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- ¿Una cita?- preguntó Stacy quien estaba al lado de Beth sosteniendo su café.

- No es nadie.- sacudió su cabeza y tomó su taza mientras subían el elevador.

- ¿Y que te vas a poner?- una risita escapó de los labios de Stacy.

- ¡La blusa oscura, la falda de tubo y las sandalias!- dijo rápido con una sonrisa.

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Beth entró en un lindo restaurante, era acogedor pero también sencillo sin perder estilo.

- Hola.- saludó John algo nervioso mientras ella se acercaba.

- Hola.- sonrió ligeramente.

- ¡Vaya, que guapa!- tragó saliva y analizó muy bien a Beth.

- Gracias, aunque ni siquiera he podido arreglarme... Así que...¿es aquí?- hizo una mueca graciosa.

- Si, se supone que atrás es mejor.- sonrió.

- Muy bien.

- Mira, empezamos con el pie izquierdo...no, la verdad empezamos con buen pie pero la prima de Humberto lo arruinó y...no quiero hablar de eso hoy.- Beth sonrió al parecer enamorada de aquel hombre tan guapo. - Solo quería decirte que...- pero él no pudo continuar pues una mujer con gafas de visión nocturna apareció entre las cortinas.

- ¡Hola! Me llamo Silvia y voy a ser su guía sensorial esta noche.- mencionó con una enorme sonrisa. -Esta noche disfrutaran de un delicioso gourmet privados del esencial sentido de la vista.- su voz le daba de cierto modo un tono gracioso, pero Beth miró sorprendida a John. -Gracias a esto sus otros sentidos se agudizaran y disfrutaran de el mas excitante placer...culinario.- rió por su broma de mal gusto.

- ¿Hablas enserio?- dijo Beth con confusión.

- Si, nuestro gran momento fue cuando se fue la luz en Roma y quiero retomarlo donde lo dejamos.- Beth solo sonrió dulcemente, de verdad le gustaba John.

- Que bonito, ahora tómense de las manos y luego de la mía, los llevaré a su mesa, haremos un trenecito.- entraron los tres pero Silvia podía ver a la perfección mientras que Beth chocaba con todo a su paso, John también, ambos se disculpaban por el desastre que hacían pero Silvia por fin los llevó a la mesa.

- Ponga su trasero en esta silla.- dijo a Beth quien con trabajos se sentó.

- Ahora permitame su chaqueta.- le quitó a John su chamarra.- Le ha costado por esos musculitos que tiene.- Silvia tocó un poco los brazos de John para después aprovechar que no los veían y acercarse y aspirar un poco su aroma, John reaccionó asustado.

- Tranquilo, recuerden si necesitan algo solo levanten la mano y alguno de nuestros camareros vendrá. En un rato les traerán el vino. No pueden vernos pero nosotros a ustedes si.- la ultima frase sonó muy tétrica y John soltó una risa nerviosa.

- Esto es algo...aterrador.- dijo Beth a John, sin poder verlo.

- Si,creo que si.- rió algo apenado.

-¡Es bestial!- gritó Silvia quien aun estaba ahí de chismosa.

- Pensé que se había ido.- Beth dijo asustada.

- Les están sirviendo el vino por el lado derecho.- mencionó Silvia con una risa mientras les servían el liquido.

- Espero no hayas pedido uno caro, pues podrían cambiarlo por uno barato y no nos enteraríamos.- la chica bromeó haciendo reír a John.

-Sigo aquí, y yo nunca haría eso, nunca.- Silvia respondió y la última palabra la dijo muy seria.

- ¿Va estar aquí toda la cena?- Beth estaba molestándose.

- No, dejaré que ustedes estén en privado, iré a ver a mas personas del restaurante.- ella se fue dejando a la pareja sola.

- Creo que por fin se ha ido, está todo muy oscuro.- mencionó la mujer.

- Hasta en la oscuridad estás guapísima.- Beth, si se viera podría notarse cuanto se sonrojó por el comentario de ese hombre.

- Dejarme decirte que esto es original, no me sentía tan bien desde Roma.- dijo sincera pero los pasos de alguien eran muy cercanos.

-¡Beth!- dijo alguien a su lado. - Soy Simon, te he buscado por todas partes.- estaba emocionado por encontrarla, Beth solo negó con la cabeza.

- ¿Quién es?- preguntó John.

-Tu pesadilla en forma de salchicha.- dicho esto le dio de cachetadas a John, no paraba de golpear sus lindas mejillas.

- Oh, mira que pies.- alguien tomó sus pies y los acarició, ella estaba mas asustada. - Mira quien soy princesa.

- Espagueti.- dijo Simón enojado a Andy quien le contestó igual.

-Salchichero.

- ¿Alguien puede decirme la hora?- el lindo Roger se acercó a ella con cientos de relojes en las muñecas.

- Me han quitado el reloj.- John buscaba su reloj por todas partes.

- Que pena estar tan bueno y que nadie te vea, recuerdo que alguna vez quise ser modelo nudista, pero me lastimé mi hermosa rodilla el día de la audición.- Nick entraba vanidoso.

- ¿Y este quien es?- John volteaba a todos lados sin ver nada.

- Debería ser nudista, tengo muy buenas razones para serlo.- tomó la mano de Beth y la puso sobre su abdomen. - ¿No lo crees?- siguió bajando su mano hasta rozar la entrepierna la del ojiverde.

- John, me la pasé espectacular pero debo irme.- ella bajó como pudo al piso y gateó pero chocaba con las mesas y su cabeza se estrellaba con todo.

- ¿Tan pronto Beth? ¡Beth!- John gritaba y la chica huía, le pisaban la mano, se golpeaba, chocaba.

- ¿Pretende irse sin pagar?- dijo Silvia pero ella se levantó y pudo correr a la salida.

Los demás se quedaron discutiendo dentro del restaurante.

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Perdón por demorar tanto en subir un capítulo de esta historia pero apenas salí de vacaciones y aquí está, realmente tardé mucho pero les prometo actualizar más seguido.

When In Rome (TERMINADA)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant