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VII-Capítulo Siete

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VII-Capítulo Siete.- ARREPENTIDA ∞

Desperté con una luminosa luz del sol que se colaba resplandecientemente por la habitación, me desperecé de las hermosas cobijas olorosas a flores y bebé. Vi a mi amiga dormida en su cama, me coloqué mis chanclas*, me metí en el baño a hacer mis necesidades, me duché, me coloqué un vestido casual en color salmón, unas sandalias bajitas en negras y combiné con algunos accesorios, me maquillé un poco la cara e hice rizos en mi cabello. Desperté a Angelina como ella suele a hacerlo conmigo las veces que se queda en mi casa. Mientras, ella iba al baño y se arreglaba, yo ordené mi cama y guardé todo lo que había necesitado para maquillarme. En minutos, ella estaba lista con un conjunto de playa y mientras se maquillaba yo la ayudaba a rizarse el cabello. Salimos, ubicándonos en el comedero, allí pedimos al personal que trabajaba en la cocina que nos prepararan el desayuno, sirvieron de todo un poco, comimos y luego salimos al jardín allí estaban las primas de Angelina que en total eran dos, una de trece años y otra de dieciocho años, hablamos un poco de trivialidades y acordamos ir a la playa en la tarde.

Mientras que Angelina iba a arreglar todo para ambas, jugué un rato en la sala con la pequeña Lucí a moldear plastilina. Ángel, se incorporó con nosotras y empezó a cambiar el tema del juego para jugar a algo que a ella, le encantaba: príncipes y princesas. Ella siempre era la reina y nosotros jugábamos a ser la princesa y el príncipe que hacían todo lo que ella nos ordenaba.

-Los príncipes deben tratar a las chicas, como unas princesas, es por eso que las deben besar-Decía la pequeña, que se convertía en reina un momento.

Ángel, se acercó para besarme la mejilla, sentí un pequeño cosquilleo y mariposas en el estómago. Los padres de Angelina, mencionaron que saldrían a comprar en el supermercado más cerca algo de comida para los días que restaban en la cabaña. Ángel, se ofreció a acompañarlos para ayudarlos con la comida. Fui con Angelina, llevando en brazos a Lucí, me vestí con mi traje de baño en color perla. Tome un bolso, allí coloqué una puesta de ropa, un par de sandalias, mi set de maquillaje, el resto de una barra de chocolate que me regalaron. Me fui con Angelina por las escaleras, Lucy se quedó con sus tías, nos fuimos en un Jeep de una de las primas de Angelina.

Llegamos a la playa, que quedaba a pocos kilómetros, nos recostamos en nuestros paños, a solearnos, cuando estábamos por untarnos un poco de bloqueador solar, se nos acercaron unos chicos, pidiendo que si nos podían ayudar, nosotras negamos que no quisiéramos su ayuda. Nos untamos nosotras mismas, el líquido. Y nos escabullimos en el agua. Pasamos casi toda la mañana, y parte de la tarde allí: tomando malteadas para refrescarnos, charlando un poco, tomando el sol y llame a mi hermana para saber cómo iba todo por allá.

Hola, hermana ¿Cómo va todo por allá?-Dije cuando escuché que contestó

Hola, Juli bien, ¿Cómo te va a ti?-Dijo y sabía que estaba feliz

Bien, disfrutando como lo hacía mamá, la extraño mucho, desearía haberla conocido, pero sé que está muy feliz de mí-Dije y se me escapó una lagrimilla.

Eso no lo dudes hermana mía-Dijo. En ese momento En ese momento supe que la puse melancólica.

Sí, bueno hermana te llamaba para ver cómo estaba todo por allá, los amo, vuelvo pronto, cuídense y saludos-Dije y colgué.

Angelina me llamaba avisándome que ya nos íbamos. Eran como las cinco de la tarde, habíamos almorzado unas pizzas que compramos. Llegamos a la casa, en cuestión de minutos, al llegar ya los autos de los padres de Angelina estaban aparcados. Entramos con apuro, todos estaban en el patio grande e iluminado por muchas lámparas y lleno de sillas de todo tipo. Angy y yo nos ubicamos en una tumbona, yo recostada y ella al pie de esta. Sus padres preguntaron, cómo nos había ido. Estaban preparando parrilla para la noche. Todavía quedaban tres lindos días, para disfrutar de la belleza de un viaje. Nos dimos un baño Angelina, luego era mi turno, nos pusimos cómodas, y bajamos al patio, allí nos ubicamos para cenar. Todos juntos, luego a medida que era más tarde, los más grandes y pequeños como los padres de los mellizos y sus tíos, también su hermana Lucía, cayeron rendidos en sus caminos, los más adolescentes quedamos jugando: Yo nunca, mientras que bebíamos Piña Colada. A mi lado estaba Angelina y al otro Lettie, la novia de Wilmer de diecinueve años, primo de los chicos. Ambos eran maravillosos para conversar, a sus lados Annelisa de veintiocho que se adaptaba a nuestra edad y a todas las reuniones de los adolescentes, era tía. Angelina se fue a dormir y yo la seguí. Cuando estaba ya en la calidez de las cobijas, me dieron ganas de tomar un poco de leche caliente.

Bajé las escaleras con rapidez, me impresioné al ver que la luz de la cocina-comedor se encontraba encendida, me acerqué y estaba Ángel tomando un té, me senté en el comedero, me miró atentamente y preguntó: ¿Insomnio?- y esbozó una media sonrisa. Yo asentí y tomé leche para calentarla. Se acercó tomándome de la mandíbula, estando a pocos centímetros de nuestras caras, nuestras narices rozándose, nuestros ojos observándose detenidamente, azul contra carmesí, ambos observando nuestros labios. Se acercó acortando la distancia, uniendo nuestros labios, danzando en una sola sintonía, sintiendo el deseo, la necesidad de estar unidos el uno con el otro en esa muestra de amor. Lamió mis labios por último, yo quedé apenada con la bilis subiendo por mi garganta, con las mejillas totalmente encendidas, sin mi garganta poder mencionar aunque sea una palabra, una frase, una disculpa por haber sentido, esa necesidad de acortar su espacio personal y seguirle el ritmo danzante que llevábamos ambos. Tomé su mano, sintiendo el mismo cosquilleo de siempre cuando estaba cerca de él, mencione un: lo lamento, no fue mi intención.

El solo dijo: No tienes que decir nada, discúlpame tú, no debía de tomarme el atrevimiento de haberte besado, pero Julieta esta vez no te voy a mentir, seremos adolescentes, pero tú me encantas, de una manera inexplicable, no sé cómo puedo explicarte lo que siento por ti, amistad sé que no es, pero me encantas, me gustas, me atraes, me enloqueces. Sé que pedimos conocernos, y avanzar poco a poco. Y no te puedo pedir que seas mi novia tan rápido, pero solo quería que lo supieras. –Me sonrió, y me besó la frente. Tomé mi vaso de leche en manos, subí lamiendo mis labios, tomé mi vaso con rapidez, me recosté hasta dormirme.

*Chanclas: Sandalias para andar por casa o para salir.

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