Sí, me acuerdo de ti.

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Jasper

Levanté la cabeza y miré fijamente a la chica esperando reaccionar pero me fue sumamente imposible. Un shock invadió nuestros cuerpos por un momento, y creo que mi cara lo dijo todo desde el primer instante, o quizá no. Pero seguro que confundió la que quiera que hubiera sido mi expresión.

-¿Ja... Jasper?-gritó tartamudeando, seguramente igual que yo, tratando de comprender la situación.-¡Jasper!-se lanzó a abrazarme decidida de que lo que estaba viviendo no era ninguna ilusión o un delirio.

Pero yo aún no me podía mover. No entendía nada, no comprendía como aquello podía ser posible, cómo aún así podría haberme cruzado con ella en un mundo tan grande.

-Ally...-dije para asegurarme de que la ilusión no era la mía.

-¿Te acuerdas de mí?-ella emocionada abría sus ojos con énfasis mientras yo dudaba de si de verdad acababa de formularme esa pregunta.

-Sí, me acuerdo de ti.-tenía la mirada en un punto fijo, no lograba creerlo. Era difícil hacerlo después de tanto tiempo pensando que estaría muerta. No era fácil asimilar aquello.

-¿Tú eres...? ¿Cómo...? ¿Desde cuando...?-dije consiguiendo salir de ese trance.- ¿Cuántos años tienes?- me pareció la mejor pregunta ante las tantas que me quedaban aún por formular.

-Dieciocho.-comentó pasando un poco de la pregunta, creyéndola insignificante, muy al contrario que yo, como siempre había sido.

-¿Desde hace cuántos?-pregunté de nuevo, era mi pregunta desde el principio pero probablemente esté distraída pensando en lo mismo que yo y no habría caído en la verdadera edad que yo le estaba preguntando. Conseguí aplicar mi don para crear un estado más calmado y que los nervios no se apoderasen completamente de ambos, al parecer funcionó.

-Pocos después de tu desaparición. Unos meses más tarde.-cuando dijo eso pensé en el terrible pesar de nuestros padres cuando perdieron tan seguidamente a sus dos únicos hijos y me estremecí.

-Bueno pues... Ya entiendes porqué... Desaparecí. Siento mucho el dolor que pude causar pero no fue deseado, de verdad.

-Lo pasé terriblemente fatal...-admitió.

La agarré por la cintura abrazándola, olfateando su olor, que por cierto, seguía intacto desde la última vez que le vi. Al igual que su pelo, que mantenía el exacto tono rubio desde que tenía aproximadamente cuatro años hasta ahora. Aún era fácil acordarse de la niña que únicamente yo conseguía dormir, la que imitaba cada paso de su hermano mayor y al que reconocía que admiraba. Al igual que yo a ella.

-Te he echado de menos pequeña.-reconocí.

-Y yo a ti. No me puedo creer esto.- definitivamente la emoción de su rostro no parecía ningún engaño.

-Ven conmigo.-casi le exigí. Temía que me dijera que no, por ello usé un tono un tanto reacio para la frase.-¿Tienes familia?-añadí dubitativo.

-No... Bueno, tenía.-vaciló.

-¿Cuánto tiempo llevas sola?-pregunté preocupado. Me dio pena pensar que llevaba tiempo sola ya que la soledad, aunque es lo más normal en los vampiros, a nadie le gusta del todo.

-Un par de años.-confesó pretendiendo quitarle importancia al asunto. Y su respuesta me dio un claro sí a mi proposición. No podía decir que no a vivir conmigo, con su tan querido hermano mayor como ella me había demostrado siempre.

-Ven conmigo. Yo tengo una familia increíble.-Volví a insistir y lo seguiría haciendo hasta convencerla. Me destrozaría pensar que después de saber que aún existo ella siguiera sola.

-Pero... Jasper...-traté de evadir sus excusas cortando sus frases. Si realmente deseaba vivir en soledad se iría por su propio pié por más que yo le insistiera. Así que en cierto modo nadie estaba obligando a nadie a hacer nada que no quisiera.

-Vamos.-le agarré del brazo y volvimos todo lo rápido que sus piernas le permitían, ella no era tan rápida como yo y  me aterraba dejarla atrás y perderla. No podría perder a mi pequeña, jamás volvería a perderla. Mi fiel amiga, sangre de mi sangre, no dejaría que nada me la arrebatase nunca. Mi ansia por llegar a casa y presentársela a todos era impensable. Y cuando llegamos todos estaban allí, cómo yo imaginé.

-Ha venido alguien con Jasper.-escuché decir a Rosalie en la planta de arriba.-Puedo olerlo.-finalizó la chica.

Por lo visto mi hermana también lo escuchó ya se que se retrajo al entrar y vaciló al andar. Sus pasos eran cortos y lentos, totalmente inseguros. Sentía su miedo en el aire, miedo a no ser aceptada y tenerla que echar. Pero eso no ocurriría jamás, por ello volví a llenarla de paz, tranquilidad y confianza como si de una oleada de aire se tratase.

Sonreí a Alice al subir a la planta en la que estaba mi familia dudosa seguramente de con quién llegaba. Ally iba detrás mío bastante pegada a mí como de pequeña, cuando temía a alguien y se escondía a mis espaldas.

-He de decir que no esperaba que hubiera posibilidad alguna de que se diera esta tremenda casualidad. Pero os tengo que presentar a alguien con quién me he cruzado cuando os buscaba después de cazar.

Mi rubia hermana nunca había sido tan tímida como en ese momento, excepto cuando era muy pequeña. Agarré su mano como hacía también en aquellos tiempos repitiendo la escena y noté su corto progreso de confianza en sí misma.

-¿Quién es?-Lo más seguro era que Carlisle, con su intuición y su altísimo nivel de estudios, la mayoría relacionados con la medicina y la biología, hubiera llegado a la conclusión de nuestro leve parecido y haya barajado la opción de la realidad, que fuera mi hermana biológica. Nuestro rubio era prácticamente el mismo y ambos poseíamos el hoyuelo de la barbilla aunque el mío era algo más marcado que el suyo. Sus mejillas eran igual de rechonchas que las mías también y a diferencia de ella a mí se me marcaba menos la diferencia de los mofletes.

-Ella es Allison Withlock Hale. Mi hermana biológica.-puntualice para que nadie se perdiese en la corta explicación en la que le puse a la chica mis apellidos, es decir los nuestros.

Las caras de los presentes en la habitación se descompusieron de una forma instantánea, casi de golpe. Exceptuando la de Alice que lo habría visto cuando yo decidí llevarla a casa. Nadie creía lo que ni a mí me parecía todavía una casualidad como un puño pero yo estaba tranquilo. Ella estaba aquí, conmigo y nunca se iría. Y eso me hacía estar tranquilo.

-Ha perdido a su familia y la verdad e que había pensado que podría quedarse. Una más no...-antes de poder acabar Edward se levantó del sillón en el que ni si quiera me había percatado que se encontraba y se fue a toda prisa a su habitación, entonces se escuchó un portazo.

-Yo... Lo siento, si molesto no me quedaré.-se disculpo Ally tontamente porque todos harían caso omiso a la opinión de Edward el reprimido mientras le molestase hasta una mota de polvo.

-No, tranquila, está pasando por un mal momento y las cosas le afectan más de lo que suelen hacerlo normalmente.-Explicó Esme para tranquilizar a mi hermana.

-Estaremos encantados de que te quedes con nosotros Allison. Pero tendrás que convertirte en una buena actriz, tener nuestro apellido, e ir al instituto para que nadie sospeche de nada. Es lo que hacemos aquí, tratamos de llevar una vida medianamente sencilla, intentamos evitar llamar la atención y ser personas corrientes. Aunque cada uno, de cara al mundo, tiene una historia diferente de porqué está en ésta familia, por ejemplo, Alice, la novia de tu hermano, es "adoptada"-indicó las comillas con los dedos.-Al igual que Emmett y Edward.-también explicó cuál era cuál.- Aquí ninguno somos familiares de verdad, sólo vosotros sois hermanos biológicos. Tendremos que inventar una historia para tu repentina adopción.-sonrió Carlisle con amabilidad, gratitud y simpatía. Como siempre hacía fuera cuál fuera la situación.

Ella también asintió contenta y sin poner ninguna pega, aquello me agradó porque significaba que no tenía convenientes en quedarse y me alivió bastante.-¿Y cuál será mi apellido?-preguntó curiosa pero sonriente aún.

-Cullen. Masen Cullen.-dijo Alice.

Miráme a los ojos. (Twilight)Where stories live. Discover now