Capítulo 26

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Samantha

—¿Estás más tranquila? —escuchar su voz me resultaba extraño, pero a la vez me daba paz. El llanto había cesado y mi respiración ya se había regularizado, sin embargo, aun podía sentir la mano del pelinegro acariciando con delicadeza mi cabello.

Inhalé profundamente y dejé que todo ese aire se me escapara en un suspiro, ahora que sabía de su verdadera identidad podía ser más consciente de aquellos pequeños detalles, como ese perfume tan característico de él, antes había sido algo que prefería ignorar por el simple hecho de pensar que era solo una casualidad, pero ahora... ahora todo se sentía extrañamente bien.

—¿Por qué, Derek? —sentí las caricias parar y un estremecimiento por parte de él.

—Es tan extraño que me llames por mi nombre, ya me había acostumbrado a que me llamaras por el de Dan... —soltó un suspiro, pude sentir su pecho subir y bajar—. Anabella mantiene muchos secretos, según ella, varios de estos tienen que ver con ganarle a Stefan en la guerra, supongo que por ello es que regresó mi alma a la vida —abrí mis ojos lentamente, su voz sonaba un tanto apagada—. Antes de que preguntes más cosas, te quiero hacer una sola pregunta —decidí que lo mejor sería sentarme sobre el pasto, para que él pudiera hacer lo mismo y mantuviéramos una mejor conversación, cuando ambos nos pusimos cómodos, esperé pacientemente a que él me hiciera aquella pregunta que quería—. ¿Cómo te diste cuenta?

Dejé que un suspiro se me escapara y miré al frente, evitando la mirada del pelinegro.

—Hay cosas que no se pueden pasar desapercibidas, desde que te presentaste como Dan Sullivan supe que había algo extraño, era demasiada coincidencia el parecido físico entre ambos y con el paso de los días fui notando muchas cosas más; la forma de hablar, tus movimientos, tu forma de pelear, el como te acercaste a mí y a las demás como si nos conociéramos de antes... Y no digas que eso no tiene sentido, ya que si has puesto atención, los demás guardianes solo nos hablan lo necesario, ¿o me equivoco? —sonreí de medio lado sin mirarlo—. Además, hace unos días por error o coincidencia, escuché una platica entre Lydia y Hannah, aunque era más como una discusión en la cual debatían «el dolor que me causaría saber que Dan en realidad era Derek» o algo así —solté un suspiro y elevé mi mirada al cielo, algunas nubes se encontraban escondiendo el sol—. Imagínate el shock que me causó escuchar aquello, pero guardé silencio y me marché de ahí esperando que no hubieran notado mi presencia, lo que al parecer no hicieron, los siguientes días fueron difíciles, sin embargo, después de analizar cada detalle y cada posibilidad, había decidido que no diría nada y que dejaría las cosas tal y como estaban —realmente quería hacer aquello, por mi tranquilidad, la de James y la de todos—. Pero al escucharte hace rato decir que después de todo eras un Sullivan... No sé, simplemente no pude contenerme.

Sentí una de sus manos colocarse sobre la mía y darme un pequeño apretón, dirigí mi mirada hacia él, sus ojos cambiantes con el clima ahora me mostraban ese hermoso gris que pensé jamás volver a ver, pero que ahora —sin importar cuan extraño e imposible que resultara—, podía apreciar.

—Realmente lamento todo esto, Sam, no era mi intención causarte tantos conflictos —dijo él—. Quería decírtelo, pero tenía miedo de cómo reaccionarías, así que me convencí de que era mejor que no lo supieras ni tú ni nadie, de esa manera no interferiría en sus vidas, me conformaba con verlos y saber que estaban bien...

—En algún momento lo iba a descubrir, o tal vez hubiera sido Amy, da gracias a que no se lo dije sino no hubieras lidiado solo con mis dagas, probablemente ella si te hubiera herido de alguna manera con su espada —él soltó una ligera risa, por lo que sonreí sin querer—. Tengo tantas preguntas, Derek...

*PAUSADA* Las cuatro estaciones: Tiempo (Bilogía #CuatroEstaciones)Where stories live. Discover now