Donde hubo fuego... (1-2)

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Después de organizar todo el plan, Jeno sólo se frustró por no haber comprado relojes para que él y Yuta se sincronizasen.

En ese momento, el rubio se encontraba en el pequeño apartamento de su jefe, esperando a que se pusiese su disfraz de Halloween. Yuta vivía en una zona muy tranquila de la ciudad, cerca de la tienda de D.O y se sorprendió al saber que el apartamento de Jeno también se encontraba a poca distancia de allí. Incluso era posible que ambas se hubiesen cruzado por la calle, una o dos veces, antes de conocerse. Jeno echó un vistazo a la puesta de sol, observando el vecindario, que parecía medio abandonado; era la sobrecogedora calma de Halloween, antes de que los zombies, las brujas, los fantasmas, las hadas, las princesas, los superhéroes y los vampiros se adueñaran de las calles- de las manos de sus padres o en grupos- en la eterna búsqueda de trucos o tratos.

Mark y Jaemin se encargaron del traje de Jeno, después de tener en cuenta su cuerpo y expresión facial. Habían dudado entre un disfraz de enfermero- para acompañar a Doyoung, que iría de médico- y uno de principe, así que terminaron haciéndole un largo traje de cuello alto, blanco y negro junto a un antifaz gris. Jeno insistió en que quería un diseño modesto, para asegurarse de que el Doctor Hansol no conseguiría nada de Él (ni ahora, ni nunca). Mark iba a llevar un traje parecido, pero Yuta exclamó que el diseño era demasiado aburrido y optó por algo más llamativo.

- ¿Qué tal estoy?- el castaño salió del baño, llevando un traje de noche rojo, que realzaba todas y cada unas de sus curvas y rasgos, brillando débilmente a la luz- No es exactamente de principe, pero no podía dejarlo en la tienda.

Jeno sonrió.

- Después de la actuación que diste en el bar, diría que te queda bien. ¡Di que vas de cantante de salón! Tal vez, si se lo pedimos a Haechan de buenas maneras, toque el piano del hotel y nos des una actuación impresionante- Oh, aquello iba a ser increíble. Taeyong podía esconderse todo lo que quisiera, pero no iba a poder evitar ver a Yuta aquella noche y, cuando lo hiciera, desearía arrancarse el corazón y comérselo con una cuchara.

Yuta apartó la vista.

- Lo que tú digas- se miró en el espejo y se peinó con las manos- ¿Estás seguro de querer seguir con esto? ¿Y si Ten se pone de parte de Hansol?

- No creo que sea tan idiota- Jeno entró en el baño y echó a un lado a Yuta, con sus caderas, para ver si el traje le quedaba bien, resultando en una pequeña discusión ante el espejo, que sólo terminó cuando La Cucaracha empezó a sonar, al otro lado de la casa. Yuta miró a Jeno inquisitoriamente, mientras el rubio contestaba al teléfono.

- ¿Sí?- preguntó dulcemente.

- Cuando me dijiste que iban a ponerse el disfraz, no pensé que les llevaría dos horas hacerlo- contestó la molesta voz de Renjun. Mientras Jeno lo escuchaba, hacía gestos con las manos y ponía muecas extrañas, haciendo que Yuta se divirtiera con la situación- Podrías habérmelo dicho. Ahora voy a tener que comprar más refrescos y no quedan más botellas de Cola, en ningún sitio, por aquí.

- ¿Y qué esperabas? ¿Sabes cuánta gente va a ir a fiestas de Halloween, esta noche?- Jeno se examinó las uñas. Cerró los ojos e intentó imaginarse a Renjun paseándose toda la ciudad con su disfraz puesto. Le llevó bastante tiempo convencerlo para que participara en su tema, pero al final había conseguido que se pusiera una capa negra, botas altas y una máscara, para poder hacer chistes del Fantasma de la Ópera a su costa, así como una espada de plástico. Después de todo, él sería el malo de su cuento de hadas particular. Haechan iba a disfrazarse del heroico mosquetero que liberaría a las principes del rey demonio. El hecho de que llevara un sombrero de plumas fue condición necesaria para que Renjun se uniera; mientras no fuese el único en hacer el ridículo, lo haría.

Muse (NoRen)Where stories live. Discover now