When In Rome (TERMINADA)

23 (Capítulo Final)

Espero disfruten el último capítulo, con mucho cariño.

"Elizabeth y John te invitan a su boda" el gran día había llegado, por fin esas dos almas se unirían, por fin Beth había encontrado el verdadero amor, eso pensaba ella.

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Nick, como todo modelo entró con un caminar hermoso, ese estilo que llevaba era majestuoso ante las miradas de todos.

-Oh, ¿Te invitó también?- pregunto a Andy cuando se sentó a su lado.

-Si, Andy.- se presentaron por fin.

-Nick, un gusto poder conocernos de esta manera.- estrecharon su mano.

-Igualmente, me gusta tu estilo, es increíble....- dijo Andy a Nick.

-Eres artista ¿Cierto?- preguntó a Andy.

-Si, algo así, quiero ser un pintor profesional.- comenzó a contarle todos sus planes.

-Es genial, suena bien.- Nick estaba atento a lo que el bajito le decía.

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Celeste estaba sentada al lado de Simon, ella lo miraba con una sonrisa dulce, Simon también hacía contacto con ella y esa simple mirada decía muchas cosas, pero esa ya será otra historia.

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Mientras tanto, Beth y Roger hablaban en lo que era tiempo de que Beth saliera al altar.

-Todo es mi culpa Beth, encontré esto en mi bolsa de trucos, no es mio - dijo Roger dándole la ficha que realmente era de John. Beth la tomó y sintió como su mundo se derrumbaba. -Te di la ficha equivocada en el museo.

-Sigue hechizado.- su corazón se quebró inmediatamente.

-Bien, gracias. Hora de irse.- Cindy empujó a Roger a la salida.

-¿Eres su hermana?- preguntaba entusiasmado.

- Vete.- ella cerró la puerta.

-¿Quieres ver un truco?- gritaba desde afuera.

- Lo siento mucho.- Cindy se acercó a su hermana abrazandola fuerte.

-¿Qué voy a hacer?- soltó en llanto.

-Es hora querida.- su padre entró anunciando que ya era tiempo de la entrada de la novia.

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Ambos caminaban por el pasillo de la hermosa iglesia para llegar a la puerta principal.

-¿Cuando te casaste con mamá, pensaste que podía salir mal?- Beth iba abrazada a su padre.

- Elizabeth, mi vida, tú no puedes aprender de mis errores. Vas a tener que cometer los propios, te pueden partir el corazón o tener el romance más maravilloso del mundo pero no lo sabrás si no intentas.- decía con una seguridad tan grande y con una sonrisa que hacía que Beth se calmara un poco.

-¿Y si hubiera una garantía de que jamás te lastimaran?- preguntó.

- Nena, la pasión está en el riesgo. Y como digo yo: si vas a ser un oso.- solo ellos entendían esa frase.

-Que sea un oso gris.- respondió como siempre lo hacía con esa frase.

-Está es mi niña.- le dio un abrazo y un beso en la frente, llegaron a la puerta principal, toda la gente miraba hacia esta, se abrió dejando que Beth y su padre entrarán al ritmo de la marcha nupcial, ella se veía hermosa, aunque su rostro estaba algo preocupado.

Cuando llegaron hasta el altar, su padre descubrió el rostro de su niña y la entregó a John.

-Un matrimonio es como cualquier contrato que se celebra bajo la mirada del todopoderoso, si alguien tiene una razón por la cual Elizabeth y John no deban casarse que hable ahora o calle  para siempre ¿Hay alguien? ¿Alguien? No es necesario que los conozcan ¿Nadie? ¿Alguien?- preguntaba exaltado el padre Dino.

-Parece que nadie se está oponiendo, así que sigamos.- John susurró al sacerdote.

-John, ¿aceptas a Elizabeth cómo tu espantosa?- decía entre muecas de disgusto.

-"Esposa" Sì, accetto.- lo corrigió y dijo en italiano su afirmación.

-Italiano, che bello.- rodó los ojos a John.

-Y tu Beth, ¿Aceptas a John cómo tu espantoso, para amarlo y honrarlo hasta que la muerte los separe?- preguntó con una cara esperanzada a una respuesta negativa por parte de Beth. - Piénsalo Beth, es una enorme responsabilidad ¿No?- estaba realmente alterado.

-No, perdón John, no puedo hacerte esto, lo siento.- le dio la ficha y salió corriendo.- bajó las escaleras de la iglesia y corrió frente a la fuente, esa que le había causado todos los líos amorosos.

-Te crees muy graciosa ¿No? ¿Te gustó verme enloquecer? ¿Te divirtió ver mi vida alborotarse por el amor?- gritaba a Venus. Beth se metió a la fuente para estar más cerca de ella.

- Porque a mi si me divirtió.- estaba realmente afligida.

John salió corriendo detrás de ella y la vió ahí, frente a la Venus, con un rostro triste, se acercó.

-¡Beth!- gritó para llamar su atención. -Tengo una pregunta ¿Por qué sigues dándome mis fichas?- le sonrió dulcemente.

-Mereces que te la devuelva, tu la hechaste a la fuente y pediste amor, no debo quedarmela.- agachó la mirada.

-No la heche.- sonrió ampliamente.

-¿No?

-No.

-¿Entonces quien fue?- Beth ya no entendía lo que pasaba.

-No tengo idea.- abrió sus brazos en señal de confusión.

-¿Entonces esto es real?- lo miró fijamente mientras él entraba en la fuente para estar cerca de ella.

-¿Que tan real es para ti esto?- John dejó caer la ficha en la fuente.

-¡Dio Mío! Libre de Tentación.- gritó el sacerdote brincando a todas partes.

-En la fiesta de Cindy y Humberto me dijiste algo.- miró a John.

-Dino me hizo pedazos en el póker.- rieron por toda esa locura y confusión.

John la tomó entre sus brazos con ternura y unió delicadamente sus labios con los de ella para por fin saber que ambos estaban hechos el uno para el otro.

Beth aprendió a amar a alguien más que a su trabajo y eso la hizo muy feliz, todo ante la diosa del amor, Venus.