Adentrándose en la ciudad.

3.1K 309 27
                                    

Los guardias que custodiaban el puente eran ciertamente intimidantes, pero les prestaba poca atención. Casi todos mis sentidos estaban enfocados en las puertas que precedían la entrada a la ciudad que aguardaba arriba. El Emethia que actuaba como nuestro guía caminaba delante, en un avance lento, pero solemne.

Aria venía detrás de nosotros, un poco antes el Emethia se presentó ante nosotros para llevarme a la ciudad. A petición de Clarisse accedió a que llevara un acompañante, pero por alguna razón puso como condición que fuera Aria, quien en ese momento estaba ayudándome a poner algo de poción en los moretones que me hizo Tyna el día anterior, después de que les dijera lo que me comento el duque en Mirie.

Lo que hizo enloquecer a mi hermana no fue que les ocultara eso, si no mi respuesta cuando me preguntó el porqué. Yo le respondí con sinceridad que lo había olvidado. Y era verdad, no había vuelto a pensar en eso desde que partimos de Mirie ya que no lo consideraba algo demasiado apremiante, mi cabeza estaba llena de otros asuntos mucho más urgentes. Pero mi sincera respuesta provoco que Tyna se enojara más allá de lo normal y me azotara con sus látigos hechos de sombras. Creo que no hubiera pasado si le hubiera dicho que fue para protegerlos. Solo dejó de golpearme para sacarme toda la información de mi charla con el duque.

Es cierto, él me dijo que no hablara sobre eso, pero no confió en ese tipo y él no sufrió la golpiza, así que da igual. Es más, debí echarle la culpa para evitar ser castigado, pero se me ocurrió demasiado tarde.

Sin embargo no me dolieron los golpes, incluso creo que, pese a estar furiosa, Tyna se contuvo bastante. Digo, la he visto atravesar monstruos con ellos, a lo mucho se podría decir que me estaba dando palmaditas. Lo que me dolió fue ver la expresión de decepción reflejada en los ojos de Clarisse y Aria al pensar que tal vez no confiaba en ellas, no era muy notoria, pero estaba ahí. Sarel, en cambio, no mostraba expresión alguna, lo que sin duda dolió más. Creo que él ya estaba enterado, pues supo que hable con su amigo, pero estaba decepcionado, ya que quería a que yo se lo dijera.

Cuando Tyna se dio cuenta de cómo me veían destruyo los látigos y me ayudo a levantar, pues sabía que si se ponían así con eso, cuando se enteraran de lo que les ocultábamos, su reacción podría ser demasiado para nosotros.

Al mirarnos a los ojos nos dimos cuenta que ahora también nos guardaríamos aquello por miedo a ganarnos su desconfianza. Al parecer ambos nos habíamos acostumbrado demasiado a la compañía de los otros, si hubiera pasado unos meses antes, posiblemente no nos habría importado. Incluso las cosas habían cambiado entre nosotros, a pesar de ser gemelos puedo contar con mis dedos las pocas veces que interactuamos mientras estábamos en el pueblo. Incluso solo necesitaría una mano.

Suspire al recordar eso. En parte era bueno, ya que me estaba acercando a otras personas, pero por otro lado me daba miedo, no sabría como reaccionar si algún día se iban, ese tipo de cosas eran nuevas para mi.

Las enormes puertas, creadas a partir de un material parecido al rubí, se abrieron por si solas para dejarnos el paso libre. Los guardias se mostraron reticentes al vernos, pero a una señal del Emethia se hicieron obedientes a un lado. Podría decirse que era una falla de seguridad, pero ninguno de los guardias de las razas bestia nos siguió dentro de las murallas, al parecer ellos también tenían prohibido pasar.

Me sorprendí al ver la ciudad por dentro, era muy limpia. Las calles estaban pavimentadas con piedras de color amarillo transparente, pulidas hasta quedar completamente lisas y en patrones romboidales, sin embargo no se veía ningún medio de transporte, todos los transeúntes andaban a pie mientras leían informes o hablaban con algún otro Emethia. Tampoco podía distinguir los hombres de las mujeres y no se veían niños por ningún lado.

Theria Volumen 1: Un Nuevo Mundo.Where stories live. Discover now