Capítulo 03

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Yuuri se encaminó a la pista de nuevo seguido por Víctor, se puso los patines y estiro sus brazos al aire.

—    Vámonos a casa, Yuuri.

—    ¿Ya te aburriste? — Dijo en susurro, quería evitar parecer un loco que hablaba solo.

—    Sí.~

—    Pues qué mal, te dije que te quedaras en casa.

—    ¡Oh vamos!

El pelinegro se encaminó al hielo, entrando dio unas vueltas alrededor de la pista.

Víctor se le quedó viendo fascinado. Tal vez si fue buena idea ir. Por lo tanto Víctor se encaminó a dar un paseo mientras Yuuri terminaba su práctica. Ya era casi medio día por lo que la hora de salir e ir a casa llegaba. Víctor tenía muchas cosas que planear para enamorar a Yuuri. El peliplateado al ser un Theía dimiourgía podía adaptarse para ser hábil en muchos hobbis, deportes y diferentes actividades. Podían aprender varios idiomas, cocinar y reparar un sinfín de cosas. Y cuando los Theía dimiourgía cumplían los cuarenta días y su creador correspondía sus sentimientos, estas habilidades los conservaban a excepción de sus habilidades de Theía dimiourgía para convertirse en humanos para vivir con su pareja.

Víctor estaba un poco nervioso si Llegaba el día cuarenta y Yuuri no lo llegase a amar. Después de los cuarenta días y si se quedaba podrían vivir en paz y amor por el resto de sus vidas pero las reglas son reglas era que si el Theía dimiourgía no era merecedor del amor de su creador este desaparecería y Yuuri en este caso podría olvidarlo a rápidamente después del día cuarenta y dos.

Víctor estaba más tranquilo respecto a que Yuuri aceptara la propuesta. Lo relajaba por qué al menos sabía que su creador podría amarlo.

Yuuri salió de la pista para encaminarse a ponerse los zapatos deportivos, después de despedirse de su entrenador salió en camino a su casa.

Como Víctor estaba descalzo y no quería quemarse sus pies por el sol, se aferró por la espalda al cuello de su amado mientras sentía su cuerpo liviano mientras flotaba un poco para no lastimar y cansar al japonés.

Yuuri lo dejó hacer, mientras iban camino a casa se detuvo al centro comercial para entrar, ya que estaban afuera de casa aprovecharía para comprarle ropa al Theía dimiourgía. Yuuri dirigiéndose a una de sus tiendas favoritas dejó su mochila en paquetería.

—    ¿Qué es este lugar, Yuuri? Hay algo de frío.

—    Es un centro comercial, necesito que te hagas visible para que las señoritas de la tienda te ayuden a buscar tus tallas.

—    Quiero que Yuuri busque mis tallas.

—    De acuerdo...

Después de unas horas tenían mucha ropa ya comprada, Yuuri cargaba todas y cada una de ellas mientras Víctor observaba con ojos curiosos a las personas y las tiendas.

—    Necesito un respiro...~ — Ya cansado y con los pies adoloridos se sentó en unos de los sillones para descansar, Victor tenía mucha energía, claro él no cargaba nada de sus compras e iba de vez en cuando flotando del piso.

Las personas no lo veían y eso hizo reír a Yuuri, si fueran unos adolescentes, seguramente ya habrían hecho muchas bromas y travesuras.

Víctor se sentó a su lado y sonrío al oirlo reír, lo rodeó con su brazo los hombros del pelinegro y se acercó para besarle suavemente sus mejillas cosa que Yuuri no pudo evitar sonreír como enamorado viéndolo.

Las personas se le quedaron viendo extraño y Yuuri carraspeó, ahora su sonrojo era de vergüenza.

—    Vamos a casa — Susurró y después de pedir un Uber dio marcha a su departamento.

I Wish Ardently To Have An Eternal Love© (Victuuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora