Capítulo 11: Errores

3.2K 261 72
                                    

Katniss

Mientras lavo los platos de los niños mis ojos viajan hasta el pequeño reloj en la pared; sus dos puntas están juntas en medio, mostrándome que ya es mediodía, en punto.

Un extraño calor me sube a la cabeza, también la rabia al recordar al Peeta celoso de esta mañana. Sabía que no iba a facilitarme las cosas, no tenía opción, ¿cómo lo haría estando celoso?

Tener sentimientos por alguien es aún demasiado nuevo para mi, muchas veces no sé descifrar lo que siento y aún cometo errores creyendo que es una cosa cuando, en realidad, es otra.

Creer que tuve algo con Gale es aceptable, pero desconfiar que puedo tener algo ahora es totalmente descabellado.

Motivada por esa rabia y por la curiosidad de saber qué es lo que mi amigo quiere decirme, preparo a los niños y salgo de casa sin pensar en nada más.

Antes, busco un arco por toda la casa, moviendo cajas y muebles, también unas cuantas flechas, entonces lo veo; un arco desconocido que supongo habré utilizado en la guerra, cuando fui el Sinsajo.

Esa historia aún es difícil de aceptar, ¿cómo fui capaz de aceptar algo así?

Es decir, era una chica pobre y hambrienta de la Veta, ¿cómo llegué a convertirme en el símbolo de la revolución?

Pero de todos modos algo bueno rescato de ello; los Juegos del Hambre se acabaron, Snow está muerto, existe mayor igualdad entre todos los ciudadanos de Panem ahora.

Permití que las personas tuvieran otra oportunidad, que sus hijos estuvieran a salvo de ser sentenciados a muerte cada año.

Sigo caminando perdida en mis pensamientos, poco después la campanilla en la puerta de la panadería me anuncia que he ingresado al local, y veo a quien definitivamente no quería ver hoy; Delly.

— ¿Katniss? —luce desconcertada al verme llegar, y yo trato de parecer tranquila.

— Llama a Peeta, por favor.

Sostengo la pequeña mano de Willow con la mía, mientras la cabecita de Rye descansa en mi hombro.

— ¿Pasó algo? Peeta está extraño hoy —pregunta y siento que pierdo la paciencia.

— Eso no te importa —espeto mirándola a la cara.

— Vaya Katniss, sólo pregunté —comenta —al parecer nadie te ha enseñado modales, nunca.

— ¡Pues no preguntes! —exclamo, ignorando su último comentario.

Así como también la ignoro a ella, con grandes zancadas atravieso la habitación y abro la puerta con la mano libre, con tanta velocidad que me sobresalto al ver a Peeta frente a mi.

— ¡Papá! —exclama Willow y se acerca a Peeta para abrazarle las piernas, él le sonríe y la levanta en sus brazos.

— Hola, pequeña —la saluda y le planta un beso en la mejilla, luego su vista viaja hacia mi — ¿Katniss?

Una sonrisa amenaza escapar de sus labios, indicio de que cree que cambié de opinión; pero está equivocado.

Tal vez yo lo esté también, ya que con esto es posible arruinar la especie de relación que hemos creado, pero siempre actúo en base a mis impulsos y no sentimientos.

— Hola —murmuro, él espera un beso de mi parte, pero sigo bastante molesta, tanto que me aguanto las propias ganas —, vine a dejar a los niños aquí, contigo.

Su rostro cambia inmediatamente, sus facciones se endurecen y frunce el ceño, está molesto y tiene toda la razón; yo también lo estoy. Pero tengo derecho de encontrarme con Gale en el bosque, es algo de lo que estoy segura de hacer.

Tiempo » [Katniss & Peeta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora