Cap 3

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Llevo un rato en posición fetal recargada sobre la puerta. Tengo miedo de volverme a desmayar, siento que si cierro mis ojos nunca más los vuelva abrir. Así que con todas mis fuerzas los mantengo abiertos, pero arden, arden de tanto llorar, de no dormir, arden de desesperación.

No sé cuánto tiempo llevo aquí, pero el olor a orines y a perro muerto hace que me duela la cabeza, un dolor que me hará explotar el cerebro tarde o temprano.

Sé que este no es un secuestro normal por dinero. He visto muchos reportajes con mi madre, películas y entrevistas que les hacen a las personas  que han sido secuestradas. Las tiene amarradas y graban videos o le quitan partes de su cuerpo para enviárselos a sus familiares para que vean que no se trata de un juego.

"Pero yo sigo completa" pienso

Tras este pensamiento me reviso rápidamente para ver si no tengo alguna cicatriz, que tal si  uno de mis órganos ya está en el mercado negro y ni me había dado cuenta.

"sigo completa" murmuro al ver que no tengo cicatrices en mi piel y aún tengo todos mis dedos.

Quieren abrir la puerta, reacciono y me alejo a gatas todo lo posible de ella. Hasta recargarme a la pared del otro extremo. De la puerta entra el mismo sujeto que me dejo la comida. Miro la cama vacía, después mi rostro temblando de miedo y su vista se fijó a la charola y la comida tirada en el piso

-te dije que comieras - me dice

-no tengo hambre - digo fríamente

Él se agacha y recoge la charola, el vaso y con cuidado limpia la carne podrida y el resto de la comida embarrada en el piso.

-necesitas comer- se levanta con la charola en las manos – no desperdicies los alimentos.

-¿Por qué? ¿Qué me van a hacer? -empecé a llorar- Por favor déjenme ir, mis padres tienen dinero, por favor

-¿Cómo te llamas? - me pregunta. Es raro ya que si el me secuestro es para que sepa mi nombre.

-Natalie- contesto

-soy Kelvin

Observo a Kelvin: es joven, un par de años mayor que yo, es alto y muy delgado, es moreno y su cabello es negro como la oscuridad, su ropa esta desgarrada y le queda grande, puedo ver la tristeza en sus ojos marrones, sé que lo he visto antes ¿pero dónde?

Él iba manejando (recuerdo), el manejaba la camioneta, aunque el semáforo seguía en verde él se detuvo, el freno, el me observo, el me secuestro.

Otro sujeto aparece detrás de la puerta, le echo un vistazo rápido. Tendrá unos cincuenta y tantos años, lleva el pelo gris muy corto, está un poco obeso pero se mueve muy rápido, está sucio y empapado de sudor, tiene los ojos como los gatos, grises y penetrantes.

-¿Qué pasa aquí? - pregunta el sujeto empujando a Kevin

-nada - Contesta Kelvin tímidamente – vine por la charola de comida

-Por favor déjenme ir, mis padres tienen dinero, por favor, por favor - repito para ver si ellos me tienen aunque sea lastima

Pero en vez de eso el sujeto me golpea en la cara. Me llevo la mano en la mejilla irritada y las lágrimas de dolor corren por mis ojos. Kelvin sale de la habitación cerrando la puerta a sus espaldas. Dejándome sola con el hombre de pelo gris.

Estoy muriéndome de miedo, mis manos no dejan de temblar apretando mi mejilla ¿Qué va a hacer este tipo conmigo?

-no voy a hacerte nada malo, no te preocupes - contesta como si leyera mis pensamientos

-por favor déjeme ir, no le diré a nadie, por favor déjeme ir, mis papás tienen dinero, pero por favor déjeme ir,

-no te preocupes, yo mismo me encargare de que no le digas a nadie

Tan rápido como salen las palabras de su boca, saca un lazo del bolsillo trasero de sus pantalones, toma mi mano y empieza a rodear el lazo en mi muñeca.

-basta, que haces déjame en paz, por favor déjame ir - grito desesperadamente, pateo y clavo mis uñas de la mano libre en su mejilla, haciéndolo sangrar e hiriéndole un ojo. El me vuelve a golpear en el pómulo. Toma ventaja y amarra mi otra mano con el lazo. Uniendo ambas frente a mí pecho.

-estúpida perra, estoy sangrando por tu puta culpa - me escupe en la cara

-me alegro- digo furiosa

-atrevida la nena, te voy a cerrar el puto asico perra- me dice

Se baja el pantalón a las rodillas y se acerca más a mí. Un escalofrió recorre todo mi cuerpo, no tengo miedo, tengo pavor.

Se empieza a bajar los bóxer y bajo la mirada, apretando los ojos para no ver. "que sea una pesadilla" ruego en mis pensamientos "por favor que sea una pesadilla"

Siento su mano en mi clavícula y levanta mi cara, sigo con los ojos cerrados, apretados.

-abre la boca maldita perra - intenta meter uno de sus dedos en mi boca. Pero la aprieto con todas las fuerzas que tengo. Me vuelve a golpear en la cara y los gritos salen sin control de mi boca.  Siento ardor y sobre todo el líquido caliente recorrer por mi mejilla. Es sangre.

Sin pensarlo dos veces mete su miembro en mi boca. Su pene me cubre toda la boca y aunque intento morderlo a él le empieza a excitar más. Mis gritos ahogados se quedan en mi garganta. Pongo mis manos en su cadera para separarlo, el jala de mi cabello empujando su miembro dentro de mi boca. Estoy gritando, llorando con desesperación, pero solo son ruidos sordos golpeando las paredes.

No puedo respirar, me estoy ahogando con mi propia saliva y lo que me imagino es su semen.

-así perra, chupa, chupa más perra, sé que te gusta - gime, su voz es como un eco a través de la habitación.

Suelta mi cabello y empieza a mover sus caderas más fuerte contra mi boca. Lo que provoca que mi nuca se golpee con la pared cada que mete fuertemente su pene cerca de mi garganta. Es asqueroso totalmente asqueroso, tengo ganas de vomitar y m garganta esta de acuerdo. Quiero que pare antes de que deje de respirar pero él no se detiene y sigue moviendo su pene dentro y fuera de mi boca

Cuando por fin saca su miembro de mi boca toso, mientras escupo toda la saliva acumulada y el semen que derramo en mi boca, no paro de toser y vomito lo poca comida en mi estómago. Lagrimas empiezan a salir de mis ojos, lagrimas de dolor, lagrimas de impotencia, de asquerosidad, ¿Por qué yo? ¿Qué he hecho para merecerme esto? Las lágrimas no me dejan ver bien, ya no tengo ganas de segur gritando, así que recuesto mi cabeza dolorida en el piso ensuciando mi cabello de vomito.

Sube sus pantalones y se pone de canclillas frente a mí. Toma mi cabello y hace que lo mire, da unos leves golpes en mi barbilla y muestra su asquerosa sonrisa.

-me agradas perra, me agradas- dice y azota mi cabeza contra el piso, da una patada en mi vientre, gimo de dolor y las lágrimas salen como un rio que fluye.

Escucho sus pasos, la puerta abrir y cerrarse. Estoy sola.

-papá ayúdame -murmuro, mi vos es demasiado débil - ayúdame, Dios mío por favor, ayúdame

Suplico, pero nadie viene a ayudarme.  Es demasiado tarde, estoy en el infierno.

SecuestroWhere stories live. Discover now