La vida de Yuuri Katsuki ha sido muy buena, solo que había un detalle, le faltaba una pareja, estaba cansado de estar solo, pero lo que nunca pensó fue que... en una noche al desear a su pareja ideal, los Dioses Ágape y Eros lo escucharon, ellos so...
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— Yuuri.
— Victor.
— Yuu-Chan.
— Vicchan.
— ¡Oh por los Dioses! ¡No me llames como a tu perro!
Estaban en el día 5, el par se encontraba en la sala de estar dándose miradas matadoras para que el contrario lavara los platos.
Víctor perdió y Yuuri rió tan fuerte que el pequeño Vicchan celebró con su amo dando unos ladridos y lamiditas.
Tres días pasaron desde el día 2 y en esos cinco días el japonés y el Theía Dimiourgía han mantenido una buena relación, hasta que llega la noche y envía a un Víctor lloroso a dormir en su habitación para que lo deje solo ya que este lo persigue todo el tiempo y no se separa de él.
Había mandado a Víctor hacer unos pequeños quehaceres domésticos sencillos, quien se encontraba boca abajo en el sofá adormecido, después de que Yuuri se lo recordara y después de escuchar a Victor decir " Si bebé, lo haré" salió al entrenamiento, cuando había regresado lo encontró profundamente dormido en la misma posición solo que ahora estaba babeando y Vicchan lamiendo su mano que había dejado caer.
Yuuri prácticamente se golpeó en la frente y lo dejó dormir cinco minutos para después despertarlo.
Víctor estaba de holgazán todo el día y hacer unos mandados no le haría daño.
— Yuuri, ¿Me darás un beso cuando termine? — Victor frunció sus labios en modo "DuckFace" cuando las personas se toman selfies.
Yuuri negó con la cabeza — No, no soy de esas personas que andan regalando besos a todos.
— ¡Por favor!
— No, ¿Que había dicho sobre el espacio personal?
— Que tengo que respetarla — Dijo con malhumor.
— Y eso harás.
Después de rechistar empezó con sus labores domésticos, se acostó en el sofá donde el chico de cabellos platinados largos estaba durmiendo, se había mensajeado un poco con Otabek Altin acerca de unas cosas de su Theía Dimiourgía a lo que el rubio se molestaba, sí La Diosa Manía le había dado un poco de su don.
Los Theía Dimiourgía que poseían el don de La Diosa Manía podían llegar a ser peligrosos, dependiendo de la cantidad puesta en ellos puede surgir varios efectos, desde ser celosos melosos a enfermos posesivos que hasta llegaban a lastimar a su creador y a otras personas que les rodean.
Por eso La Diosa Ágape y el Dios Eros trataban de no conectar mucho con ella o llevaría a grandes conflictos con sus Theía Dimiourgía, ya había pasado y no querían volver con lo mismo a lo que Manía a veces les lanzaba sus dones a los Theía Dimiourgía de sus compañeros de la alianza.
