A Seattle.

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Narra Ally

Jacob me dijo que si necesitaba hablar, imagino que estaría preocupado por lo que mi hermano o los demás pudieron decirme sobre el tema. Aunque sobre eso creo que entre mi hermano y yo queda algo pendiente. En realidad estaba bien, pero le dije que sí porque quería verle. Edward no estaba bien con la situación, me tenía miedo. Miedo a que le hiciera lo mismo que le hizo Bella. Miedo a fastidiarlo todo conmigo. Así que supongo que prefiere que otro lo fastidie conmigo.

Puede decir lo que quiera pero yo sé lo que he visto. He observado sus reacciones y eso no es inventado. Es demasiado bien guardado dentro. Los papeles se habían invertido, ahora era él el que se ponía nervioso con mi presencia mientras que yo estaba tranquila. Siento que mi vida es una mala comedia. No sé, igual tengo cámaras ocultas por donde voy y dentro de unos años me reiré de todo esto.

Quedé con Jake y avisé en casa que vendría a recogerme y nadie se interpuso. Ya me hubiera molestado porque más que nada lo había avisado para que no hubieran carteles con mi cara de y un texto de  desaparecida cubriendo Forks en unas horas. Jasper se pasa a veces.

Pero no, nadie puso pegas ni problemas. Y eso me agradó.

Les pedi a mis hermanas que vinieran a mi habitación y en menos de diez minutos estaba maquillada. Simplemente les pedí que me buscaran algo de ropa normal y cómoda para una cita normal y corriente. Dentro de lo posible, porque no es muy normal una cita entre un lobo y un vampiro.

Y como si una barbie fuera me vistieron con unos vaqueros, una camisa y unos botines negros. Demasiado elegante para mi gusto, no nos vamos a mentir, pero ellas estaban encantadas.

Escuché algo fuera y me acerqué a la ventana cual niña pequeña a divisar la moto de Jacob que acababa de parar. Cuando le vi sonreí.

-Gracias a las dos.-Dije dándome la vuelta. Las abracé y bajé.

-¡Me voy!-grité en la puerta. Aunque no fuera necesario. Edward y Esme se encontraban sentados en las escaleras hablando como madre e hijo. Salí con una sonrisa tras dedicarles otra a ellos y me acerqué a Jacob.

-Hola Jake.

-Hola preciosa.-me dio un beso en la mejilla para despues sonreirme al igual que acababa de hacer yo.

-¿A dónde vamos?

-¿Te da igual si es sorpresa?-me preguntó mientras subía a la moto.

-¡Sí!

-Pues... vamos a Seattle. Pero no te digo nada más.

Mientras me sujetaba a él vi que por el ventanal del salón estaban mirando Emmett y Jasper. Rosalie y Alice me saludaban por mi ventana. Carlisle desde su despacho, sentado en su amplio escritorio nos miraba casi con indiferencia, sin expresión. Esme me había seguido todo el camino con la mirada desde que le sonreí. Pero Edward era el único que no estaba mirando. Tenía la cabeza apoyada en la pared y los ojos cerrados. En fin. Todos muy descarados la verdad, entiendo que les parecía la extraña relación que tenía con Jacob, pero esperaba que lo asumieran pronto. ¿Sería lo del famoso olor a perro mojado que yo a penas conseguía oler? ¿O es que Edward a penas podía besar a Bella por el ardor de su garganta y que yo lo haga con tanta facilidad les fascina? Inexplicable.

Lo de Edward me daba bastante pena, pero ahora nada me iba a impedir estar con Jake.

Miráme a los ojos. (Twilight)Where stories live. Discover now