Capitulo 37. Sangre, sangre, sangre

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ANAIRAM

Sangre, sangre, sangre. Es todo lo que miraba y mis oídos escuchaban en susurros. El bosque tan penetrante y oscuro como no estuvo antes, se encontraba con charcos inmensos de sangre, personas tiradas sin cabezas, brazos o piernas, hacían que sintiera arcadas.

Miré mis manos ensangrentadas y comencé a desesperarme, ¿Los había matado yo?, ¿Por qué?, ¿Qué me habían hecho?.

—Allá esta, ¡Atrapen la!— gritaron a lo lejos. Me desespere y comencé a buscar el personaje de esa voz, pero no había nadie. Todo se encontraba oscuro y solitario, aparte de los tantos cuerpos y mi presencia, el bosque se encontraba más solo que de costumbres.

De repente varias voces se escucharon más cerca. Una luz brillante iba en lo alto, y fue ahí cuando caí en cuenta que no era una clase de luz normal, no, era fuego y no solo estaba esa, poco a poco aparecieron muchas, junto a más murmullos y gritos.

Una muchedumbre se asomaba  —¡Ya la he visto!, ¡Esta allá!, ¡No dejen que escape! — fue ahí cuando entendí que se trataba de mi. Sorprendida y alarmada salí corriendo.

Corrí y corrí, pero los sentía aun más cerca que antes. El calor del fuego y su luz me iluminaban el camino y eso no era buena señal. Como auto reflejo volteé a ver cuan cerca estaban, pero al mismo tiempo que lo hice, choqué con algo y tropecé.

Sangre joven: El comienzo de una nueva era.Where stories live. Discover now