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Emmaline estaba sentada delante del ordenador con Carol Robinson, que señalaba la pantalla.

—Ese está bien. Tiene los ojos bonitos. Era cierto.

—Sí, pero mira. Asalto con agresión.

—¿Y eso lo descarta?

—Sí, Carol.

—Eres demasiado exigente. De acuerdo, ¿siguiente?

Las dos se encogieron al ver la foto. El hombre no tenía dientes.

—Esto es muy divertido —comentó Carol—. Es mucho más interesante que el sector inmobiliario. ¡Oh, mira! Este es un bomboncito.

Emmaline clicó para obtener más información.

—En la actualidad está en una prisión federal. ¡Maldita sea! Todos los guapos están entre rejas.

—¿Qué estáis haciendo? —preguntó Levi. Las dos lo miraron, luego volvieron a clavar los ojos en la pantalla.

—Estamos buscando a un hombre que acompañe a Em a la boda —dijo Carol.

—¿Has hecho el informe que te pedí?

—Todavía no —respondió Carol con alegría—. Y no te atrevas a mirarme así, Levi. Que te he cambiado los pañales.

—No, no es cierto.

—Pero podría haberlo hecho. Tengo edad para ser tu madre.

—Incluso mi abuela.

—Pero ¡cómo te atreves!

Levi las miró con tolerancia.

—¿Em? ¿Hay tan pocos delitos en Manningsport que te sobra tiempo para hacer eso?

—Son más de las cinco y sí —repuso ella—. La condenada boda es dentro de ocho días y todavía no...

—Puedes reservarte tu vida personal, Em —la interrumpió él—. Yo lo hago.

—Sí, claro. Llamando a Faith veinte veces al día y...

—Llamo a Faith tres o cuatro veces al día porque es mi esposa y está esperando un bebé. Estamos en mitad del invierno y quiero estar seguro de que ella...

—¡Este! ¡Este! —exclamó Carol—. Si no sales tú con él, lo haré yo.

Em estaba de acuerdo. Sí, el tipo era guapísimo. Con el pelo negro y los ojos verdes, aunque un poco separados.

—Tiene pinta de psicópata —comentó Em.

—Sí, ya, ¿quién sale bien en la foto que hacen en comisaría para la ficha policial? — preguntó Carol—. Y no seas tan exigente. Por favor, ni siquiera Robert Downey Jr. salió favorecido y podría alimentarse de comida para gatos, y aun así querría acostarme con él.

—No es apropiado decir eso en el trabajo, Carol —intervino Levi—. Además, agente Neal, pensaba que ibas a ir con mi cuñado.

—¿Con quién? ¿Con Harry? No.

—Faith me ha dicho que se lo ha pedido.

—¿Por qué? —gritó Emmaline—. ¿Cómo se ha enterado ella?

Levi la miró con pesar.

—El otro día lo anunciaron en la Taberna de O'Rourke, y tú no hablas de otra cosa.

—¡No puede ser!

—Claro que sí. Además, déjame decirte que tenía la esperanza de que después pudieras volver a centrarte en el trabajo.

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