Sai

4.2K 534 122
                                    

–¿Qué yo debo decir qué cosa?

Su amigo de cabello oscuro lo miraba con la ceja enarcada sin comprender absolutamente nada.

–Solo di que viniste a mi casa en la noche, solo si mis papás llegasen a preguntar–bufó mientras se desparramaba por la cama–Por favor, Sai.

El chico simplemente hizo una mueca cediendo ante el con una rapidez patética.

–¿Me contarás que es lo que hacías a esas horas? ¿Con quién hablabas?

–O-oh, eso...

Sai se sintió tan sumamente incómodo al verlo morderse los labios con nerviosismo que desistió. El efecto de su amigo sobre de él habia aumentado exponencialmente en ese tiempo.

–No importa, si no me quieres decir no tienes porque hacerlo–se encogió de hombros y lo vio suspirar de alivio.

–Gracias 'ttebayo.

Sai estaba muy absorto rayoneando la libreta que descansaba en su regazo. Sin darse cuenta del camino que aquellos trazos desprolijos estaban tomando. Varias hojas de su libreta estaban unicamente dedicados a los retratos de su mejor amigo.
Y no parecía cansarse de recrear sus finos gestos y esos ojos embaucadores.

–Oye Sai

No tenia ganas de embobarse en su mirada por lo que respondió con un 'hmm'

–¿Por qué siempre estás dibujandome? ¿Soy algo bueno para dibujar?

Lo miró con incredulidad vergonzosa. Con las mejillas rojas y la boca seca, sin saber que responder ante eso. No era tan sencillo como decir 'Porque me pareces la más dulce y bella criatura que ha pisado esta tierra'
O simplemente estamparle el rostro en un espejo con la tonta esperanza de que entendiera su perspectiva o arrancarse sus ojos para que pudiera verse desde ellos.
Ninguna de esas opciones era mínimamente viable.

–No tengo nada más que dibujar–respondió con simpleza.

'Y tampoco hay nada as que quiera dibujar' le faltó agregar.

–Uhh, ¿en serio? Digo, ¿no hay algo mas interesante? ¿como flores o algo así?

–No. ¿Te molesta que te dibuje?

El rubio meneó su cabeza de manera adorable y le regalo una sonrisa contenida, esas de ojos brillantes y mejillas infladas.

–No me molesta, de hecho ¿te gustaría que posara?

Sai tuvo que tragar muy despacio para no caer en un colpsus nervioso ahi mismo, frente a su mejor amigo quien tenía una cara totalmente inocente.

–¿Posar?

Él se encogió de hombros

–Sí, solo dime que hacer y prometo no moverme durante el tiempo necesario–dijo sonriente–Pero a cambio quiero algo.

Sai lo miró a los ojos.

–¿Qué quieres?

–Quiero que me dibujes algo, algo así como un retrato hablado–confesó

–¿De quien?–inquirió ronco

–De alguien que vi en mis sueños–esbozó una sonrisa enigmática que le provocó un tirón desagradable en la base debsu vientre. Lo recordaba.

–Sasuke.

Vio como el ampliaba sus ojos azules en su maxima capacidad. Como su expresión palideció repentinamente y como el alma pareció abandonarle el cuerpo.

–¿C-Cómo..?¿de dónde sabes tu d-de el?

Se veía tan sinceramente asustado que el corazón se le encogió.

–Tu me lo contaste. Era el nombre extraño que oías en tus sueños. ¿Me equivoqué?

Por supuesto que no se equivocaba, recordaba a la perfección ese día. No mucho despues del fiasco con Haruno. Aun si el estaba seguro, no quería ver esa expresión en su rostro.

–U-Uh no–se rió algo nervioso–Solo quiero algo que deje algún tipo de constancia ¿sabes?. Constancia de lo que...me pasó.

La boca volvió a secarsele pero reprimió cualquier impulso de preguntarle. Se le veia muy trastocado y no queria perturbarle mas.

–Está bien.–accedió mientras se paraba a buscar mas materiales.

–¡Si! ¡Gracias, dattebayo!–exclamó/gritó mientras daba un brinco–¿Cómo debería ponerme?

–Solo acuestate ahí y pretende estar dormido.

–¿Dormido? ¿no es eso aburrido?

Sai bufó graciosamente.

–No, de hecho es tu mejor faceta–bromeó

Naruto se ofuscó pero de igual manera se tiro a la cama.

–Eso es rudo–jadeó molesto. Sai se sentó delante de el y Naruto cerró los ojos. Despues de casi media hora de Sai pretendiendo dibujar cuando solamente esyana rayoneando en su libreta y de Naruto abriendo un ojo para espiar finalmente el rubio se durmió sin remedio. Justo lo que Sai quería. Cuando notó su rostro relajado, su respiración pesada y el cuerpo ligero, lo supo y es ahí donde comenzó a dibujar.

Había dibujado a su amigo cientos de veces. Pero tenerlo ahí y poder dar rienda libre a su imaginacion le producía una sensacion distinta.
Sai había puesto nombre a los colores dulces que despertaban en sus ojos al verlo, al latido de su corazón y al sabor de su boca al nombrarlo.

No se concebiría escena más prolifica que esa en el mundo.
Su mano temblaba y jamas olvidaría esa sensacion de calidez que lo inundó y terminó por ahogarlo cuando finalmente dió por terminado el dibujo de su amigo dormido que ahora descansaba en la hoja de su enormr cuaderno, tierno y desnudo como un bebé. Con la expresión angelical y el cuerpo menudo, limpio y fresco. De suaves valles y colinas delicadas, los pezones como botones adorables en su pecho frágil, el vientre y las piernas tersas. La meliflua criatura que descansaba en una habitación anónima.

Era sorprendente su precisión porque en contra de sus deseos, no se atrevió a tocar a Naruto. Tuvo que imaginar.

Cuando por fin guardó el dibujo y se preparó para cumplir con su parte de trato, lo despertó con suavidad y disfrutó en primera fila de ver a esa dulce persona regresar a la realidad.

–Me dormí... –susurró tallándose los ojos.

–Eso parece, igualmente fue mas realista aunque babeas y roncas mucho–protestó acomodándose frente a el quien se veia adorablemente somnoliento–Ya es tarde por lo que apurate y describeme al tal Sasuke.

Vio como su rostro se iluminó con una tierna sonrisa.

Y así, como si fuera su tema favorito comenzó a describirlo. Con efusividad, corrigiendole varios bocetos, soltando comentarios de admiración a su talento. Hablando durante minutos sobre el con un brillo extraño en su mirada que el se esforzó ignorar.

–¡Ya está! ¡Es él! ¡Es él! ¡Es mi Sasuke! –gritó emocionado mientras soltaba la mas adorable se las carcajadas–¡Sai eres talentoso! ¡Gracias!

Sai no lo estaba escuchando.
No importaba tanto como el hecho de que reunió valor y lo besó.

Así de simple. De rápido. De tierno. Solo un roce húmedo entre sus labios que duró una eternidad. Donde probó saltar alto.

Y cuando cayó supo que posiblemente la había cagado.

Naruto no se movió, lo miraba con grandes ojos sorprendidos. Cristales azules; opacos.

–S-Sai...

Lo vió huir de ahí, con el dibujo en una mano y sus cosas en la otra.

Sintió sus ojos llenarse en lágrimas. Y asi lo confirmó.

La había cagado.

Últimos capítulos

Sex's ApettiteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora