Beth Harper, una joven, exitosa y ambiciosa chica de Nueva York, es muy desafortunada en el amor. Pero, cuando viaja a Roma e impulsivamente roba unas monedas de una fuente en la que las personas la arrojan en busca del amor verdadero, Beth comienza...
John se encontraba muy ocupado escribiendo algunas cosas, arreglando algunos detalles pero alguien lo llamó.
-¡Hey John!- él volteó. – De rodillas y arriba las manos.- dijo el tipo que estaba detrás apuntándole con una cámara como si fuera una escopeta, la quitó y rió.
- Ja-ja... ¿tienes por fin las fotos que te pedí?-siguió en lo suyo sin prestarle atención al hombre ese, tenía cosas mas importantes y mejores.
- Soy un fotógrafo profesional John, no soy tu asistente, ¿me entiendes? Te agradecería un poco de respeto, pero si, ten.- le dejó sobre la mesa un sobre con algunas fotos, John las tomó rápido. – Y con el mismo respeto te digo que nos liguemos a algunas chicas y dejes a la "suertuda en el amor" con esto y ya.- dijo el mismo robusto del juego de póker sentándose a un lado de John.
- Hablando de eso, no podré ir a la fiesta el sábado.- dijo mientras veía las fotos.
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- ¿Qué?- dijo el tipo algo molesto. - ¡Vamos! El sábado es la fiesta por la SPN es un tema de trabajo y ocio.- decía algo alterado mientras John rodaba los ojos, a él ya no le impoaban esas fiestas donde conquistaba mujeres. -¡Ay madre!- golpeó su frente. -¡Es la chica! La del museo ¿verdad? No puede ser, no.- gritó realmente frustrado.
- No lo entiendes, tendrías que verla, me tiene atrapado, es lista, es..es preciosa, es simpática.- se levantó de la silla y comenzó a caminar mientras decía todo eso con una emoción enorme, tenía una hermosa sonrisa al pensar en Beth.
- ¡Dios mío! ¡No!- también el tipo se levantó y comenzó a seguir a John. -¡Ya basta! ¡No te enamores tanto! ¡No vayas mas allá hasta que yo investigue a esa chica!- tomó a John por los hombros y lo intentó sacudir aunque Taylor era mucho mas alto y no lo movía ni poquito.
-¿Investigues?- dijo un poco molesto, frunció el ceño. - ¿Eres un espía? No, ¡olvidalo ya!- él giró para seguir en su trabajo.
- ¡Pero no sabes ni como es!- siguió con la conversación el hombre de la barba. –No voy a dejar que mi socio entre a ciegas.- decía como si fuera algún tipo de protector.
- Pat, ¡No! - John hizo una mueca a su compañero.
-¿No?-Pat alzó las cejas.
-¡No!- John reafirmó algo enérgico, bueno tanto que Pat brincó del susto.
-¿Qué tal si dices que si?- entrecerró los ojos y miró a John.
-Bien, si.- dijo para darle permiso a Pat de ser un espía. Un acosador mas para Beth.
