Ella era una adolescente aficionada a las novelas románticas, con un poco de cliché, estaba enamorada en secreto del hermano de su mejor amiga. Él era un completo desconocido, sin embargo, lo que no se sabía era que cuando conectaban miradas, sus mu...
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XI- Capítulo Once: Cariño
Cinco meses juntos, oh esto sí que pasaba rápido junto a él, Ángel era todo lo que decía su nombre, un chico valiente, lo había estado dando todo por mí, con él todo el tiempo era divertido, tuvimos algunas peleas los primeros meses, porque ambos éramos muy celosos, pero nada que no pudiésemos arreglar, casi todos los fines de semana eran en mi casa o en la suya, luego de que les confesamos a sus padres, a mi hermana y mi familia la noticia del Noviazgo, todo era más fácil. El fue acogido en casa, con mucho calor familiar y yo estaba como una reina en su hogar.
Hoy saldríamos juntos a casa de sus abuelos, que me querían conocer. A ellos jamás los había conocido ni cuando era amiga de Angelina. Empaqué en un bolso todo lo que necesitaba. Me quedaría en casa de sus padres, para partir temprano en avión.
Te vinieron a buscar-Exclamó Liam haciendo puchero.
Te voy a extrañar mi bebé, te quiero mucho, cuídate-... tu tía te ama mucho-Dije y besé su frente, él se acercó y me abrazó.
Adiós familia, los extrañare un montón-Dije y salí por la puerta sonriente
Allí estaba el auto de mi príncipe, abrió la puerta y tomó mi maleta para llevarla atrás. Nos fuimos a comprar unas cosas que necesitaba su madre. Cuando salimos del supermercado, tras eso nos trasladamos a su casa. Al entrar en la sala, nos encontramos a Aleix, un amigo de Ángel, Angelina y Lucí. La última corrió de inmediato a mí, mencionando: te extrañe mucho, tenias tiempo que no venias. Me dio un abrazo, juntas caminamos hasta el jardín donde había un área de parque de niños. Allí jugamos un rato, hasta que era la hora de almorzar. Todos hicimos oración y empezamos a comer. Angelina quería comprar su celular, ella quería que fuésemos juntas a comprarlo, quería salir conmigo.
Salimos juntas en el auto de Ángel, yo manejé. Al llegar al centro comercial, ella insistió desviándose del tema de la compra, como siempre lo hace cotidianamente, en comprar una prenda para ir a conocer a sus abuelos, compramos unos pantalones negros que le quedaban a ella y a mí también, una camisa que quedaba hermosa con el pantalón y no compramos zapatos, porque la logré desviar. Al llegar a la tienda de teléfonos, más confiable. Eligió uno de último modelo como siempre, felizmente nos fuimos a casa.
Llegamos justo a tiempo para la hora de cenar. Nos dimos una ducha, nos pusimos cómodas, pedimos que nos llevaran la comida a la habitación, porque hoy había maratón de The Walking Dead, esa serie nos encantaba. Al terminar de mirarla, antes de salir le mandé un mensaje a Ángel
Bebé, ¿Ya te dormiste?-Escribí y lo envié.
Fui al baño, a colocarme un poco de crema desmaquillante, cuando termine; vi mi celular y era un mensaje de él:
Cielo, ve al patio-- Coloqué el celular en la mesita de noche, me asomé por la ventana y ahí estaba él acostado en la grama con algo en sus manos.
Bajé descalza. Corrí hacia el patio lleno de grama, tenía un perrito pequeño de raza Golden, era de pelaje suave y poco peludo, al verme el perrito aulló un poco, pero vino a lamerme y olerme. Ángel, solo lo dejó tranquilo que me olfateara y luego lo tomó. Y dijo: Cielo, ya tenemos nuestro primer hijo, éste pequeño nació justamente el mismo día que nos hicimos novios, lo cuidaremos como lo hacemos con nosotros. –Nos dimos un beso casto y luego fuimos tomados de la mano hacia adentro, cada uno hacía su habitación
Al siguiente día, por algunos truenos fui despertada, me fui hacia el baño de Angelina, ella ya se encontraba duchándose, me empecé a arreglar, luego cuando ella salió me bañé y me vestí con lo que me había comprado mi amiga: unos pantalones negros pegados completamente, que hacían ver mi figura escultural, una camisa con detalles con un escote atrás y unos tacones altos en rojo, me ayudó a maquillarme y dejé mi cabello suelto. Nos aproximamos a bajar con nuestros bolsos, desayunamos en el comedor familiar con sus padres, hablamos un poco y sin extendernos mucho, nos aproximamos cada uno en su auto, Lucy decidió ir con nosotros, nuestro perrito también.
En unas tres horas, parando algunas veces, llegamos a donde sus abuelos, eran una señora y un señor muy inteligentes, de familias bastante humildes, hablamos un poco de su vida, luego fuimos al campo donde fabricaban hierro y plata para toda la ciudad, tenían solo una pequeña casita donde había solo las cosas necesarias para vivir, con eso eran felices. Ángel y yo, nos envolvimos en una burbuja romántica de besos y caricias, sin sobrepasarnos en donde nos sentíamos en felicidad absoluta. Así era nuestro amor, felicidad, inmensidad por doquier.
