Secunda Pars.

5.3K 722 91
                                    

Las primeras semanas para Naruto fueron un sueño inconsciente pero alentador.
Poco a poco.
Latido a latido.
Él iba mejorando con una lentitud modesta pero estaba avanzando que era lo que importaba.

Fue difícil. Fue horriblemente difícil para todos y para el fue un puto infierno desde que Sasuke desapareció. El collar de cuarzo se volvió una extensión de su cuerpo, jamás se la quitaba y jamás se lo quitaría. No mientras Sasuke estuviera lejos.

Al mismo ritmo que recobraba sus colores de manzana también iba entendiendo más cosas acerca de Sasuke. El era lo suficiente inteligente para entender y adivinar ciertas cosas con respecto a el misterioso chico.

No se lo había dicho a Sasuke, pero desde que él le habló a su madre de sus visitas y esta le había dicho que no existía un tal Sasuke, comenzó a comprender ciertas cosas.
Aunque si que se lo había insinuado.

Quizás si estaba loco y Sasuke no era mas que una alucinación. Una hermosa alucinación.

No lo olvidó pero cuando pudo volverse a sostener en dos pies decidió no volver a mencionarlo. No por otra razon más que no darle más preocupaciones a sus padres quienes habían pasado los peores meses de su vida. Ellos también fueron mejorando al mismo ritmo que él por lo que cuando lo sorprendieron dándose un baño él solo casi dieron una fiesta en honor a tal hazaña.

Kushina estaba loca de amor por su niño. Volcó sus mas tiernos cuidados a su hijo. Aún cuando ya no eran necesarios. Vivía aliviada pero eternamente alerta de sus dolencias o cualquier síntoma.
Minato enloqueció definitivamente también. Practicamente dormía con el y lo llamaba veinte veces del trabajo.

Cuando Naruto pudo haber vuelto a clases se encontró con la sopresa de que ya era casi fin de curso y que debía estudiar en casa para simplemente pasar los examenes y librar el año. Pero eso no quizo decir que sus amigos lo dejaron.

Las visitas de Hinata, Sai, Ino y Gaara reanudaron. Incluso Sakura fue a visitarlo una vez pero Naruto la trató tan normalmente que la chica no soportó la vergüenza y la culpa. No volvió a ir y Naruto se permitió sonreír irónicamente ante esto.

Naruto volvía a vivir normalmente. Con el doble de amor que antes tenía. Suspirando mientras se sentaba en la ventana a esperar.

A veces juraría ver a un pequeño zorro escabullirse entre los matorrales a lo lejos.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Para Sasuke el único consuelo en su infierno personal era lo que Kyubi le decía sobre Naruto cada semana.

Sufrió tanto que llegó a pensar en unas floridas vacaciones en el último círculo del infierno no sonaba tan mal.

No podía cerrar los ojos sin visualizar a la hermosa persona que lo tenía amarrado y era completamente incomprensible.
Él era un demonio, un ser demoníaco. Era un puto incúbo, demonio del sexo y estaba ahí, sufriendo por un serafín.

Ahora se parecía a los vampiros maricones con brillitos. Genial.

Itachi era implacable y eso se lo agradecía porque lo mantenía a raya. Entrenar era otra tortura mas pero sabía cuan necesaria era.

Sus sesiones consistían en estudiar el flujo espiritual y la práctica. Se dio cuenta de lo descuidado que era en realidad.
Se tragó el asco y tuvo que intentar consumar cazas asquerosas pero por Naruto valía la pena. Siempre lo haría.
A menudo, cuando le llegaba ese tipico momento de debilidad, pensaba en el momento exacto en que supo que estaba jodido/enamorado.

Era una de esas veces en que entraba a su habitación a simplemente verlo dormir. Todavía podía hablar, lo recordaba.
Habia entrado a su cuarto y se había sentado en la orilla de su cama.
Desde tan cerca podía ver su bonita piel sonrosada, sus labios dulces y entreabiertos, las pestañas largas y doradas. Pudo haber deducido que era un ángel desde ese momento si no hubiese estado tan embobado con su rostro. Había sucumbido a sus deseos y subió un mano para acariciar su mejilla.
Acarició sus labios con cuidado y se odio por ser tan débil.

El chico abrió sus ojitos entre pequeños parpadeos, sus ojos brillaban con estrellitas doradas  y todo.

Naruto le dedicó su primera sonrisa.

Inocente y hermosa. Tan hermosa que cayó irremediablemente.

Cuando pronunció su nombre de esa manera única y exquisita se dio cuenta.

'Sasuke'

Habría caído por el mil veces más.

Sex's ApettiteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora