo sabía...- Dije para seguido levantarme y tomar mí chaqueta.

Mí estúpido niñero.Where stories live. Discover now