Capitulo 29

10.1K 686 23
                                    

Por fin había llegado el momento de poder expresarle sus sentimientos. De poderle decir en verdad lo  atraído que se siente hacia ella y sobre todo hacerle entrega de un anillo de compromiso.

Nervioso Elian esperaba que Silvia llegase al restaurante donde había hecho tres días antes una reserva. Pidió que le concedieran un lugar íntimo para poder hablar con más seguridad y que nadie los molestase.

Al llegar Silvia, Elian se levantó dándole un beso en la mejilla. Ella radiante de felicidad se sentó enfrente de Elian. Ambos se observaban luciendo en sus miradas un brillo inigualable, como es el del amor y la felicidad.

Al momento el maître tomó nota del pedido y sin hacer apenas ruido se marchó dejándoles nuevamente solos y una botella del mejor licor enfriándose.

—Bueno tú dirás que es que me tenías que decir tan importante.—Empezó Silvia hablando rompiendo el silencio.

—Bueno...Se carraspeó su garganta Elian antes de comenzar a hablar.—Quisiera ante todo decirte lo feliz que soy por haberte conocido Silvia. Lamento mucho la manera de como te traté a lo primero. Fue muy desconsiderable por mi parte. Lo siento mucho. Y me gustaría que me perdonase por mi mal comportamiento.

—Tranquilo Elian, todo aquello ya pasó, ahora solo pretendo que me conozcas a mí y veas que no soy como Alejandra.

—Lo sé querida. Y por ello quiero pedirte que seas mi esposa. Silvia te quiero y ya no sé lo que es la vida si tú no estás a mi lado. ¿qué me dices, deseas casarte conmigo?

—Claro que acepto ser tú esposa Elian. No hay nada en este mundo que no desee que poder casarme contigo.

Feliz porque ella hubiera aceptado casarse con él. Se levantó de la silla dejando la servilleta encima de la mesa para dirigirse a Silvia, agarrarla de su cintura y elevarla un palmo del suelo para besarla con cariño.

—Me acabas de hacer el hombre más feliz del mundo. Te quiero tanto vida mía. Te quiero Silvia.

Silvia emocionada miraba el anillo que le había puesto Elian en su dedo. Apenas le salía las palabras de la misma felicidad que sentía. Por fin uno de sus sueños se iba a cumplir. Casarse con el hombre que ama.

Emocionada, Silvia fue a buscar a Carlo para compartir su felicidad. Pero al verlo sentado con su móvil en la mano, su cabello revuelto y con la cabeza gacha mirando hacia el piso. Silvia supo inmediatamente que algo malo le estaba sucediendo.

—Carlo qué te ocurre.—Le preguntó levantándole su mentón para que la mirase.

—Me ha dejado Silvia. Henry no quiere saber nada de mí. —Los ojos de Carlo estaban cargados de agua. El hombre que amaba, había roto la relación que habían tenido por años.

—Pero...no puede ser...Sí el te ama, como es que ahora te deja...

—No lo sé. Solo me ha dicho que lo que hecho ahora referente hablar con mi familia y decirle que soy, eso lo debí hacerlo muchos años antes. Ahora él se ha cansado de esperar y a mí solo me queda resignarme.

Silvia se levantó y see agachó para abrazar a Carlo. Le decía palabras alentadoras pero al parecer no causaban efecto. Por un lado Silvia se sentía mal por lo que le ocurría a Carlo planteándose el por qué el amor debe ser tan complicado e injusto.

Aquella noche cuando se encontraba en la cama con Elian tras haber echo el amor. Silvia se mostraba pensativa, a pesar de encontrarse feliz junto a Elian no podía quitarse de la cabeza a Carlo y por todo el sufrimiento que estaba pasando. Al igual que él, ella también sufrió y sabe lo que siente. Por ello debía ayudarlo a que se reconciliase con Henry.
Tras contarle a Elian que viajaría con él a New York, Silvia aprovecharía ese viaje para localizar a Henry y así poder hablar con él.

La Ambición De QuererteWhere stories live. Discover now