Teen Wolf Imagina. (Derek) #3

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Hace diez años.

La comisaría está a pleno rendimiento, jamás pensé que dos chavales pudieran hacer que una comisaría entera estuviera alerta.

Cuando miro a Derek, me dedica una mirada inocente – esa que siempre usa cuando, por su culpa, nos metemos en un lío de los buenos. No puedo evitar cruzarme de brazos enfadada. Si me hubiera hecho caso no estaríamos en esta situación.

Pasan varias horas antes de que nos dejen irnos, no sin antes advertirnos que la próxima vez que entremos en una propiedad privada sin permiso no tendremos la suerte de irnos con tanta libertad como ahora.

Derek y yo caminamos uno al lado del otro. Gran parte del camino la pasamos en silencio, eso es hasta que mi novio decide hablar.

—Lo siento, ¿vale?

—No, Derek. —Respondo. — No.

—Ha sido mala idea, lo admito. —Dice haciendo que nos paremos.

—No puedo más, estoy cansada de que todas nuestras citas acaben en comisaría.

—La próxima cita eliges tú lo que vayamos a hacer.

—No va a haber próxima cita, Derek. —Admito.

—¿Qué? —Pregunta intentando agarrar mi mano con la suya, pero me aparto.

—Lo que has oído, lo que hay entre nosotros se ha acabado. —Sentencio.

Derek tarda en reaccionar a mis palabras. Cuando, sin decir nada, se da media vuelta y se larga me deja petrificada. No pensé que se iría así, sin más.

Suspiro triste. Estoy enamorada de Derek y dejarle ir me duele, pero no aguanto más. Hoy ha sido la gota que colma el vaso. Él no ha querido cambiar, y a pesar de haber intentado una y otra vez que hiciéramos cosas como ir al parque o al cine, Derek no ha querido.

No puedo permitir que mis sentimientos por un chico arruinen mi futuro, que me abran un expediente no es mi cita ideal.


Presente.

Me bajo del taxi y le dedico una sonrisa al taxista cuando saca mi maleta del maletero. Tras pagar, se va y yo me giro para poder mirar la casa que tengo delante.

Jamás pensé que volvería, o al menos no pensé que volvería porque mi hermana pequeña se ha roto una pierna y necesita que alguien se quede con ella mientras nuestros padres están de viaje.

Camino hacia la entrada y una vez llego, llamo a la puerta.

Mientras espero a que abran, me doy cuenta de que puede que mi hermana esté sola y que le resultará difícil levantarse para abrirme. Dejando la maleta en el suelo me agacho para buscar la llave que, si mal no recuerdo, está escondida en una de las macetas.

La puerta se abre, y rápidamente me incorporo.

Una chica pelirroja me observa con detenimiento y para ser sinceros, yo hago lo mismo. Su cara no me suena, pero también puede ser porque le saco alrededor de diez años.

—Por favor, dime que eres la hermana de Georgia. —Suplica.

No puedo evitar sonreír, ya que su cara de exasperación me hace gracia. Conociendo a mi hermana, estará comportándose como la dramática que es.

—Sí, soy su hermana. —Asiento.

—Encantada, yo soy Lydia. —Se presenta. — Lo siento, pero tu hermana puede llegar a ser...

—Lo sé, estuve viviendo bajo el mismo techo que ella durante 21 años. —Bromeo entrando en la casa.

Paso directamente al salón, donde lo primero que veo son a dos chicos de la edad de mi hermana. Ambos están sentados en las sillas de la mesa. Cuando mis ojos se cruzan con la pierna escayolada de mi hermana, suspiro.

—No quiero saber cómo te has hecho eso. —La regaño. — ¿Estás cómoda en el sofá?

—Muy cómoda. —Responde. — Oh, estos son Scott y Stiles – chicos, esta es mi querida hermana mayor.

Saludo a los dos chicos con una sonrisa y después me siento en una de las sillas que no están ocupadas. Hablamos durante unos minutos y cuando oigo pasos que se acercan levanto la mirada, esperando ver a Lydia. Aunque me doy cuenta tarde de que ella ya está sentada al lado de Scott.

Derek pasa por la puerta del salón. Está concentrado mirando el contenido de las bolsas que lleva en las manos. Aparto la mirada de mi ex-novio para mirar a mi hermana, la cual encuentra más interesante el techo.

—He traído lo que pedisteis. —Habla Derek levantando la mirada. — (A/N).

Intento darle orden a mis pensamientos. Hacia tanto tiempo que no le veía que, ahora al verle me ha dejado sin palabras.

—¿Os conocéis? —Pregunta Stiles.

—Sí. —Contestamos.

Sonrío, recuperando mi compostura.

—Hace años que no te veía por aquí. —Murmura Derek.

—Podríamos tomar algo para ponernos al día. —Propongo. — Si quieres, claro.

Todas las personas que hay en la habitación dejan de mirarme para mirar a Derek, expectantes de saber su respuesta.

—Por supuesto. —Acepta.

—Podemos ir ahora. —Digo levantándome de la silla.

Derek asiente y ambos nos despedimos de los cuatro adolescentes que hasta el momento observaban la interacción perplejos. 

Los dos nos decantamos por ir a una cafetería a la que solíamos ir cuando éramos jóvenes.

Tener a Derek delante es tan surrealista a la vez de gratificante. Pensé que no volvería a verle, nuestros caminos se separaron poco antes de yo mudarme para ir a la universidad.

—Cuéntame, ¿qué has estado haciendo todo este tiempo? —Pregunto con curiosidad.

—Bueno... —Murmura pensativo. — Digamos que he estado ayudando a adolescentes con problemas.

—Oh, eso está bien. —Digo sonriendo.

—Y tú, ¿al final estudiaste derecho? —Pregunta centrando la atención en mí.

—Sí. —Asiento. — Hace un año que soy oficialmente abogada.

—Me alegro. —Responde bajando la mirada.

Le miro con detenimiento durante unos instantes. El paso de los años no le han sentado nada mal. Sigue estando igual de guapo que antes, aunque la barba le da un toque más serio.

Derek y yo continuamos hablando, y cada minuto que pasa hace que quiera seguir a su lado para saber más de él. He de decir que no le recordaba tan poco hablador, pero me alegra que se haya ido soltando según han ido pasando las horas.

—Deberíamos volver a vernos. —Digo caminando a su lado.

—Me parece buena idea. —Contesta. — Bueno, ya hemos llegado. Nos vemos.

—Eso espero. —Admito sonriendo.

Derek hace el ademán de irse, me acerco a él y le doy un abrazo. Cuando noto cómo sus brazos me envuelven, recuerdo todas esas veces cuando me abrazaba hace tantos años.

Ver a Derek de nuevo me ha hecho pensar en qué hubiera pasado si no le hubiera dejado. 

I M A G I N A S. #2 [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora