Capitulo 39. Un gusto, bella dama

67 7 0
                                    

ANAIRAM

Hoy, hoy sería mi ultimo día como humana y tenia pánico, pánico a que todo saliera mal, que me vuelva un ser inestable. Yo quería ser normal, desde que había escapado de ese orfanato, quería una vida normal, sin lujos ni complicaciones, solo Sofhia y yo, pero el destino es cruel, ¿No lo creen?, poner a la persona más débil para que cumpliera responsabilidades que nunca se había imaginado tener.

Quería tener una familia normal, ¡Envejecer como todos los benditos humanos!, pero no se podía, ¿y por qué?, porque era un ser de la oscuridad. Recuerdo mi cara pálida cuando me había enterado de todo el rollo que e vivido y me daba gracia saber, que lo había aceptado, me había aceptado, o bueno, en lo que cabe, claro está.

Humter se había ido hace unos minutos, tenía que alistarse porque según él iba a salir. Por mi parte me quedé unos minutos más en la cama, no quería ver el sol radiante y todas las caras de preocupación, porque yo sabia que todos estaban preocupados, no me lo decían pero algo dentro de mi me lo confirmaba.

Me puse boca arriba y me estire lo más que pude. Ayer Luna me había enviado unos conjuntos, que según ella, ya no les funcionaba. Puras mentiras.

Caminé a paso lento y me metí en el baño. La bañera vacía me llamaba y yo sin pensarlo ya me había acostado en ella y prendido el grifo. Me sentía deplorable, desdichada y muy mal querida. Quería morirme, quería ser un fantasma sin remordimientos, pero no podía, no podía dejar a mis padres y a todo un pueblo.

Media hora después salí empapada de la tina, ni la ropa me había quitado. Tomé la camisa por debajo y la subí por mi cabeza, quité el sostén, el pantalón y mi pantaletita de conejitos. Me cepille y sequé mi cabello. Fui al armario, saqué un vestido de verano muy suelto y cómodo, me calce unos tacones — a petición de Sofhia, quien me los había mandado a traer— y me peine con mis manos. Me veía diferente, claro que estaba diferente ya. Color de piel nueva, labios mas gruesos, ojos más grandes, pestañas más largas, pómulos súper marcados, nariz respingona y pecas, ¡Ave Maria!, ¡Pecas!.

Suspirando me en caminé a la cocina. Tenia hambre.

Siempre que iba pasando, me quedaban mirando, por mi forma de caminar tan correcta —que no se como lo hacia— y por mi cuerpo y rostro. Parecía una miss en todos los sentidos.

Estaba incomoda, todos estaban mirándome lujuriosos o otros con envidia y otros —aunque muy pocos— con amor y devoción. Algunos aquí ya se habían ganado mi respeto como yo el de ellos y me encantaba.

Llegando a la cocina me topé con todos. Nadie se percataba de mi presencia, hasta que Carraspeo disimuladamente. Voltearon hacia donde yo me encontraba. Me miraron sorprendidos y extrañados. ¡Que vergüenza!. Me percate que papá me hacia pequeñas señas para que me sentara a su lado y sin poner objeción, lo hice. Todos miraban mi porte y me hacia ponerme más nerviosa de lo que estaba.

HARRY

Dios mio, creo que hasta una erección se me había creado. An-Ana estaba diferente, ¡que digo diferente!, estaba súper cambiada. Ha esto se refería Luna aquella vez en el despacho, cuando Anairam se desmayó y la pudimos controlar, que cambiaría su físico y poco a poco su carácter. Se iba a moldear dependiendo de cada especie en su organismo. Estaba hermosisima, su piel aun más pálida que de costumbre me llamaban a pecar. Sus ahora largas piernas me hacían pensar la forma en que las enroscaria en mi cintura, ¡Ave Maria!, para de una vez Harry, estas yendo muy lejos.

No e podido hablar con ella referente a lo que vio en la habitación de Maria, quería darle su espacio y creo que fue la mejor decisión que había tomado hasta ahora. Lo de mi hermana y yo solo fue una maldita confusión, a quien yo amaba era ella, ¡La amaba, joder!, para mi ella lo era todo, lo es todo y me duele su indiferencia.

Todos hemos terminado de comer tranquilamente, pero igual de sentía una tensión en el ambiente. Los personajes presentes sabían que mañana seria un día importante y la mayoría estaban preocupados —incluyéndome—

MARIA

No sabia que a la mosquita muerta el cambio le había dado fuerte, que digo fuerte, fuertisimo, y la odiaba más por eso. Ese día por poco y había cumplido mi cometido, ¡Pero no!, la señorita tuvo que intervenir. Me hervía la sangre, pero juré que me las pagaría, ¡O corazón!, claro que lo harías.

MAXIMILIANO

De verdad que el lobito y Harry se habían llevado el premio gordo con esta mujer. Solo con mirarla se te para todo —ya saben a lo que me refiero —

RICK

Me había puesto celoso, claro que si. Mi hija llamaba la atención de todos los hombres de la mesa y eso me sacaba de las casillas. Ella todavía era una niña y espero que no se crean con derechos sobre ella, porque ahora estoy yo, y la protegeré con mi vida si es necesario.

SOFHIA

Ana estaba rompiendo barreras aquí, todos, maldita sea, todos la estaban viendo embobados, hasta yo que soy mujer. Por eso digo que si no tuviera mate, ya me hubiera metido a lesbiana por ella —suspire—

LUNA

Me siento orgullosa de mi pequeña —ahora no tanto —

HUMTER

Estoy babeando —literal — y me e dado cuenta porque Sofhia sonriente me pegó un codazo y limpió la esquina de su labio, como haciéndome señas. Rápidamente me acomode en mi puesto y con una servilleta me e limpiado, ¡Que vergüenza!

ANAIRAM

Después de comer, cada uno se fue a sus obligaciones. Yo me quedé recogiendo los platos con Charloc, mientras conversábamos de cualquier cosa. Me concentre en recoger todo rápido que por por poco se me caen las vajillas por chocar contra algo duro. Extrañada, subí la cabeza, encontrándome con esos ojos verdes que tantas veces me habían caudado insomnio. Como reflejo di un paso hacia atrás y me percaté que la servidumbre, se había retirado, igual que Charloc —traidora—

—Quiero presentarte a alguien — Hablo con voz gruesa. Me quitó cuidadosamente los platos de las manos y los colocó en el mesón — Él es Maximiliano Ruis — dijo señalando al chico que había visto en la comida y anteriormente en el despacho de Luna. Sonriente estire mi mano— Anairam— y el la estrecho divertido

—Un gusto, bella dama — soltó con voz pícara, besando los nudillos de mi mano.

Sangre joven: El comienzo de una nueva era.Where stories live. Discover now