Capítulo 11

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« Día Doce »

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« Día Doce »

En dado las circunstancias, hoy Yuri Plisetsky cumplía sus cuarenta días, Víctor y Yuuri no habían sabido nada sobre la pareja, tal vez ellos querían privacidad para estar juntos en ese día.

El día había amanecido nublado y con más frío dado que la temporada navideña estaba cerca, Yuuri se encontraba bostezando mientras caminaba hacia la cocina encontrándose a Víctor en delantal azul recientemente terminando de hacer su desayuno, ahora esa era su rutina, despertar, encontrar a Víctor cocinando para él mientras que los dos comían, conversaban y reían juntos.

— ¿Cuándo iremos a Japón? — Preguntó Victor con curiosidad.

Yuuri se llevó una mano a su mentón pensativo — Checaré los vuelos recientes a Japón para mañana.

— ¿Por qué no vamos en Flip? Recuerda que Otabek-kun y Yuri irán igual — Victor jugaba con su cabello, Yuuri le había dicho el día anterior el nombre de su Pegaso y le había gustado.

— Ehh... Si — Rió nervioso al pensar que volaría de Detroit a Japón prácticamente en un caballo blanco con alas de ángel — Cierto... ¡Pero! No podremos llevar muchas cosas o Flip se cansará...

— No hay problema con eso, cariño, podremos transportarnos aquí y luego poder ir ahí y nadie se enteraría.

— Cierto, lo olvidé — Le sonrió un poco nervioso pero lo aceptó, pronto tendría que domar a su Pegaso y ya no tendría que tenerle miedo a las alturas.

— Yo te protegeré — Victor sintió como la energía de su creador temblaba, sabía que él le tenía un poco temor a las alturas — Sabes que Flip no nos dejaría caer y yo no te dejaría caer tampoco, mi amor.

Yuuri sonrió con ternura al escucharlo, sabía que Victor lo protegería por lo que se dijo que tomaría el Viaje como una buena experiencia — Lo sé, gracias.

Víctor sonrió cuando sintió a su creador más calmado — Oye, Yuuri, ¿Quieres ir por tu Pegaso ahora?

Víctor levantó los platos del pelinegro que recién había acabado su desayuno, le miró con dulzura, quería ir de nuevo al mundo mágico.

El japonés rió un poco para negar y decir que en unos momentos podrían ir, se retiró y el ojiazul empezó con la limpieza de la cocina.

— Ya estoy listo — Murmuró un rato después Yuuri recién duchado y limpio.

Víctor se quitó el delantal y avanzó hacia el chico de ojos rojizos para besarle su sien y olfatearle — Mi Yuuri huele delicioso~ — Lo estrechó entre sus brazos y dió un leve gemido del gusto — Tan suave~.

Yuuri le devolvió el abrazo y le acarició sus cabellos largos mientras recibía varios besos del contrario haciéndolo erizarse, Victor dejó fluir el don de Eros al cuerpo de Yuuri sin evitarlo y el japonés lo recibió con gusto.

I Wish Ardently To Have An Eternal Love© (Victuuri)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz