Capitulo 33. ¿Qué acaba de pasar en la cocina?

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HARRY

¿Qué nos pasó?, ¿Qué acaba de pasar?. No tengo ni la puta idea de lo que aquí ha pasado, pero lo que si se con certeza es que me ha gustado. Me ha gustado tomar su sangre, poder excitarla y hacerla llegar en un orgasmo, vaya que me encanto ver su rostro y escuchar mi nombre en sus labios.

Nuestra respiración estaba agitada y nuestros cuerpos sudorosos, es como si hubiéramos corrido todo maratón y aunque yo todavía posea mi erección, se que tendré un buen motivo para bajarmela.

Anairam no me miraba. Hacia ponerme nervioso. ¿Se arrepentiría?, ¿Dejaría de hablarme?. Comencé a estresarme. No comentaba ni decía nada. Una tensión comenzó a crecer entre nosotros y no quería esto, no quería que esto pasara y me la jugué con ella, siempre me la juego y no pienso las consecuencias.

Me despegue un poco y salí de entre sus piernas. Su corazón se estaba acelerando, siempre lo hacia cuando estaba nerviosa. Me pasé una mano por la cara y peine mi cabello. No podía con esta tortura. ¿Tan mal fue?

—Ana—susurré bajito en medio de la curiosidad y nerviosismo. Se mostró titubeante pero subió poco a poco su cabeza hasta toparse con mis ojos. Sus mejillas sonrojadas y ese brillo extraño en sus pupilas, la hacían ver más infantil de lo que aparentaba.

Le lancé una mirada de pura ternura y ella sonrió tiernamente. Estaba completamente nerviosa, lo podía sentir. Después de todo, es mi pareja y se que con esto, hemos dado un paso más —o eso pienso yo —

Cuando me iba a acercar a ella, una voz nos interrumpió

—Harry, te andaba buscando —Maria apareció por la cocina con unos cortos pantalones y el top que le regale de cumpleaños el año pasado.

Anairam arrugó su ceño en forma de desagrado y todavía no entiendo el por qué, o a lo mejor si, y no lo veo.

Sonreí y abrí los brazos como siempre lo hacia cuando ella aparecía. Maria no lo pensó dos veces y salió a mi encuentro. Me estrecho con su pequeño cuerpo y sonrió.

Por un momento me sentí en casa. Sentía que solo eramos mi hermana pequeña y yo, hasta que un carraspeo nos interrumpió. Ana estaba de pie cruzada de brazos y nos miraba extrañada y confundida.

<<No las he presentado>>

Me puse frente a ella y tomé a Maria del brazo.

—Ana- titubeo —Ella es Maria — Mi hermana y Anairam, se miraban desafiantes. No entendía sus reacción. Los miré extrañado. ¿Ha pasado algo y no me he enterado?

—Un gusto—soltó seca mi dama. Maria le regaló una sonrisa de lo más falsa y dijo
—El gusto es mio—

Se miraron atentamente, hasta que Ana soltó un sonoro suspiro. Maria se volteó y me miró sonriente

—Vamos Harry— dijo jalandome del brazo hacia la salida —Necesito mostrarte algo—

Miré por última vez a mi princesa y me deje guiar por mi hermanita

ANAIRAM

¿Siempre tiene que arruinar las cosas?. Esa Maria ya me esta cayendo peor de lo que pensé. ¿Acaso no vio nuestras miradas comprometedoras?, yo se que si, por eso lo saco de la cocina. No le gustó nuestra cercanía.

Suspire y me pase una mano por mi cabello revoltoso. Sonreí involuntariamente recordando lo que ha pasado hace unos minutos en este lugar.

Ay Ana, ¿Qué has hecho?. Apenas se conocen, no sabes sus gustos y nada por el estilo, pero es que sentí algo, como una conexión. Harry me hacia sentirme segura, pero nerviosa al mismo tiempo. ¿Acaso me estoy enamorando?, porque si es así, no quiero hacerlo —arrugue el ceño y negué —no quiero salir lastimada.

Miré el mesón y ahí estaban los ingredientes, ya no tenia hambre, así que guarde todo y me fui a una de las habitaciones de huéspedes, después de todo la mía estaba destrozada.
Harry tiene que aclararme las cosas.

Mientras caminaba me acorde de Sofhia y Humter.

Humter... él y su mirada encantadora y la electricidad que me transmite al estar junto a mi, sus cejas gruesas y esos carnosos labi... ¿Pero qué coño piensas, Ana?.

Estoy cansada, lo mejor será verlos mañana. Me metí a una de las primeras habitaciones y sin mucho ajetreo me tiré en la cama, cayendo así, en los brazos de mi adorado morfeo.

MARIA

¿Qué habrá pasado ahí?. No puedo dejar de pensar que Ana es linda —aunque no tanto como yo — y que Harry la mira como el tesoro más preciado. En la cocina se sentía un ambiente extraño, además de que no podemos negar el aspecto revoltoso que tenia aquella chica, ¿Ha pasado algo que estoy ignorando?.

Cuando abracé a Harry, sentí su erección, de verdad que ella lo pone, pero soy yo quien se la bajara.

Con una sonrisa, me encamine jalando a Harry por el brazo hasta el bar del castillo, ¿Qué mejor forma de comenzar la acción con un poco de alcohol?.

HARRY

No puedo creer lo que ha pasado con Ana, santa luna, esto a sido de lo más excitante.

Maria me lleva rumbo al bar del castillo, seguramente fue lo primero que se grabó cuando le di el recorrido por todo el palacio.

Estoy sospechando que solo fue una excusa para sacarme de ahí eso de que "tengo que contarte algo", se lo sumo a que se debe al poco tiempo convivido entre mi hermana y yo, y por eso nos retiramos rápidamente de la cocina.

Caminar nunca se me hizo más incomodo —ya sabrán por qué —

Llegamos a la habitación y nos sentamos en la barra. El mesero nos sirvió la bebida más fuerte — a petición de Maria — y comenzamos a tomar. Después de todo, ¿Qué hace mal unas cuantas copitas?.

MARIA

Esta noche será gloriosa, por fin Harry será mio y ni esa estúpida ni ninguna otra podrá arrebatarmelo. Sonreí coqueta y tomé un gran sorbo.

La noche promete.

DESCONOCIDO

Pronto llegará el gran día. Espero que Anairam no me la ponga dificil porque si no, tendré que usar mi haz bajo la manga, y querida mía, no te gustará saber cual es.

Sangre joven: El comienzo de una nueva era.Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu