Capitulo 32. Dejate ir, Ana

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Advertencia, este capítulo es para mayores de 16+
Si eres menor de esa edad. Queda a tu cargo.
Buena lectura. Nos leemos.
🌹

ANAIRAM

Comencé a colocar casi todos los ingredientes en el mesón para preparar unas panquecas, pero me faltaban los huevos. Así que fui a la nevera. Visualice cada estante, hasta que los encontré, cuando los iba a tomar, su voz me sobresaltó.

—No sabia que cocinabas—

Me lleve una mano al corazón y volteé lentamente. Ahí estaba, recostado del mesón con su sonrisa típica de chico malo. Lo fulmine con la mirada y cerré la nevera de golpe, sin tomar los huevo. Me cruce de brazos y lo mire atentamente.

Comenzó a mirar hacia otros lados, menos a mi, y cuando lo hacia, solo se fijaba en mis ojos. Estaba nervioso por mi posición y vestimenta.

Sonreí victoriosa. No todos los días se puede ver algo así.

—¿Qué haces aquí? — Solté arisca después de unos minutos.

De un momento a otro, se me ocurrió una idea. Lo iba a provocar. Después de todo, el me hizo pasar un mal día, ¿Por qué no le hago pasar una mala noche?.

Sonreí internamente.

—Estaba Buscándote — soltó con voz gruesa. Me encamine contorneando las caderas, hasta la nevera en busca de los huevos, estos se encontraban a lo ultimo. Punto para mi.

Me agache lentamente y el pantalón corto se me subió. Cuando iba a tomar los huevos, escuche un jadeo. Sonreí, pero lo oculte al tiempo que me levantaba y caminaba hacia el mesón.

El ojiverde no comentaba nada, se encontraba blanco y sudoroso, con sus ojos verdes oscuros. Estaba excitado. Bien hecho, Ana.

Comencé a ordenar todo y me propuse a buscar un bol. Estaba en los estantes de arriba y se me ocurrió decirle a Harry que tomara uno por mi.

Caminé hacia él y me incline Apoyándome del mesón.

—Harry— solté con voz melosa. Aguantó la respiración. Trate de no reírme, porque si no todo se iría al caño — ¿Podrías tomarme un bol de los estantes de arriba?— concluí bajando silenciosamente mi top para que mis pechos resaltaran mas. Me miró deseoso y sorprendido por mi arrebato.

Admito que nunca me había comportado así, pero era excitante tenerlo de esta forma.

—Y-ya te lo traigo — Su voz ronca hacia cosquillas en todo mi cuerpo.

Se levantó y se estiró a tomar un bol transparente de los estantes. Me propuse a romper los huevos y ponerlos en tazas, pero no me di cuenta cuando Harry ya lo había traído y colocado en el mesón, poniéndose él tras mi espalda. Voltee lentamente y lo mire a los ojos. Estaban completamente negros, y algo en mi se encendió.

¿Qué me esta pasando?, no lo sabia, pero no quería parar. Deseaba más, deseaba que él no quisiera a esa joven de la oficina y a mi si. En mi interior quería que me deseara a mi, solo a mi.

—¿Qué haces? — solté en un jadeo. Me miró serio — No, qué estas haciendo tú, querrás decir — soltó con voz dura. Lo miré por unos segundos, y agregue —Yo no estoy haciendo nada. Tú eres el que esta detrás de mi como si fuera una sombra — Hable mas segura.

Sonrió de lado, pero sin mostrar los dientes. La tensión cada ves se sentía más gruesa y excitante.

De un momento a otro posó su mano en mi mejilla. Lo miré sorprendida, me había tomado totalmente desprevenida, pero no lo aparte. Mi cuerpo no quería. Parecía como si mi mente y cuerpo no estuvieran conectados.

Comenzó a acercarse y todo se detuvo. Estaba paralizada, pero sabia que en mi interior quería esto, que me besara. Su otra mano tomo fuertemente mi cintura y me pego a él, restregando sin notarlo, su erección con mi sexo. Cerré los ojos soltando un jadeo y en ese momento me tomo desprevenida posando con ferocidad sus labios en los mios. Me sorprendí, pero pude recomponerme rápidamente.

Lo tome de la nuca y lo peque más a mi. Me alzó haciendo que mis piernas automáticamente de engancharan a su cintura. Sentí su miembro crecer aun más y eso me excito mas de lo que debería.

Me sentó en el mesón y se metio entre mis piernas. Tomo mi cabello y lo jalo hacia tras, soltando mis labios y posandolos en mi cuello. Lo sentía succionar y restregarse como un animal.

Dios, me encantaba esto. Nunca había sentido algo así, algo tan extenso. Soltó mi cabello y me miró a los ojos. De su boca sobresalían sus colmillos y por un momento me pregunte que se sentiría si me mordiera.

Me mordí el labio intencionalmente y el gruño tomándolo con sus dientes.

No lo pensé dos veces y antes de que me besara dije entre jadeos

—Muerdeme— se puso rígido y me miró a los ojos sorprendido, pero no se negó, solo pregunto con voz ronca —¿Estas segura? — no lo pensé mucho, y asenti lentamente. Tomo mis labios con más fuerza, haciéndome soltar un sonoro jadeo

Tomó nuevamente mi cabello todo enredado y hecho mi cabeza hacia atrás, teniendo así mejor acceso a mi cuello. Comenzó a besarlo y chuparlo.

Por la luna, esto es la gloria. De un momento a otro sentí como sus colmillos se enterraban en mi blanca piel. Lentamente comenzó a succionar. Al principio fue incómodo, pero después me tomo de la cintura y me pego más a él.

Comencé a sentir placer, mucho placer.

—Harry— susurré con voz entre cortada. Él gruño y me pegó lo mas posible a su cuerpo.

Sentía un sin fin de emociones, las cuales se amontonaban en mi sexo. Una sensación extraña comenzó a recorrerme el cuerpo y comencé a respirar más rápido. Harry lo noto, y se saco sus colmillos de inmediato. La sensación se esfumó y me sentí incompleta.

Hice un mojin y él lo noto, puesto que comenzó a besarme, y subir lentamente una de sus manos por dentro de mi blusa. No puse objeción. Quería esto. Llegó a mi corpiño y metio su gran mano, tomando así uno de mis senos. Solté un jadeo y la sensación volvió.

Soltó mi cintura y su otra mano se dirigió a las orillas de mi pantalón. Paro de besarme y me miro como pidiendo permiso, no dije nada, y él tomo mi silencio como un si

Metió lentamente su mano por dentro de mi pantalones cortos. Solté un jadeo involuntario. Las sensaciones se hicieron más fuertes. Se infiltró en mis pantaletas, tocando mi zona intima.

Un gran gemido salió de mi, arqueandome en el proceso. El gruño como respuesta y me tomó de los labios, dándole así el detonante a mis emociones

—Dejate ir, Ana — su excitación me llego a los oidos como una melodía, y haciéndole caso a su petición. Me deje ir con su nombre en mis labios.

Sangre joven: El comienzo de una nueva era.Where stories live. Discover now