Miráme a los ojos. (Twilight)

Nuevas maldiciones.

Narra Edward.

-Sí. Para mí ha sido una cualquiera. La tuya ha parecido intensa.

-Tienes todo el derecho a preguntarme lo que quieras.

-Ya he recibido las únicas respuestas que necesitaba.

-Bueno, no hablo de eso. Sé que me has escuchado en clase.

-Sí.

-¿Y no tienes preguntas?

-No.

-Por qué?

-Tengo mis suposiciones a las preguntas. No necesito respuestas. Mis suposiciones son suficientes para mí.

-Yo quiero saber tus preguntas.

-No es necesario.

-Sí lo es.

-No insistas.-dije intentando zanjar la conversación pero ella no se daría por vencida tan fácilmente así que continuó hablando de la reciente escenita.

-¿Mi hermano me ha visto?-preguntó poco preocupada.

-Claramente.

-Y... ¿Qué ha dicho?

-Digamos que he aprendido nuevas maldiciones.

-Mierda.-susurró.

-¿Sabes lo que es ser cauteloso? Eso es precisamente lo que tu no has sido.

-Lo sé, es qué...

-Allison te he escuchado mientras te besuqueabas con él, y sé lo que vas a decir. No quiero explicaciones.

-Siento que te las debo.

-!Pues no! No las necesito, no las quiero!-grité nervioso.- No entiendo como es que no te da repulsión.-reproché con asco.

-Es difícil que te de asco algo que te gusta.-dijo ella algo intimidada pero intentando que no se notara.

-¿Y su olor? ¿Qué me dices de su apestoso olor a perro mojado?

-No huele tan mal.

Me callé.
Si esa era su opinión y a ella le gustaba tenía que respetarlo y comerme mis pensamientos, opiniones y sentimientos.

-Siento haberte gritado.-dije pasado un rato.

-No pasa nada.

-Ha sido... Bueno, lo de esta mañana... Has dicho ante toda la clase que es una suerte tenerme como hermano. Nunca nadie había hecho eso por mí.

-Lo he hecho porque de verdad quiero llevarme bien contigo.

-No,-Sonreí.-Lo has hecho para ver si me ponía nervioso o captabas algo que te dijera lo que me pasa.

-Puede. Pero también por lo primero.-aclaró.

-Tranquila, lo sé.

-¿Y bien?-preguntó.

-Qué?

-Dímelo tú. Así me ahorro el tener que descubrirlo por tus reacciones.

-No diré nada que no deba decir.

-¿Que no debas?

-Ally sé que me tienes manía por odiar a tu novio y por todo lo que hice por no aceptarte. Así que no pienso fastidiarlo más contigo. Puedo ayudarte cuando quieras y puedo aconsejarte si tu me lo pides. Haré lo que me pidas. Te prometo que ya se acabaron las tonterías. He asumido que ahora en mi vida no están sólo Rosalie, Alice y Esme. También estás tú. Aunque no sé a lo que juegas.