La vida de Yuuri Katsuki ha sido muy buena, solo que había un detalle, le faltaba una pareja, estaba cansado de estar solo, pero lo que nunca pensó fue que... en una noche al desear a su pareja ideal, los Dioses Ágape y Eros lo escucharon, ellos so...
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«Día Once»
Yuuri Katsuki se encontraba en el baño de su casa esa mañana quitando los vendajes de Víctor que recién fue atacado por un Succubus el día de ayer, el pelinegro estaba avergonzado por saber que por su culpa el contrario estaba mal herido... o eso creía, Víctor estaba feliz de haberlo protegido.
— ¿Te duele? — Preguntó el japonés una vez de haber retirado unos vendajes con la sangre del Theía Dimiourgía.
— No, ya debieron de haber sanado las heridas.
— Métete — Yuuri había llenado la tina para que su compañero se de un baño para refrescarse pero al saber que sus heridas habían sanado solo se permitiría ayudarle.
Víctor se desnudó, aún que su cuerpo estaba tonificado y bien formado se sintió tímido ya que no creía que era el momento de coquetear con su creador como lo hizo anteriormente al haber llegado a su vida.
Yuuri cerró sus ojos para evitar ver su desnudes y los abrió cuando el peliplateado le dió la señal de que ya estaba dentro con las burbujas cubriéndole y se sentó en el borde, con suavidad el pelinegro pasaba sus manos con jabón por la espalda blanquecina sin ningún rasguño — De verdad que sanas rápido.
— Si, es una de nuestras habilidades — Dijo entre suspiros antes las caricias que Yuuri proporcionaba ahora en sus hombros.
— ¿Tu especie son primos de los vampiros? — Dijo juguetón, se imaginaba a Víctor con colmillos, ojos rojos y... le parecía sexy.
— No, los seres como yo no se les acerca, los vampiros son seres horribles, no hay muchos es lo bueno del caso, si eso te preocupaba puedo morderte el cuello y hacerte muchas cosas sin serlo, Yuuri~.
Yuuri rodó los ojos, ese comentario se lo esperaba y rió ante la ocurrencia del mayor.
Víctor tomó una de las manos de Yuuri para dirigirla a su pecho — Dame amor aquí también, Yuuri~.
— Ehh... — Victor se volteó a verlo, tenía la nariz roja mientras respiraba levemente pesado.
— Yuuri lo siento — El de ojos azulinos apretó suavemente la mano de su creador y el nombrado le puso atención — Me he sentido mal últimamente.
— ¿Que sientes? — Yuuri preocupado pasó sus manos al rostro de Víctor, estaba caliente.
— Tienes alta la temperatura... Te daré una medicina cuando salgas del ba–.
— Yuuri no estoy enfermo — Lo interrumpió — los seres como yo no se enferman, me siento mal por qué pienso en muchas cosas que involucran profanar tu cuerpo... Tengo miedo de ha-hacer algo que te lastime por qué una vez que transporte el Eros en ti tú tampoco podrás pensar bien y tú cuerpo accederá a hacer el amor pero no quiero hacerlo si aún no estás preparado, poco a poco el don del Dios Eros ha estado invadiendo mi cuerpo.
