Ella era una adolescente aficionada a las novelas románticas, con un poco de cliché, estaba enamorada en secreto del hermano de su mejor amiga. Él era un completo desconocido, sin embargo, lo que no se sabía era que cuando conectaban miradas, sus mu...
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XXIV- Capítulo Veinticuatro.- El lema de la vida
Han pasado cinco años- Caminábamos por la pradera con nuestros tres hijos, nuestro príncipe por nacer en solo semanas. Luego, de los mellizos logramos tener otra niña, que nació sanamente, todos estuvimos felices con la llegada de los pequeños, fueron consentidos por sus abuelos, y un año después, nació Gail nuestra segunda nena. Me encontraba recreando unas fotos con mis hijos, sobre el embarazo, mientras que celebrábamos, que éramos una familia completa y feliz.
Nuestro lema, era ser una familia amarnos, la alegría comenzaba y el amor nunca terminaba.
Mis hijos eran unos soles. Gail con tan solo, siete meses, era muy apegada a mí, mientras que Gael era el niño de su padre, y Gala era la princesita de mis ojos, no tenía una preferencia pero sin duda, eran las niñas lo mío, podía pasar toda mi vida, peinándoles, alimentándoles en mi pecho, aunque los mellizos duraron dos años sin interferencia, al comenzar el kínder se despegaron, mientras que Gail comenzó la guardería y seguía apegada a mí, sin interrupciones no nos despegábamos.
