Tiempo » [Katniss & Peeta]

Capítulo 7: Admitir

Katniss

Paso a través de la cerca, apretando los dientes a causa del frío, cada gota de agua que se filtra por mi blusa es una tortura; está helada. Pero necesito seguir caminando.

Camino perdida, me desconecto y dejo de importarme a dónde iré a parar.

Después de muchos minutos, percibiendo que ya pasé por el mismo árbol dos veces, me acomodo en el tronco de uno de ellos. Doblo las piernas y paso mis brazos sobre ellas, abrazándolas; el frío tritura mis huesos.

Fue un error dejarlos, pero necesito de un tiempo a solas, es lo que hago cuando estoy asustada; escapo, corro más allá de lo que mis piernas pueden soportar y admitir es difícil pero soy muy orgullosa.

Recuerdo los acontecimientos que me llevaron a parar bajo el tronco viejo de un árbol en medio del bosque, y todos se resumen en Delly, la amiga de Peeta. Tan inocente que incluso me llega a dar náuseas.

Desde la escuela tengo una cierta desconfianza hacia la chica, y por increíble que parezca eso sólo empeoró hoy, pero aún desconozco la respuesta del por qué.

Esos niños ya se volvieron una parte importante de mi vida. Son mis hijos.

El resultado de un amor fuerte que fluía entre Peeta y yo, de lo contrario nunca sería capaz de dar al mundo dos niños en vano.

Abrazo mis piernas con más fuerza, mordiendo el interior de mis mejillas, pensando en que Peeta Mellark se volvió algo más que importante para mi.

Y precisamente eso es extremadamente peligroso, tengo alta tendencia de escapar, salir corriendo de ese tipo de cosas, sentimientos demasiado profundos para una chica con la mente demasiado débil como yo.

No estoy acostumbrada, pero siento que en esta ocasión es diferente.

Peeta es mi base, ambos nos ayudamos a superar los obstáculos de esta desconocida y nueva realidad en las que nos ha tocado vivir.

Cierro los ojos, inhalando el aroma fresco del bosque, la tierra mojada, oyendo las gotas que acarician las hojas sobre mi cabeza, el viento gélido que se cuela entre la maleza y me golpea con fuerza.

Lo más probable es que me gane un resfriado, y lo sé cuando comienzo a estornudar una y otra vez.

Me levanto como puedo y camino lentamente mientras el viento se choca contra mi sin piedad, mi ropa está completamente empapada y mis botas hacen que el suelo sea resbaladizo.

El resultado sólo podría ser una caída, piso sobre unas hojas y caigo sin tener algún lugar donde sostenerme, ruedo hasta chocar contra un tronco viejo y podrido, me agarro a él, maldiciéndome por tener la estúpida idea de venir hasta aquí.

Los años han pasado, pero continúo haciendo idioteces.

Me quedo recostada allí mismo, mientras la lluvia masacra mi cuerpo, mis pensamientos van hasta Prim y mi padre, ¿cómo no recordarlo aquí?

A su lado fue que me interné en este bosque por primera vez, lancé mi primera flecha, aprendí a usar un arco, supe cómo nadar en el lago bajo su atenta mirada, maté mi primer animal para comerlo en casa luego de muchos meses.

Oh, mi padre...

Amaría conocer a Willow, Rye y a Peeta.

A pesar de que tal vez ya lo conocía cuando iba a la panadería, para vender sus ardillas, tal vez nuestro futuro ya estaba premeditado...

¿Puedo hacer eso? ¿Puedo amar a otras personas cuando me acabo de enterar que perdí a Prim? ¿Y si lo hago y luego me las arrebatan de las manos?