La vida de Yuuri Katsuki ha sido muy buena, solo que había un detalle, le faltaba una pareja, estaba cansado de estar solo, pero lo que nunca pensó fue que... en una noche al desear a su pareja ideal, los Dioses Ágape y Eros lo escucharon, ellos so...
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« Día diez »
Yuuri Katsuki se levantó de la cama cuando un aroma delicioso y familiar inundó sus fosas nasales.
Era temprano en la mañana, se levantó y aseó porque era día de entrenamiento, bajando las escaleras fue a la cocina, un Victor con delantal azul marino y con el cabello amarrado —Que más bien parecía un nido— se encontraba mezclando lo que parecía chocolate.
— Vitya — Tartamudeó, Otabek le había dicho que era costumbre que en Rusia a los que se les llamaban "Victor" tuvieran este sobre nombre, le pareció adorable e inconscientemente le empezó a llamar así — ¿Qué estás haciendo?
Víctor giró su rostro con una típica sonrisa de corazón que empezó a crecer — Oh cariño, buenos días, te estoy haciendo el desayuno.
— ¿Estás seguro de lo que estás haciendo? Apenas hace unos días no sabías que era la estufa — Dijo nervioso, temía que su cocina se volviera fuego y cenizas.
— Si Yuuri, todo lo aprendí de aquí — Víctor le extendió un pequeño catálogo de recetas.
— Tus habilidades de aprender rápido son impresionantes — Dijo mientras tomaba asiento en una de las sillas altas de la cocina.
— ¿Hay algo que quieras que aprenda? — Se acercó, apoyó sus brazos para sostener su rostro, sus ojos azules brillaron muy hermosos para después sonreírle a su creador, Yuuri enrojeció, se veía muy tierno e inocente.
— Mmmm... No, estamos bien asi, espera ¡Quiero que aprendas a patinar conmigo! — Yuuri le sonrió y la expresión de Víctor cambio a una muy emocionada.
— Ohhh, me encantaría aprender de Yuuri ¡Que romántico puedes llegar a ser, mi amor! ¡Kyaaa! — Yuuri alzó una ceja al comportamiento del joven peliplateado, pero le sonrió — Te hice el desayuno cariño, arroz blanco y una sopa de miso, así como unas verduras hervidas e incluso pescado al grill — En unos minutos le empezó a servir al japonés quien se había avergonzado por lo que Victor había cocinado, Victor le había hecho comida japonesa ¿Cuando fue la última vez que probó la comida de su país hecha en casa? Sin duda, el chico de ojos bonitos había ganado puntos a su favor.
— Oh Vitya, gracias — Yuuri le tomó su mano y besó su dorso suavemente para acariciársela.
Cerró los ojos al saborear la comida bien hecha cuando escuchó un sonido sordo a su lado.
Víctor se había desmayado.
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