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La boda había sido excelente para la pareja, llena de cosas y ocurrencias, pero para Beth no fue así, al día siguiente tomó su vuelo a Nueva York, estaba algo desilucionada y a la vez se reía por las tonterías que pasaron. Llegó a casa y suspiró, dejó su maleta e inmediatamente el teléfono de su departamento sonó como si el que llamara estuviera desesperado.

- ¿Hola?- dijo mientras jalaba su maleta hacia la sala.

- Hola, soy Nigel.- dijo en voz baja.

- ¿Nigel?- preguntó extrañada

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- ¿Nigel?- preguntó extrañada.

- John, John Taylor, tu hermana, de la boda.- dijo mientras sacaba mas cervezas para sus amigos que estaban con  él.

- ¿Por qué tarda tanto?- dijo uno de ellos algo desesperado tratando de enterarse que hacía.

- Si, se quien eres.- dijo algo seria mientras buscaba lagunas cosas en el frigorífico.

- Cindy me dio tu número, aunque no me esperaba que contestaras.- rió dulcemente como adolescente enamorado.

- ¿Quieres que cuelgue y hablas con el contestador?- bromeó la chica.

- ¡No! Es solo que.... no terminó la frase.

- ¡Hey! John, ¿te perdiste en la cocina o que? Necesitamos cervezas. - gritó el otro tipo que estaba ahí, John trataba de que Beth no escuchara lo que tanto hablaba con esos hombres.

- No, solo busco el destapador.-mintió par evitar preguntas incómodas.

- ¡No seas tonto! El destapador está en la nevera, puedo verlo desde aquí.- John lo tomó, estaba tan nervioso. Mientas esos hombres seguían jugando pocker.

- Sólo quería saber si... ¿podríamos cenar juntos?- dijo aún en voz baja mientras esos tipos seguían fastidiando con su cerveza.

- Ya estoy cenando.- Beth sacó un plato de espagueti del refrigerador y cuando lo olió casi vomita, estaba hechado a perder y lo lanzó a la basura.

- ¿Qué te parece un helado, o un café?- él era persistente.

- No, y toma a todo lo que digas un no.- estaba un poco enojada.

- Al parecer dije algo malo o hice algo malo esa noche, al parecer me equivoqué.

- Si John, te has equivocado.- dicho esto ella colgó dejando a John desconcertado por esa reacción. Apretó el teléfono y fue con sus amigos jugadores.

- ¡Por fin llegas! ¿qué tanto hacias?- dijo el hombre de la barba.

- ¿Tu que crees?- le lanzó el destapador.

- Mira, es un destapador... y se usa para abrir botellas, por ejemplo de cerveza... no nos vendría mal unas de esas.- John maldijo pues había olvidado llevar las botellas.

- Iré por ellas.- dejó el teléfono sobre la mesa.

- John, ¿no habrás llamado a una chica mientras jugamos?- el barbón tomó el teléfono.

- No, claro que no.

- Entonces no te molestará que devuelva la llamada.- el tipo comenzó a llamar y John le arrebató el teléfono.

- Que agresivo Nigel.- dijo el otro chico, que era el mas joven de ellos.

- No lo soy amigo.

- Estas muy sencible.- bromeó el robusto de la barba.

- No... no estoy sencible.- se alejó de nuevo a la cocina por las cervezas.

- Eso diría alguien sencible, parece que una mujer te ha embrujado.- dijo el joven y rieron por las bromitas que le decían a John.

Mientras tanto Beth desempacaban sus cosas y en ese momento encontró aquellas monedas que hurtó de la fuente de la gran Venus, sonrió ligeramente y colocó las monedas en una pequeña charolita, tal vez serian un buen recuerdo, además de muy gracioso que podría rememorar cada que viera esas pequeñas moneditas en la mesita de su apartamento.

Beth, después de eso fue a seguir desempacando aquellas cosas que llevó en su viaje, pero ella no sabe lo que le espera.

When In Rome (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora