La vida de Yuuri Katsuki ha sido muy buena, solo que había un detalle, le faltaba una pareja, estaba cansado de estar solo, pero lo que nunca pensó fue que... en una noche al desear a su pareja ideal, los Dioses Ágape y Eros lo escucharon, ellos so...
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« Día Trece 00:10 am »
Las dos parejas se encontraban en el patio de la casa de Katsuki, estaba oscuro y era perfecto para salir de viaje con los Pegasos y el Grifo, una vez que prepararon unas pequeñas cosas para llevar, Otabek, Yuuri y Víctor hicieron sonar sus silbatos, el japonés cargaba a su caniche en los brazos pues lo llevaría con él a Japón. Si partían ahora llegarían a un aproximado de la 11:00 de la mañana con un viaje de diez horas, sobrevolarían Japón para ir directamente a Hasetsu.
Una vez que los Pegasos llegaron, Yuuri repasó en su mente si tenía todo listo, aunque solo irían con equipaje ligero que consistía en sus teléfonos, una brújula por emergencia, botellas de agua y comida, en sus casas tenían ya hechas valijas para cuando aterricen en Japón para que Victor pueda transportarse a Detroit junto con sus pertenencias para así poder llevárselas.
Yuri Plisetsky se encontraba normal, el día anterior se había convertido en un 95% humano mientras que su otra parte aún consistía en su origen Dimiourgía, ya no podría transportarse a otros sus amabilidades fueron anuladas pero aún podría abrir un portal al mundo mágico y proteger a su creador.
Al llegar el Grifo, Yuri se apuró en hacer callar a Potya para que no despertara a los pocos vecinos del alrededor, la gran criatura gruñó al ver a los Pegasos pero se distrajo cuando sus amos le dieron de comer algo de carne.
Víctor cargaría los víveres y Yuuri en una mochila metería a Vicchan para que pueda tener más acceso al dirigir a Fudo.
Yuuri aseguró las ventanas y puertas de su hogar, una vez hecho esto, las dos parejas se montaron en sus respectivas criaturas.
— ¿Por dónde nos dirigimos? — Preguntó el kazajo.
— Dirección... Oeste, vayamos en dirección donde apunta la estrella del Alba — Dijo Katsuki.
— Tu serás el guía, te esperamos arriba — Dijo de vuelta posicionándose en el Grifo, la criatura desplegó sus alas y tomó vuelo.
Yuuri puso a su espalda una mochila con Vicchan adentro — No vayas a saltar — Le dijo como si el caniche le fuera a entender, se acomodó su abrigo y se montó en Fudo.
— Victor, vamos.
El mencionado subió a su Pegaso y juntos tomaron vuelo hacia en lo muy alto del cielo, no tenían problemas con ser vistos por humanos, ellos no podían ver a las criaturas mágicas por lo que no podrían verlos a simple vista.
— Nuestra primera parada será en Nebraska, descansaremos ahí unos minutos y nuestra segunda parada será en Oregón, después seguiremos hasta llegar a Japón — Si querían que las criaturas lo lleven hasta su destino tendrían que descansar, no podrían sobreesforsar al Grifo y a los Pegasos.
— Oye Señor guía — Dijo el rubio con sarcasmo quien se sostenía de la chaqueta de Otabek — ¿Que hay si cae una tormenta sobre nosotros? Es peor salir de noche por el mal clima y por las criaturas que están siendo liberados del castillo de Dracula.
