Tiempo » [Katniss & Peeta]

Capítulo 5: De a poco

Katniss

La incomodidad es evidente cuando llega la hora de dormir, tomo una larga ducha caliente y luego de mucho tiempo salgo para cubrir mi cuerpo con una blusa ligera y un pantalón suelto.

¿Cómo podré dormir en la misma cama que él?

Salgo del baño arrastrando los pasos, pensando en qué hacer para solucionar esta situación.

Vuelvo a la realidad cuando veo a Peeta colocando mantas y almohadas en el sillón que está ubicado a un lado de la ventana, no me parece justo, pero dormir a su lado no es una opción.

Nunca antes había estado en una situación parecida, y eso contando que Peeta Mellark y yo ni siquiera somos amigos, o éramos.

Podría estar construyendo una especie de amistad con él, pero no soy buena en eso.

Toda la buena atmósfera que tuvimos durante la tarde, desapareció. Dejando entrever el dolor que había sentido antes.

Me acerco a la cama y me siento en ella, cruzando las piernas sobre la manta que la cubre, entonces, me resulta curioso ver el cajón de la mesita que está a un lado y decido abrirla, encontrando algunos objetos desconocidos por mi.

Una fotografía de mi padre llama mi atención, sonrío pasando mis dedos sobre su rostro, hubiera preferifo regresar al pasado antes que el presente para poder salvarlo, así Prim estaría viva también y mi madre sería la misma de siempre.

Pero no estaría Peeta.

Entonces la duda me asalta de repente, si mi padre estuviera vivo cuando Peeta me arrojó aquellos panes bajo la lluvia, ¿eso realmente ocurriría?

Probablemente no, mi padre se encargaría de llevar comida a casa.

¿Cuánto afectaría eso mi pasado? ¿Y consecuentemente mi futuro?

Sigo mirando los objetos y me encuentro con una cadenita dorada con un medallón del mismo color, la abro encontrándome con tres partes unidas entre sí con fotografías dentro.

La simple tarea de tragar se me hace difícil, es como su tuviera atascado huesos de pescado en la garganta; Prim, Gale y mi madre.

Resulta un tanto doloroso ver sus rostros sin poder verlos realmente, tenerlos cerca y abrazarlos. El libro dice que Gale fue al Distrito 2, sus bombas mataron a mi hermana, y lo peor es que nunca sabré la razón por la que lo hizo.

Mi madre está en el Distrito 4 ayudando en el área de salud, es más probable que yo tenga hijos antes de volver a verla, y ya tengo hijos.

Me reprendo a mi misma, ya estoy pensando en esos niños como si fuera realmente míos.

¿Y acaso no lo son?

Al lado del medallón descansa otro objeto dorado, lo tomo entre los dedos y enseguida sé de que se trata; el broche del Sinsajo.

Decidida a dejar todo en su lugar e intentar dormir, dejo la fotografía en su lugar y devuelvo lo demás cuandosiento algo frío sobre mi piel.

¿Una perla?

Es negra y brillante, llena de belleza.

— ¡Hey, ya vi eso antes! —exclama Peeta, sobresaltándome.

Se acerca, y se sienta en la cama a una distancia considerable.

— ¿Ya?

Sus párpados se cierran, asiente con la cabeza y luego vuelvo a ver sus ojos azules.

— Yo te la di.

La ruedo entre las yemas de mis dedos, dejándola caer en la palma de su mano. Toma el libro de memorias, lo abre y pasa las páginas hasta encontrar la explicación.