Capitulo 4. Tienes una historia interesante

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ANAIRAM

Al salir del aula, me dirigí al casillero a esperar a Sofhia.

Comencé a ver a todos los estudiantes. No eran tan diferentes como yo.

Llegue al casillero. Metí los libros de historia y saqué los de Física. ¡Uy guacala! Física.

Odio esa asignatura, me da dolor de cabeza con solo pensarlo, pero bueno, tengo que pasarla ¿no? Así que, que mas da.

Al sacar el libro y cerrar el casillero, me encontré con el chico que estaba conmigo en la clase de historia. <<el raro>>

Me dio un tremendo susto tenerlo al lado y no notar su presencia hasta ahora. Su mirada me acosaba y a la vez me hacia sentir pequeña ante él. Nunca me había pasado.

<<Anairam será mejor que te vayas de aquí cuanto antes, puede ser un acosador, o un violador. Quien sabe.>> esta vez mi subconsciente tenia razón. Opte por hacerle caso y comencé a caminar en dirección opuesta.

—¿Sabes? Anairam, me parece extraño que a mitad del lapso escolar tú y tu amiga, se integren a este instituto— Me paré en seco, y lo mire. ¿Qué tenia de raro?, yo lo veía de lo más normal.

Camine a paso lento hacia mi casillero donde se encontraba él recostado. Se veía tan joditamente bien, parecía un modelo sacado de revista y hacia que me pusiera nerviosa a cada segundo que pasaba a su lado.

Llegue al casillero. Comencé a sentí un leve cosquilleo. Mi mirada se coló con la de aquel joven y se sintió tan jodidamente bien, fue como una corriente en todo el cuerpo.

—Tienes una historia interesante... ¿Me la podrías contar?— Agregó. Él chico sonrió enseñando su perfecta dentadura.

Lo miré molesta. ¿No tenia algo mejor que hacer, qué merodear en la vida de los demás?. Yo no puedo estar contando mi vida así como así.

—No es de tu incumbencia — solté amenazante. ¿Quién se creía?, ¿qué por tener cara bonita, ya tenia todas y conseguía lo que quisiera?, pues conmigo se jodió. Yo no soy tan ilusa como las otras.

Me miró sorprendido y con una pizca de diversión en sus ojos. Los alumnos comenzaron a dejar los pasillos desiertos.

Iba a decir algo más, pero lo deje con la palabra en la boca cuando me vio dándole la espalda completamente.

Iluso.

HUMTER

No estuvo bien decir eso, pero me he contenido toda la clase para no tomarla y besarla ahí mismo. Estábamos rodeados de mundanos y no podía actuar por impulso. Anairam es mi mate y esta vez no se me iba a escapar.

Suspire y la seguí corriendo. Los pasillos ya se encontraban desiertos, pero cruzando una esquina se encontraba Ana. Corrí la rápido y la tome del brazo. Se tenso y miró sobre su hombro, cuando se percató de quien era, vi como revoloteo los ojos. Contuve una sonrisilla,

—¿Qué quieres? — dijo con los labios apretados. Miré hacia ambos lados y al percatarme que no había nadie agregue.

—Yo nada— solté sin más, pero su sola presencia, me quemaba, parecía una llamarada de fuego que me podía consumir o salvar de sus garras.

—¿Me puedes soltar? — susurró más tranquila — voy tarde a clase — Mis impulsos junto a ella eran más y más. Cada segundo, sin probar sus labios y tenerla junto a mi, así pegaditos, era un maldita tortura.

—Esta bien— la solté, pero en un abrir y cerrar de ojos tenia a Ana bajo mi cuerpo y sin pensármelo dos veces la pegué de la pared más cercana. Me miró aterrada, pero yo ya no controlaba mi cuerpo, mi lobo lo hacia, y aunque quería recobrar mi cuerpo, no lo hice.

La tuve unos segundos así, piel con piel. Su respiración era agitada, al igual que la mía. Y sin pensarlo dos veces, comencé a orfatearla — o bueno, mi lobo lo hizo — comenzó a reírse un poco, seguramente le causaba risa, pero mi lobo gruñó y ella trató de no moverse. Mi cuerpo comenzó a frotar la nariz con su cuello repentinas veces, frenético con su aroma y eso la puso inquieta.

—Oh Ana, hueles tan bien— agregué con voz ronca— Podría marcarte ahora mismo. No sabes como me e contenido todo el maldito día — Aguantó un jadeo de sorpresa. No se lo esperaba. Comenzó a moverse con insistencia y mi lobo la presiono con más fuerza a la pared,

—¿Mar...marcarme?, ¿A..a qué te refieres?— susurró con voz entrecortada. Ay no, la esta asustando. Trate de retomar el control por primera vez, pero mi lobo no cedía.

—Si, marcarte, y me refiero a que eres mía Ana, solo mía— Susurró con voz entrecortada. Estaba pálida como un papel, y me golpeé mentalmente por seguirla. Tenia que haberla dejado ir sin más.

Siento como de repente deja de forcejar y su peso cae encima de mi. Se ha desmayado. Mi lobo sorprendido, dejó que tomara el control. La cargue en brazos y caminé hacia el auto.

No sabia a donde llevarla. Mi casa no era una opción, mi lobo se podría descontrolar y no quiero ni imaginar que pasaría.

De repente me acuerdo de su amiga. Busco en el bolso de Ana su celular y gracias a la oscuridad, lo encuentro desbloqueado. Comienzo a registrar los contactos hasta que doy con el numero.

¿Ana?, ¿Pasa algo?— susurró su voz a través de la bocina — No soy Ana — dije serio. Por unos segundos no se escucho nada.

¿Quién eres?, ¿y qué haces con el teléfono de mi amiga? — Soltó de sopetón. Alcé las cejas y contuve una risa.

—Soy Harry. Ana se a desmayado. Necesito que vengas a ayudarme — suelto sin más— ¿Harry Connor?— Arrugue mi ceño, ¿Cómo sabe quién soy— ¿El lobito pintón? — Dijo con burla.

¿El lobito pintón?, la única persona que me ha llamado así en toda mi vida, es...

Ahogue un jadeo, y sorprendido dije— ¿Sofhia?, ¿Sofhia Jones?— Escuche su risita mientras suspiraba — En carne y huesoDijo graciosa. Sonreí abiertamente, pero después me acorde de Ana y la sonrisa se me borró de sopetón.

—Necesito que vengas al estacionamiento. Ana se ha desmayado — digo serio, de nuevo.

Voy en caminoY cuelga.

Sangre joven: El comienzo de una nueva era.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora