Cap 1

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Hace tres días cumplí 17 años. En poco tiempo empezare la universidad y estudiare derecho igual que mi madre, aunque la verdad me encantaría ser veterinaria. Amo los animales.

Puedo sentir la humedad en mi frente y el sabor salado en mis labios llenos de sudor, el viento golpea mi cara mientras mis manos y piernas se mueven al ritmo de la música que se reproduce en mi IPod atreves de mis auriculares. El correr me relaja mis pensamientos, corro todas las mañanas desde hace dos años, es como escapar del mundo y ocultarse de las personas. Aunque soy delgada por naturaleza el correr me tiene con buena condición y sobre todo distraída.

Ya he corrido más de media hora a través del parque y es hora de regresar a casa antes de ir a los últimos días de clases en mi preparatoria. Me quito los auriculares y bajo el ritmo de mis pies

-Buenos días Natalie- me saluda el viejo señor Randy cuando sale a recoger su periódico como todos los días

-buenos días Señor Randy- saludo de vuelta- ¿cómo se encuentra su esposa?

-bien el doctor le ha recomendado nuevos medicamentos- contesta mi anciano vecino. 

Cuando voy cruzando el jardín de mi casa escucho que me gritan, volteo y un periódico doblado y amarrado con una liga es lanzado directamente a mí. Lo tomo col las dos manos antes de que caiga al suelo

-Gracias Back - le grito al niño de 14 años en patineta que deja el periódico en las casas todas las mañanas para ganar dinero para juegos de Xbox nuevos

-nos vemos Nati - se despide de mí con la mano

Al cruzar la puerta mi nariz se empapa de un olor de pan recién hecho. Mi madre está en la cocina preparando el desayuno y me imagino que hiso pan casero por la masa salpicada en su delantal.

-buenos días mi vida - me saluda mi madre mientras limpia la cocina. Siempre tiene peinado su cabello rubio en una trenza que se pasa por delante de su hombro izquierdo. Ella es muy hermosa, o al menos para tener 45 años está muy bien conservada, para tener dos hijos su cuerpo está muy bien definido, y su piel es muy suave y brillosa, las dos tenemos los ojos color azul, solo que su cabello es rubio natural y el mío rubio teñido.- ¿Qué pasa?¿tengo algo en la cara?

-no, simplemente observaba tu belleza- pongo el periódico en la barra de la cocina y tomo un vaso de jugo- ¿Qué hiciste de desayunar?

-pan relleno de jamón y queso - me encella la charola llena de panes recién horneados y con una sonrisa de orgullo en su cara

-delicioso- la alago - voy a ir a cambiarme

Le digo y subo las escaleras y me dirijo a mi habitación, me doy una ducha rápida para quitarme la mugre y el sudor de encima, el agua tibia ayuda a relajar mis músculos un poco y a destensarme por tanto ejercicio. Un Jean oscuro y una blusa blanca sustituyen el conjunto sport negro de la mañana.

Cuando vuelvo a bajar mi padre está sentado en el desayunador leyendo el periódico que Back me dio esta mañana, mi hermano come los panes que mi mamá acaba de hacer.

-¡OYE!- me grita cuando le quito el pan que estaba a punto de meterse a la boca,

-buenos días Pá- saludo a mi padre y le doy un beso en la frente

-buenos días hija ¿vas a ir mañana a la oficina?- me pregunta sin despegar los ojos del periódico

-Sí, se lo prometí a Sheila- Sheila es la recepcionista de mi padre, quien trabaja para una empresa de venta de autos.

-odio cuando ustedes dos se juntan, es como tener una estética en mi oficina - me dice mi padre y tiene razón. Nos pasamos el tiempo arreglándonos las uñas, hablando de los chicos de mi escuela y de las telenovelas en la tele.

Pongo los ojos en blanco y muerdo el pan. Veo el reloj de la cocina y veo que faltan menos de cinco minutos para que pase John por mí. Me apuro a tomar otro vaso de jugo y tomo dos panes más para el camino. Me despedido de mis padres y de mi hermano. Cuando voy saliendo de mi casa justamente se está estacionando un auto rojo delante de mi casa. Es John, mi mejor amigo. Subo a su auto y nos dirigimos a la escuela conversando.

-¿ya le dijiste a tu madre lo de ser veterinaria?- me pregunta

-aun no, en realidad no sé cómo decírselo - confieso - de cumpleaños me regalo un portafolio ¿puedes creerlo?

-sí, me dijiste que era uno café horrible ¿no?

-sí, lo odio

Él se empieza a reír y llegamos a la escuela.

-¿me acompañas hoy a Musict? -pregunta cuando se aparca en el estacionamiento de la escuela

-no puedo, es viernes y los viernes voy con mi tía después de clases

-si es cierto ¿y mañana?

-en la mañana voy a la oficina de mi papá, pero si quieres en la tarde te llamo

-está bien

Bajamos del auto y nos dirigimos a la entrada de la escuela. Las clases más que nunca se me hacían eternas. La profesora de literatura nos dio un proyecto para las calificaciones finales: redactar una aventura o experiencias más emocionantes de nuestra vida.

-¿ya sabes que vas a escribir? - me pregunta John mientras caminamos por el pasillo

-no tengo ni idea ¿y tú?

-acerca de la ves que fuimos al lago por primera vez

-¿enserio fue tu mejor experiencia?- le pregunto, ya que quien pensaría que emborracharse hasta perder la conciencia seria emocionante.

-sí, fue la primera vez que probé el alcohol - contesta con una hermosa y perfecta sonrisa en su rostro

-enserio, tu sí que eres raro - me burlo y entro a la última clase del día. Física.

La clase había sido tan patéticamente aburrida que me termine durmiendo. 

Al tocar el timbre me desperté y junto con John me dirigí a la salida. Todos salen corriendo de la escuela.

Como la casa de mi tía no está muy lejos de la escuela me voy caminando, recorro el camino hasta su casa como todos los viernes. Son unas cinco calles a su casa, despejo la mente y camino tranquilamente. Una calle antes de llegar a su casa el semáforo está en rojo por lo que tengo que pararme a esperar. Una camioneta Euro Van negra sin ventanas traseras se para en el semáforo, aun teniendo tiempo para cruzar. Se alcanza a ver que el chofer era un tipo joven. Una sensación de escalofríos recorre todo mi cuerpo, como indicándome que algo malo iba a pasar.

Cuando el semáforo se pone en verde camino para cruzar la cera, cuando estoy a punto de subir la banqueta todo mi mundo cambia por completo.

Escucho como la puerta trasera de la camioneta se abre. Un hombre me abraza por la espalda y me sujeta fuertemente. Empiezo a agitarme y patear para zafarme de sus manos, pero él es muy fuerte y me sostiene con más fuerza. Intento golpearlo con los codos o darle cabezazos pero él los esquiva muy fácilmente. Empecé a gritar pidiendo ayuda, pero el sujeto me tapo la boca con un trapo viejo y sucio. El olor que empecé a respirar atreves del trapo era exageradamente fuerte, era cloroformo.

Mis brazos y pies se volvieron débiles rápidamente, el ruido alrededor de mi desapareció y un sueño invadió mi mente. El tipo me subió a la camioneta y lo último que recuerdo ver fue como mi tía corría hasta la camioneta, pero antes de que ella se acercara la puerta se cerró y yo me desmaye.

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