Fresco.

8.2K 935 114
                                    

—Muy bien, Naruto—sonrío Kushina, mecánica.

—M-má...mamá—gimió angustiado. Sintiéndose incapaz de seguir tratando de pronunciar aquella endemoniada palabra.

—Bien, cielo, lo estás haciendo excelente mi vida. Fue suficiente por hoy—sus ojos se cristalizaron al verlo balbucear. Tomó la libreta de un alegre color azul, que tenia por titulo y en letras negras "Palabras de Naruto" y escribió con una caligrafia vacilante la nueva palabra que había olvidado—Mami irá a hacer galletas ¿quieres? Estaré abajo.

No podía seguir viendo a su niño así. No más.

—¿Galle..ga-galletas?

Se tragó un sollozo y asintió rápidamente.

—Sí, angelito. De las de chocolate—le dió un beso de labios trémulos a la frente de su bebé quien trataba de sonreír y fingir que no veía sus ojos llenos de lágrimas. Tratando de no ser miserable.

Kushina huyó de ahí. Sasuke entró a la escena casi al instante. Venia vestido de negro como siempre, igual de guapo y con él mismo collar de cuarzo azul que parecía oscurecer entre cada visita que este hacia al ángel de cabello rubio.

—Hola.

Naruto movió la cabeza en forma de saludo. Con una bella sonrisa en su rostro dulce.

—¿Ya no hablas?—sonó mortificado. Naruto solo se limitó a alzar las comisuras de sus labios.

—P-puedo.

Sasuke suspiró profundamente. Se sentó en la orilla de la cama, tomó entre sus dedos la mano delicada del menor y comenzó a acariciarla, suavemente. Era cosa de pocos días que habían aparecido estas caricias innecesarias y esporádicas por parte del azabache. Un roce o un beso. Siempre dulce y casto.

—¿Cómo te sientes?

—Ca...calor—susurró débilmente y Sasuke de río un poco.

—¿Tienes calor?¿Te has bañado ya?¿Donde está tu mamá?.

—Sí. No. Abajo.

Sasuke asintió y lo miró respirar tan suave, como su pecho de veía tan frágil y débil al inhalar. Lo vulnerable que se veía al parpadear.

—Te ves como si fueses a dejar de respirar en cualquier momento.

"Da miedo"

—Puedo.

—Puedes—se vio sumamente pensativo de pronto y le regresó la mirada de Repente—¿Te doy un baño?

Naruto no abrió los ojos pero mas cómico fue él hecho de que se sonrojase hasta las orejas aun si no lo mirase. Después lo miró fijamente con una ceja enarcada.

—¿Serio?

—En serio.

Finalmente sonrió con suavidad y con él mayor esfuerzo del mundo estiró los brazos hasta Sasuke quien no dudó ni medio segundo en tomarlo en brazos. Lo sujetó por las corvas de sus piernas delgadas y lo apretó contra su pecho. En un silencioso y desesperado intento de protegerlo. Un silencioso intento de detenerse.
Lo besó por detrás de la oreja e hizo un camino húmedo de besos hasta su mandíbula, Naruto gimió de gusto y Sasuke mordió sus labios para no estamparlo contra la pared y devorarlo

Pero era como una droga a la que no podía renunciar. Era tan dulce él solo sentarse a verlo respirar, robándose poco a poco su luz.

—Real—la voz chispeante de Naruto en su pecho, vibrando ligeramente. Lo sacó de sus tribulaciones con tanta rapidez que se mareo mientras lo depositaba en la repisa firme de alabastro e iba a llenar la bañera.

—¿Qué es real?—inquirió afanado en otra cosa.

—Tú.

Se giró a mirarlo. Sorprendido.

—¿Lo soy?—asintió—¿Cómo lo sabes?

—Tien...te sientes r-real—respondió con suavidad, sonriendo. Un vuelco cruzó su corazón, si es que tenía. En palabras humanas, su alma—si es que tenía una—se había retorcido al escucharlo.

Se acercó a él despacio, con él arrullante sonido del agua del grifo llenando la bañera con él flujo constante de fondo, viéndolo recargado en la fría pared, terriblemente precioso y devastado. Alargó una mano hacia su pecho donde la pijama había comenzado a desabotonarse.

Quería verlo. Deseaba arrastrar su mirada por cada trozo de piel dorada que poseía. Devorar a besos cada tramo, cada vértice y esquina. Tomarlo.

Pero odiaba tanto la idea de matarlo.

"No somos demonios como tal, Sasuke. Lo que estas haciéndole a ese niño es demasiado cruel"

Pero no podía.
Ante dios y él diablo podía admitirlo.
Había encontrado él alma, luminosa y hermosa, a la que estaría prendado por él resto de su misera existencia. No recordaba como, en que instante, con cual sonrisa o con que mirada lo pudo comprender. Solo lo supo cuando fue definitivamente irrevocable.

Deslizó la tela afelpada por sus hombros como una caricia, lo despojó de todo con tanta delicadeza que cuando terminó sentía que él suelo daba vueltas. Naruto lo miraba con los ojos semi cerrados.

—Lleno.

Su boca se secó.
Pero lo había malinterpretado.
¡La bañera!

Corrió a cerrar la llave, riñiendose por su falta de cuidado. Abrió él tapón lo suficiente para que pudiese meter él impúdico cuerpo del menor dentro de la bañera sin que él agua se desbordase. La perfumó con lo primero que encontró; vainilla silvestre.

Un pequeño suspiro de placer llenaron los labios del rubio cuando lo ingresó al agua. Tratando de no mirar su entrepierna dormida. Con cuidado mojó y enjabonó su cabello, restregó su piel con paciencia y aclaró él jabón con él agua tintada de dulces fragancias.
Debido a la cálida temperatura del agua, las mejillas del chico estaban sonrosadas y hacia bastante que parecía dormitar entre sus brazos que no se cansaban de recorrer su cuerpo.
Sasuke descubrió que Naruto temblaba cuando sus manos se delizaban por sus costados, que amaba que jugar con su pelo y que le gustaban, en general, los mimos.

—¿El baño te sentó bien?—susurró arrullador.

—Si—dijo arrastrando la palabra levemente.

El angelito de cabello de oro ladeó la cabeza y una sonrisa bobalicona creció en sus labios rosas; Una gota se cayó desde su cabellera hasta él filo de su boca.

Sasuke ya no pudo detenerse.

Tomó sus labios, saboreando él agua perfumada mezclada con los labios imposiblemente dulces de Naruto que le regresaba él gesto perezoso, besándolo despacio y lleno. Le sujetó las mejillas y besó con tanta vehemencia que el aire abandonó su sistema.

Sintió como su sistema se llenaba de miel espesa y caliente. Como su lengua se movía vigorosa por la boca contraria. Una mano ansiosa se metió hasta debajo del agua y sujetó su espalda. Acercándolo. Naruto lo sujetó por los antebrazos y apretó suavemente.

"Lo estás matando, idiota"

Pero su rostro, pálido y hermoso, algo somnoliento y bobalicón era tan dulce que no evitó robarle otro beso rápido e infantil. Naruto miró sus ojos y luego a su cuello con asombro.

—T-tan azul....

Sasuke también dirigió su mirada hasta abajo y notó él azul casi tan profundo como sus ojos, solo algunos tonos diferentes.

Tan poco tiempo.

Sex's ApettiteWhere stories live. Discover now