Capítulo 1

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James.

La vida como un humano común y corriente no resultaba ser tan mala después de haberse acostumbrado un poco, no negaría que como guardián tuve algunos privilegios y como Padre del Tiempo también, pero después de todo lo que había pasado, lo que había vivido, no estaba mal un poco de normalidad.

Había conseguido un trabajo estable como profesor —irónicamente—, de arte en una muy reconocida universidad. Tenía un pequeño departamento muy cómodo y un auto, se podría decir que todo marchaba bien para una persona promedio, y sin embargo, sentía que algo me faltaba.

Y tal vez ese algo, o mejor dicho alguien, fuera mi amada Samantha.

—Estás pensando en ella —escuché la segura afirmación de la chica de ojos lilas sentada en el sofá—. Tienes esa mirada melancólica que siempre pones cuando recuerdas algo de los años con ella o simplemente se te viene su rostro a la cabeza —no respondí ante su comentario, no tenía ganas de hablar sobre eso y mucho menos con esa chica, la cual por cierto se había tomado muy en serio la dichosa frase de «estás en tu casa»—. ¿Por qué no vas a verla?

—Porque todavía no es tiempo que me conozca —respondí sencillamente—. Mejor dime, ¿has logrado averiguar algo?

—¿Pero mantienes contacto con su hermano, no? —ella ignoró por completo mi pregunta—. ¿Él no te mantiene al tanto de todo lo que pasa con ella?

—Solo lo que a él le resulta verdaderamente importante, tampoco es como si le pidiera que me contara todo lo que hace su hermana en el día.

—¿Y no tienes miedo a que encuentre a alguien más y se enamore? —de tan solo imaginarmelo sentía que la sangre me hervía.

—Su hermano se encarga de que eso no suceda, no conoces a Anthony, ese hombre puede llegar a ser demasiado sobre protector con Sam —traté de tranquilizarme y sonreí de medio lado al recordar el interrogatorio por el que me hizo pasar antes de que siquiera pudiera intentar ganarme su corazón.

—Tienes razón, no conozco al tal Anthony, pero por lo poco que me has hablado de él puedo decir que sería interesante conocerlo —no me pasó desapercibido el tono jugueton que usó y casi quise reír al fijar mi mirada en ella.

—Oh no, te aseguro Anie, que solo perderías tu tiempo —la de cabellos rojos frunció el ceño sin comprender del todo mis palabras—. Es hombre comprometido —la desilusión rápidamente se plasmó en su rostro.

—Creo que me resignaré a que jamás encontraré el amor —casi pude sentir el verdadero sentimiento en su tono, pero se esfumó tan rápido como volvió a hablar—. Bueno, que eso ya lo sabía, después de todo es parte de mi maldición y lo que conlleva ser lo que soy —lo decía de una manera muy calmada, casi desinteresada, pero yo sabía que en el fondo a ella eso le afectaba más de lo que quisiera admitir—. En todo caso, James, yo creo que deberías de aparecer en su vida ya, estás dejando correr mucho tiempo y estoy casi segura que eso no es bueno para la especie de relación que tenías, tienes o planeas tener con ella.

—No te preocupes por ello, ya pronto me haré presente en su vida, por el momento quiero seguir investigando las cosas para poder ayudar a Hannah —la miré detenidamente—. ¿Has sabido algo? —pregunté con verdadera preocupación, desde que me había enterado de que mi padre no solo estaba vivo, sino que era el principal que quería acabar con la vida de las portadoras no había detenido mi busqueda por él, tenía tantas preguntas que hacerle, necesitaba respuestas.

—Nada, no he logrado localizarlo, ya probé todos los hechizos de localización que me sé y los que hay en mis libros, ni uno solo ha funcionado —ella se levantó del sofá y caminó hasta la cocina, esperé un par de minutos por su regresó—. Estoy casi segura que tiene a otra bruja trabajando de su lado, sino fuera el caso ya lo habría encontrado.

*PAUSADA* Las cuatro estaciones: Tiempo (Bilogía #CuatroEstaciones)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora