I M A G I N A S. #2 [EDITANDO]

Vikings Imagina. (Hvitserk). -Segunda Parte. [Final] #2

La segunda batalla no fue tan difícil como la primera, pudimos reducir al bando contrario fácilmente. Y como era de esperar, todos lo están celebrándolo. 

Bueno, casi todos. 

Yo no lo celebro ya que no estoy de humor. 

Las palabras de Hvitserk todavía me atormentan. Pensé que teníamos algo especial, pensé que después de todas esas tardes y noches habíamos creado un vínculo, pero al parecer no fue así. 

Paseo distraídamente mi mirada sobre la gente. 

Beben, ríen y bailan. 

Pronto mi mirada se posa sobre el chico del cual no puedo dejar de pensar. 

Hvitserk camina hacia mi con paso decidido. Su rostro muestra una expresión de concentración. 

Suspiro, cansada. La otra vez fui capaz de ocultar mis sentimientos, pero no estoy tan segura de poder hacerlo ahora mismo. Me levanto sin ganas y camino hacia su dirección, llega un punto en el que nos encontramos, aunque yo sigo caminando. Hvitserk me agarra del brazo con delicadeza, pero yo me zafo de su agarre bruscamente. 

—Déjame tranquila. —Digo con un tono borde poco creíble para mi gusto. 

—Tengo que hablar contigo. 

Ignoro sus palabras y sigo caminando. 

Pasan las horas y finalmente cae la noche. Decido pasearme por el campamento improvisado en el que estamos. Me alejo un poco, queriendo estar sin nadie alrededor aunque sea unos segundos. 

Mala idea. 

Alguien me agarra y me tapa la boca. Forcejeo hasta que me empujan contra un árbol. Delante de mi tengo al chico que me rompió el corazón. 

—¿De qué vas? —Me quejo. 

No pienso confesarle que me ha asustado. 

Hvitserk no dice nada. Parece debatir consigo mismo algo. Intento irme, pero me lo impide. 

Me cruzo de brazos, esperando a que diga algo. 

—Yo, bueno, perdóname por lo que te dije el otro día. —Murmura. — Quería sacarte de mi cabeza para que así en la batalla no estuviera preocupado por si te pasaba algo.  

—Osea que si me muero te da igual. —Respondo a la defensiva.

—No me estás entendiendo. —Dice llevándose una mano a la nuca. — Siento algo por ti, pero creo que no soy capaz de pronunciar las palabras exactas. 

No le contesto, simplemente aparto la mirada. No quiero creerme lo que dice. No puedo creerme lo que dice. Se está contradiciendo él solo y está haciendo que mis pensamientos sean un caos. 

—Te voy a besar. —Susurra al ver que no digo ni hago nada. 

—¿Es una pregunta o una afirmación? —Pregunto volviendo a mirarle. 

—Es más una afirmación. —Dice él con una media sonrisa. 

Se acerca a mi y justo antes de que llegue a besarme, pongo mi mano sobre su cara y se la aparto con suavidad. 

—Venga ya, Hvitserk, los dos sabemos que solo quieres...

—(A/N) por los Dioses, te quiero. —Me interrumpe.

Hvitserk abre los ojos de par en par, está igual de sorprendido por sus palabras como lo estoy yo.

—¿Acabas de decir lo que yo creo que acabas de decir? —Susurro boquiabierta.   

—Cásate conmigo, (A/N). —Dice  ignorando mi pregunta. 

Me aprieto más contra el árbol, intentando alejarme de él. Necesito poner mis pensamientos en orden. No entiendo qué está pasando. Me aclaro la garganta y doy un paso hacia él, que parece algo nervioso. 

—Hvitserk. 

—Por favor, contesta, me siento algo tonto. —Susurra mirándome. 

—Sí, me caso contigo. —Contesto sin creerme lo que estoy diciendo. 

—¿En serio? —Pregunta con una sonrisa. 

Asiento varias veces, lentamente para que no se note lo emocionada que estoy. 

—Prometo no volver a hacerte daño, aunque tendrás que perdonar mi gran bocaza. —Dice abrazándome con todas sus fuerzas. 

Me atrevo a devolverle el abrazo y apoyo mi cabeza en su hombro, cerrando los ojos.