Sangre joven: El comienzo de una nueva era.

capitulo 25. Rick y Luna (01)

LUNA

Anairam esta sufriendo por el despertar de su demonio. ¿Y cómo lo intuyó Luna?, pues muy sencillo, el padre de su hija era un demonio, el más fuerte de todos, por algo era el Rey de la especie más temida.

Los demonios tienen características peculiares, como por ejemplo sus ojos, que se vuelven un morado brillante y encantador cuando su demonio esta presente, pero del resto, son colores normales.

Además de contener una fuerza sobrenatural que sobre pasa los limites de los seres oscuros, no podemos olvidar la belleza encantadora que poseen.

Rick y Luna se conocieron un siglo atrás para ser exactos.

La relación con demonios estaba prohibido, se decían que ellos no se podían controlar y menos cuando su otra mitad aparecía, pero Luna pensó diferente.

Rick era su mitad, ,y ¿cómo lo supo?, pues fue muy sencillo y curioso.

En pleno siglo IX la familia de Luna recibió la noticia de que la oscuridad mandaría a su primogénita, aquella joven que seria capas de estar entre los dos mundos, puesto tendrá que gobernar y ser tratada como la Reina suprema, ya que era la única híbrida que nacería.

En la sangre de Luna circulaba tres diferentes especies, volviéndola así una sola persona.

Su padre al saber tal noticia quiso hacer un trato con cada raza existente en el mundo, ellos eran vampiros y quisieron poner paz para que ella pudiera nacer tranquilamente y no en una guerra.

El día en el que las firmas se llevarían acabo seria cuando hicieran su fiesta de nacimiento, según su padre "matar dos pájaros de un solo tiro".

Todo el Reino fue invitado, como también todas las razas posibles que pudieran asistir, pero su madre se sentía preocupada porque Josuha, su esposo, había incluido en las invitaciones, tanto al Rey demonio como a sus plebeyos —comentó su madre, Camila, en ese entonces—ella les tenia un miedo perturbador, ya que sus padres murieron a manos de demonios cuando trataron de protegerla de una masacre que se llevo en el pueblo donde ella vivía.

Camila le suplicó muchas veces a Josuha que retirará la invitación, pero su esposo negando dijo "no puedo hacer tal barbaridad, cariño. La supervivencia de nuestra hija lo es todo para mi". La Reina al escuchar dichas palabras, no tuvo más que aceptar la decisión de su marido.

Los días pasaron y llegó el nacimiento de quien esperaron por nueve meses. Una pequeña de ojos azules y piel blanca como la Luna, de ahí eligieron su nombre.

La princesa Luna.

Se pautó que al tercer día se haría la ceremonia que llevaría al reino la paz que tanto habían deseado.

El día de la fiesta llego. Todo el castillo estaba alborotado, sirvientes por aquí y sirvientes por allá, era algo de locos, pero sin duda alguna seria la mejor fiesta.

Al caer la noche, comenzaron a llegar los invitados.

Desde hadas, hasta trols. Nunca se había visto en el castillo tantos seres de diferentes razas.

El Rey y la Reina se encontraban en su trono y al lado, la bella princesita, Luna.

Todo el mundo se había encantado con la llegada de la niña, además de comentar que seria una gran Reina para ellos.

La fiesta transcurrió en paz y armonía. Cuando el reloj marco las 12, las puertas del castillo se abrieron de par en par, trayendo consigo una ventisca que le erizó los bellos a muchos.

Por la puerta principal entro con un porte elegante y un aura potente, el Rey de los demonios. Todos aguantaron las respiración y abrieron paso mientras el susodicho caminaba en dirección a donde se encontraba Luna con sus padres. El demonio llego solo al castillo, puesto que nadie lo venia siguiendo como muchas veces antes.

Todos retuvieron una exclamación cuando Rick se inclinó e hizo una reverencia a los reyes. La reina estaba muy nerviosa y como muestra de apoyo su esposo la tomo de las manos.

El demonio concluyendo la reverencia miró a su derecha, caminó hasta la cuna y cuando se iba asomar, la reina suplicó

—Por favor, no le haga daño— sus palabras fueron atropelladas y mal dichas. Ella no quería decir eso, se suponía que solo lo estaba pensando.

Rick la miró sorprendido por su arrebato, pero no le tomó importancia. El ya le había pasado esto —muy constantemente—cuando salia a cualquier sitio.

Mirando a la reina unos segundos más, se volteo de nuevo, inclinándose así para ver a la que seria la Reina y por quién el Rey vampiro quería hacer tregua con todos los seres, incluyéndolo.

El demonio se sorprendió por la belleza que poseía la niña. Esta se hallaba dormida. Rick no entendía porque comenzó a sentir la tentación de tocarla, pero aunque su mente lo retenía, él tenia el impulso de hacerlo, así que sin más levantó su mano y la comenzó a pasar por la mejilla de la pequeña.

Todos los presentes lo miraban extrañados, ¿El rey de los demonios mostrando afecto?, no lo entendían, pero no eran capaces de preguntar, si valoraban su vida claro esta.

De un momento a otro, Luna abrió sus ojos, encontrándose así con aquellos ojos achocolatados que poseía Rick.

Él la miró sorprendido y lo primero que le paso por la mente fue

"Ella es mi mitad"

Sus ojos se volvieron morados y las venas de sus manos comenzaron a marcarse. La quería, de todos los modos posibles la quería tener, pero sabía que no era posible, todavía no lo era, así que sin ninguna explicación se alejo de la niña y caminó a paso rápido hasta la puerta. Todos los invitados lo miraban cautelosos.

Rick antes de irse volteó y miro al Rey, concluyendo con palabras su visita

—Pronto nos veremos, así que no te olvides de mi— dijo con voz potente y seductora. Todos guardaron silencio dándole paso así a un momento incómodo. El Rey percatándose de la situación le hizo señas a los músicos para que prosiguieran con las melodías y así poder olvidar el tras pie de la noche.

La Reina intuía que cosas raras estaban por venir, pero no lo quiso compartir, todavía no era el momento —pensó—

Después de aquel desafortunado momento, el Rey convoco a todos los reyes y reinas de todos los reinos existentes a que firmaran el pacto de paz y poder poner fin a la noche no tan gloria que había podido pensar.