Capítulo 4

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Cada día que pasaba Alejandra se alegraba más de haber conseguido su propósito, poder casarse con Elian. Era joven, atractivo, ardiente en la cama, atento con ella y sobre todo millonario. Todos los días ella iba de compras a las mejores boutiques, después a los salones de belleza, siempre quería verse bonita para su marido y de nuevo a su hogar. Aquella rutina ya comenzaba aburrirla. Necesitaba algún quehacer. A pesar de que a ella no le gustaba trabajar, sentía que en la mayoría de su tiempo se aburría.

―Hola mi amor, te llamaba para comunicarte que esta noche vendrá a cenar mi primo Marcos.

―De acuerdo. Ayudaré a Tara para preparar la cena de esta noche.

Minutos después Alejandra se dirige hacia la cocina para ayudar a preparar la cena. Algo incógnita Alejandra se preguntaba quién sería el primo de Elian. Que mejor ocasión para estrenar uno de los vestidos que se compra. Elegante con su vestido y maquillada, con su pelo suelto  Alejandra recibe a su marido a su vez éste le presenta a su primo Marcos.

―Buenas noches Marcos.―La voz de ella no podía sonar más amable dirigiéndose al primo de su marido.

―Buenas noches Alejandra, mi primo me ha hablado mucho de ti. Mucho gusto en conocerte y pido disculpas por no haber venido a su boda, pero me encontraba viajando y me resultó difícil dejar el negocio a medias.―Con disimulo Marcos contemplaba a la mujer de su primo, aturdido pensó en Silvia. Por un instante quería preguntar si tenía alguna hermana, puesta que la mujer que conoció en el crucero y la mujer que tenía ante a él se parecían bastante.

Sentados en la mesa, Alejandra sonreía a Marcos pensando entre ella lo guapo que era y más como le provocaba unas pequeñas descargas recorrer su espina dorsal, apreciando esos ojos esmeralda como la fascinaba logrando encandilarla.

―Marcos, te ocurre algo, estás un poco raro.―Le pregunta Elian viendo como su primo está poco hablador durante la comida.

―No nada, solo que...oye, por causalidad Alejandra no tiene algún pariente o hermana porque en el barco conocí a una chica yo diría casi igual que ella.

Inmediatamente el cuerpo de Alejandra se tensó, por nada del mundo podía imaginarse que su hermana hubiera coincidido con Marcos, aquello la sorprendió tanto que su rostro empezaba a cambiar de tono, si alguien descubría su vida todos sus planes se vendrían abajo. Y eso sí que no lo iba a consentir.

―Eso es imposible, mi mujer no tiene familia, es hija única sus padres murieron hace años.

―No sé. Aquella chica se parecía bastante a ti.―Marcos volvió a mirar Alejandra, sin duda había cierta semejanza de parecido entre las dos mujeres, lo único, que Silvia al lado de Alejandra destacaba por su sencillez. Mientras que Alejandra era una mujer deseosa a los ojos de cualquier hombre recalcando por su belleza.

―No sé, dicen que tenemos por ahí un doble, pudiera ser que hayas conocido a mi doble y yo no lo sepa.―Hizo una burla ella para desviar el tema.

―Pudiese ser. ―Musitó Marcos pensando en Silvia.

La cena continuó sin más percances, sin duda Alejandra llamaría a su hermana para preguntarle, no se iba a quedar con la duda de saber qué hacía ella en un crucero.

Aquella noche Marcos se quedó a dormir en casa de Elian, mientras se desvestía seguía pensando en Silvia y Alejandra. A pesar de haberle dicho su primo que ella no tiene ningún pariente, para él Silvia y Alejandra se parecían mucho. Por su puesto no tenía manera de demostrarlo y menos de volver a coincidir con ella. Se tumbó en la cama cuando alguien tocó la puerta.

En la puerta se encontraba Alejandra con un conjunto de camisón y bata corto de color rosa pálido. Marcos clavó sus ojos en Alejandra empezando activarse su cuerpo al verla vestida de esa manera tan provocativa.

La Ambición De QuererteWhere stories live. Discover now