Treinta y seis.

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Editado.

—No veo por qué te haces tanto problema —Hara se recargó en la mesa de la vacía cafetería —. Él te dijo que sí te quería, y por lo que veo tu también lo haces.

Suspiré, ni mi amiga ni el capuccino me estaban ayudando en ese momento. Miré a mi lado, en donde Chanyeol estaba concentrado comiendo la espuma de su café y Baekhyun miraba a Hara confundido.

¿Chanyeol y café? Nada bueno podía salir de eso.

—¿Qué dices, Hara? —frunció el ceño mi mejor amigo —. Sabes que Sehun la hizo cornuda.

Baekhyun parecía no tener sentimientos a veces, nunca iba a lograr entender como podía decir las cosas con tanta sencillez. Como si fueran simples bromas.

Pero en realidad eran todas verdad. Eran la verdad que no estaba distorsionada para no herir sentimientos.

—¡Hey! sigo aquí. —reclamé, ofendida.

—Lo sé, tranquila, cariño —pasó una de sus manos por mi húmedo cabello —. Pero es la verdad.

Todos estábamos en silencio. Mi mente estaba en blanco, suponía que los demás estaban pensando en algo en concreto, mientras yo no podía.

Chanyeol golpeó su cuchara contra la mesa, llamando nuestra atención. Se veía un poco alterado, aunque las marcas de la espuma de su café a los costados de su boca le quitaban algo de seriedad.

—¿Sabes, HeeSook? —me miró fijamente, lamiendo la espuma de su boca —. Estoy harto de que sufras por el mapache, pero estoy seguro de que no sufres porque te engañó. Lo haces porque no estás con él.

Ninguno de nosotros podía cerrar la boca gracias a la sorpresa. Channie parecía de repente serio, cosa que no estaba acostumbrada a ver.

Fue tan extraño verlo así.

—Yo creo que deberías ir con él y decirle que lo extrañas —continuó, decidido a dejar su opinión más que clara —. Como dijo Hara, Sehun ha dicho que te quiere, ¿entonces qué esperas?. Las personas aprenden de sus errores, Sookie... Si no mírame a mí, yo aprendí que el fuego es peligroso por meter mi mano en la estufa para ver si estaba caliente. Las personas cambian.

¿Quién diría que el aniñado y alegre Park Chanyeol podría tornarse serio y muy sabio?

(...)

Escuché las pisadas de mi padre por el pasillo, sabía que era él porque arrastraba los pies al caminar. Inmediatamente miré a la puerta, para luego verlo aparecer.

—Hija, hay alguien esperándote afuera. —me avisó, sin siquiera poner un pie en mi habitación.

—¿Quién? —pregunté, colocándome mis pantuflas azules, que por cierto hacían un ruido muy molesto.

Mi tía me las había regalado y por eso no podía tirarlas a la basura.

Mi padre ya había desaparecido para cuando formulé la pregunta, así que no quedaba más que bajar a ver. Mi cama pedía a gritos que volviera a entrar en ella, malditas visitas.

Bajé las escaleras con pereza... creo que yo hacía todo con pereza. Cosas de la vida.

Caminé a la puerta y vi ese rostro tan familiar que había estado atormentando mis pensamientos por horas, la razón de mis lamentos y charlas con mis amigos; el famoso Oh Sehun.

Por eso mi padre no quiso decirme. No sé cómo hace, pero consigue enterarse de todo, por lo tanto sabía que las cosas entre Sehun y yo iban más que mal.

Di un paso afuera, callada, y cerré la puerta tras de mi. Todo eso bajo la mirada del señor “aparezco en tu casa cuando se me plazca”.

Puse mis brazos al rededor de mi cuerpo, la brisa estaba fría y yo apenas andaba en mi pijama.

—¿Qué haces aquí? —fui al grano, intentando no temblar.

La conversación con Chanyeol se repetía en mi mente, una y otra vez. ¿Chanyeol estaba en lo correcto? sí, sí lo estaba. Pero aceptarlo en frente a Sehun era diferente.

—Quería decirte algo —rascó su nuca, nervioso —. Pero necesito que no me interrumpas y que sepas que no pretendo hacer que me quieras otra vez... simplemente quiero que lo sepas.

—Está bien. —asentí, curiosa por lo que iba a decirme. Sehun estaba siendo una máquina de sorpresas en el último par de días.

—Yo.. este... —parecía inseguro de decir lo que sea que quería decir —. Es que yo nunca quise a JongHoon.

Abrí mis ojos lo más que pude, a punto de hablar, hasta que recordé lo que él había dicho.

¿Qué diablos estaba diciendo ahora? Esperaba cualquier cosa, excepto eso. Realmente estaba sorprendida.

—Ella me obligó a dejarte —bajó la mirada, otra vez avergonzado —. No sé cómo, consiguió una cosa tuya íntima, ni siquiera me mostró qué era por completo; solo una parte. Dijo que si no estaba con ella iba a mostrársela a todos. Me vi obligado a hacerlo. Luego de un tiempo logré quitarle ese estúpido cuaderno tuyo, creo que era un diario, no lo sé, así que finalmente estaba libre de ella. Siento mucho todo lo que te hice, no sabes lo difícil que fue ser indiferente contigo.

Me tomé tiempo para analizar todo, pero las piezas del rompecabezas iban cayendo solas. El diario, sabía que era, una estupidez que tenía un año atrás en donde anotaba todas mis fantasías con famosos y etc, lo había olvidado. Entonces, me di cuenta de que JongHoon lo había tomado aquella vez que se quedó en mi casa, mientras yo no estaba.

¡Sí que era una perra!

—¿En serio debería creerte? —bajé la voz, aún intentando asimilar todo. Era muy probable que él dijera la verdad.

Lo vi acercarse, sacándose la chaqueta y dejándola en mis hombros, para luego bajar la cabeza y pegar su frente contra la mía.

Él sabía mis debilidades, maldito.

Envolvió mi espalda con sus brazos, sin llegar a pegarse a mti. Ni siquiera se había movido.

Ahora sí me miraba a los ojos y yo a él.

—Por favor. —suplicó, entrecerrando sus ojos, estaba casi rogando.

Eso es todo. A la mierda.

✏✏✏

안녕하세요!!

Acá está en ante último capítulo. Mañana es el último...

Wa a shorar.

Espero que este les guste, ¿habrá una venganza contra JongPoon?...

En fin, ya saben que hacer si les gustó el capítulo, y preparense.

Y, por último, perdón por la hora es que estuve todo el día afuera y blablabla. Por lo menos ahora sé que existe un mundo afuera de mi habitación..

Sin más, me despido.

¡Adiós!

-FxckingTae (aka. Lola)

¡Hey, Sehun! [Oh Sehun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora