[ESPECIAL] Nihilismo 1-2

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No llevaba ni dos horas en el instituto Steilacoom y el alumno Lee Renjun ya estaba aferrándose al váter de porcelana, como si fuera su salvavidas en una tormenta en el mar. Le dolían los costados. Estaba cubierto de sudor frío, sus enormes ojos estaban llorosos y seguía doliéndole muchísimo la tripa, aunque estaba totalmente seguro de que ya no le quedaba nada más por vomitar. Las náuseas le duraron diez minutos más, hasta que finalmente fue capaz de incorporarse y apoyarse contra la pared- aunque estuviera más cerca del desmayo que de recuperarse- y se quedó mirando, con los ojos fijos, el váter que tenía delante.

Su vida había sido así durante los últimos dos meses y había sido lo suficientemente ingenuo como para pensar que mejoraría; sólo porque ya no estaba en el hospital, sólo por haber engordado un poco. Pero el número 114, de color rojo, seguía grabado en sus retinas, cada vez que intentaba reponerse. Podía verse las costillas, al levantarse la camiseta. No había nada más que añadir, salvo que seguía recayendo en sus mareos, como el que acababa de sufrir. Se sintió como si fuera un cadáver: tan delgado y débil que le costaba hasta mantenerse en pie.

De haber sabido que la felicidad llegaría pagando tan alto precio, se habría contentado con quedarse huérfano para siempre.

El baño estaba oscuro. Las luces estaban apagadas, aunque la mañana teñía el lugar de un color azul oscuro, sugiriendo que ese día estaría nublado. A Renjun siempre le había gustado ese azul. Incluso había llegado a considerarlo inspirador, pero esa vez era diferente. El color saturaba su piel, se colaba por sus poros, invadía su riego sanguíneo y oprimía su corazón. Se sentía como si se estuviera ahogando; el baño estaba sumergido en el agua y él se había olvidado de aguantar la respiración.

Su estómago se retorció. Se apartó de la pared y se inclinó sobre el lavabo, abandonando sus pensamientos de mares y buscando agua de verdad. No salió nada. Su garganta se constriñó, sus hombros se retorcieron, su abdomen se dobló como si una mano invisible estuviera retorciéndolo con fuerza. Pero, comparándose con un tubo de pasta de dientes, estaba vacío y tendría que ir a comprar otro.

¿Renjun?

Los espasmos se detuvieron. Buscó aire. Su camiseta se pegó a su espalda y un chorro de sudor se deslizó por su mandíbula. Se apartó el pelo de la cara, con la idea de apartárselo.

- ¿Sí?- respondió, antes de aclararse la voz- ¿Qué pasa?

Su madre estaba al otro lado de la puerta y él escuchó cómo trató de abrirla, como siempre. Por supuesto, estaba cerrada. No estaba dispuesto a permitir que alguien le viera en un estado tan patético. No era ningún secreto para los Lee que su hijo adoptivo no estaba del todo bien. ¿Cómo guardar un secreto en esa casa, después de lo que ocurrió la última vez, cuando alguien lo encontró inconsciente en el asqueroso suelo de los baños del instituto, dándole por muerto? Su hermano, Yixing, lo llevó en coche hasta su casa, diciéndole que tenía que ir al médico, durante los quince minutos que duró el trayecto hasta la casa.

Oh y los chistes sobre su anorexia de sus compañeros de clase habían sido graciosísimos. Escupió en el lavabo.

Se…- su madre se detuvo, pero retomó el habla de nuevo- Se está haciendo tarde, cariño. Pero, si quieres quedarte en casa hoy…

Apartó la mirada de la puerta, avergonzado de odiar a la gente que no tenía nada que ver con su sufrimiento. Eran muy amables con él, más que nadie que hubiera conocido. Le habían aceptado en su casa, con los brazos abiertos… los mismos brazos que estaban apretándose en torno a su cuello.

- Creo que lo haré- respondió, acabando con el suspense- Diles a Yixing Ge y Sooyoung Jie que se vayan sin mí.

No hubo respuesta. Él miró al pequeño espacio que había encima de la puerta. Ella seguía allí, por motivos que no conocía. ¿Estaba esperando a que saliera o pensaba que podría arrebatarle ese dolor, simplemente estando cerca de él? ¿Acaso las familias hacían eso? La verdad es que no tenía referencias con las que compararla.

Muse (NoRen)Where stories live. Discover now