Capitulo 16

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Mientras Silvia esperaba angustiada sentada en un mesa de una cafetería del aeropuerto esperando que llegase la hora para embarcar, Samia discutía con su abuela por la manera de haber tratado a su amiga.

― ¿Abuela que has pretendido con pegarle una hostia a Silvia?

―Le dado lo que se merece. Ya estoy más que harta que mujeres como ella se rían de nuestra familia y todo por el dinero. Por favor Samia tranquilízate, demasiado sabes que estoy obrando bien. Esa mujer es igual que su hermana y peor que Ciara. Ya estoy cansada de tener que sacarle las castañas a Elian. Ahora, me va escuchar cuando lo vea.

―Vale, estoy de acuerdo contigo que a Elian no le funciona bien el radar con las mujeres, pero chica tampoco debes de ir pegando hostias como si fueras un boxeador. Por dios abu que esa chica no te ha mentido en nada, yo misma estuve en su casa y todo lo que ha contado es verdad. ¿No crees que te has pasado tres pueblos?

Alena miró con desaprobación a su nieta. No dijo nada, tan solo guardó silencio mientras digería todo lo ocurrido. Para Alena, la tal Silvia no solo era igual físicamente que Alejandra sino que su semejanza la llevaría también a ser una aprovechada que solo busca sacar tajada de su fortuna. Y por supuesto, ella no estaba dispuesta a consentirlo.

Minutos después de terminar de hablar con su abuela, Samia llamó a Elian comunicándole lo ocurrido. Desde la oficina del casino, Elian escuchaba en silencio a Samia. Notando una descarga de furia recorrer por sus venas, Elian dejó lo que estaba haciendo para ir inmediatamente a su casa y enfrentarse una vez más a su abuela.

Para Elian su abuela solo lo lastimaba con sus palabras y metiéndose en su vida. Para ella todo lo que hacía él estaba mal hecho, nunca tuvo una palabra de elogío para él, si no todo lo contrario. Y en el tema del amor, eso ya era otra historia. Desde que murió la madre de su hija, Elian no volvió amar a otra mujer, aún esa herida estaba abierta y a pesar de haber intentado olvidarla no pudo, tan solo el paso de los años ha conseguido que por fin su herida cicatrizase. Tras su matrimonio de conveniencia con Ciara, Elian se repitió a si mismo que jamás volvería a casarse, pero cometió la infamia de casarse con Alejandra. A pesar de amarla o eso pensaba hasta que sufrió en sus carnes la traición y el engaño por parte de ella, todo le ha quedado claro. Jamás volverá a poner un mínimo interés por ninguna mujer. Pero Silvia...Silvia tenía algo que lo atraía como un imán, algo lo empujaba a querer estar con ella, seguir conociéndola y al ser posible cuidarla como un ángel guardián. En cada beso ha sido encontrar de nuevo la paz, un sentimiento que creía haber desaparecido, y sin embargo Silvia se lo ha devuelto.

Nada más entrar a su casa Elian se enfrentó a su abuela.

―Qué, te has quedado bien echando a Silvia de mi casa, ¿no? Después irás a misa para arrepentirte.

―Por supuesto no me arrepiento de nada, más vale que me dieras las gracias por echar a esa mujerzuela de tú casa, justo lo que tenía que haber hecho con su hermana.

―Párale abuela. Alejandra está muerta, y Silvia no tiene nada que ver, por lo tanto te has anticipado humillando a esa chica.

―Dime que te hecho un favor, o acaso te piensas que ella no iba hacer lo mismo que su hermana con la excusa del niño. Qué sepa Dios si es tuyo, porque hombres no creo que le faltasen a esa...

―¡¡Cállate!! Te he dicho que dejes el tema. Si ese niño es mío yo me haré cargo. Y respecto a Silvia debes darle una disculpa, la culpa de que ella estuviese aquí ha sido mía.

―Pero que imbécil eres Elian, esas mujeres actúan así, primero se hacen las inocentes y luego van trepando para quitarte hasta la forma de respirar. Pareciese que no hubieras escarmentado con Ciara y con Alejandra que ahora vas y metes a la gemela. Pero que tonto eres cuando quieres Elian.

La Ambición De QuererteOù les histoires vivent. Découvrez maintenant