Ella era una adolescente aficionada a las novelas románticas, con un poco de cliché, estaba enamorada en secreto del hermano de su mejor amiga. Él era un completo desconocido, sin embargo, lo que no se sabía era que cuando conectaban miradas, sus mu...
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IV - Capítulo Cuatro: Colapso
Angelina me rogó que fuese a su casa el otro día, estuvimos en la clase juntas, no paró de hablarme y hablarme. Cuando nos vinieron a buscar, sus padres esta vez, porque según me explicó quieren pasar tiempo con sus hijos, duramos casi media hora esperando por Ángel, porque estaba en la dirección siendo regañado, porque rompió una puerta y el director les puso una sanción de comprar una nueva, les dio un discurso. Finalmente estuvimos todos en el auto, el señor Quintero manejó sin mucho apuro hacia un restaurant, nos pidió que eligiéramos lo que quisiéramos, miré la lista con los ojos brillantes, eran exageradamente caros los precios.
-Hija, no mire los precios. Hoy compraremos lo que quieran. –Dijo el señor Quintero, relajado.
Quedé un rato analizando la comida que elegiría, al final me decidí por: Pizza de Queso Mozzarella, Jamón de Espalda, Maíz. Cuando la trajeron la compartí con Angelina, entre las dos comimos esa pizza junto con gaseosas, me obligó a ir al baño con ella. En el baño, me dijo que estaba contactando con la ex de Ángel, mis nervios se pusieron de punta.
-¿Cómo?- Pregunté exaltada, todas las chicas del baño me miraron como a una loca. Asintió y me calló la boca.
-Sí, ella está saliendo con el capitán del equipo, es una put... –Dijo pero no terminó de decir la grosería, porque le callé la boca con mi mano.
-¡Ya!-Grité. –Quiero que dejemos de hablar de todo lo que le pase a Ángel. –Dije enojada, me encaminé de nuevo a la mesa, donde estábamos ubicados.
-¡Esperamos por ti, Julieta! ¿Qué deseas de postre?- Pregunto con dulzura, mi amiga Angelina.
-Elegiré un pastel de chocolate, un trozo. –Dije sonriente.
-¡Gracias, señor y señora Quintero!- Dije besando sus mejillas, una vez que salimos del restaurant.
-¡Como desearía una hija así, pero no la necesito porque me encantan las que tengo!- Dijo el señor, abrazando a Angelina y Ángel.
Los padres se marcharon una vez más, a viajes de negocios, quedamos solos en casa. Estábamos en la sala: Ángel, Lucía y yo, todo por petición de la niña, ella quería jugar a las princesas y al príncipe, pero se le ocurrió la brillante idea de invertir los papeles, un hermano no se puede negar a tus deseos, entonces no le quedó otra opción al pobre Ángel que ser maquillado, nos divertimos aplicando todo tipo de maquillaje en su rostro delicado, a nuestro grupo de maquillistas se añadió Angelina, estaba incluso más emocionada que Lucy, como nunca ocurre una situación parecida a la que teníamos en marcha: Maquillar a tu hermano/amigo, ella se aprovechó de la situación y le tomó una foto, la editó, la publicó en Instagram, rápidamente se hizo una de las más vistas y luego se hizo tendencia la etiqueta: #masvalemaquilladoquemalarreglado
-¡Me las pagaran todas!- Dijo advirtiéndonos.
-Me das mucho miedo- Dije sacándole la lengua.
-Tú también. –Dijo con mirada amenazante. Corrí rápido a la habitación de mi amiga, allí estaba preparando a su hermanita para la clase de bailarina, debía llevarla.
Decidí bajar por un vaso de agua, me dirigí hacia la cocina, me encontré a Ángel de nuevo, al lado de la cocina, tenían una habitación con máquinas para entrenar, su gimnasio en casa. No pude obviar la imagen de él sin camisa, su pecho desnudo, lo miré directamente a su ombligo, donde estaba todo el ejercicio logrado.
-Tranquila, no tienes que irte. Si venías a ejercitarte, entra. Estaba por irme a duchar.- Dijo. Mi mente asimiló todo con rapidez: un chico ejercitándose, es decir tu crush sin camisa, sudado, sus labios apetitosos, no podía contenerme, no sé como lo hice, pero él se acercó a mi rostro con lentitud, nos miramos unos minutos, me sonrió con nerviosismo, me besó. Fue tan distinto a todos los besos normales, fue un error lo pensé, me separé, lo deseaba pero no podía. Mi mente solo me ordenó, estamparle mi delicada mano en su cachete, no lo pensé siquiera, solo lo hice.
-¡Disculpa Julieta!-Decía Ángel corriendo detrás de mí.
-¡Juliiii!-Exclamaba inconstante Lucía, también corriendo detrás de mí.
-¡Amiga! ¡NO!-Gritó Angelina.
No me percaté todo fue tan rápido que no lo vi venir, un auto se estrelló con mi cuerpo, quedé inmóvil en medio del pavimento, todos los autos pitaban, luego todo se volvió negro para mí, no vi nada y pensé que estaba muerta, aunque todo me dolía.
Para ese momento estaba era confundida, mis sentimientos hacia él, estaban yéndose al caño, al olvido... ¿O qué? Pensé.
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