Capítulo 10. Papá

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Adrien.

Noreen intenta abrir la puerta del dormitorio en el que me encuentro, más sin embargo, la llave no se lo permite.

Y como mi esposa es tan dulce y paciente, lo primero que hace al notar el impedimento entre ella y yo, es comenzar a gritar como loca y a exigir que le abra.

Convierto las manos en puños para evitar comenzar a gritar y a pedir explicaciones que sé que no dará, que tan sólo evitara y hará acusaciones que me sacaran de quicio.

Y no quiero tener que explotar.

— ¡Joder! ¡Adrien! ¡Abre la maldita puerta! — grita mientras golpea con fuerza todo lo que tiene adelante.

— Sólo quiero estar solo, Noreen, ¿Podrías dejar de ser tan... — ¿Cuál es la palabra? – Neurótica?

Joder.

Metí la jodida pata.

— ¡Bien! ¡No me hables! ¡No me busques! ¡Maldición! – se escucha el fuerte resonar de sus tacones en el piso de cerámico alejarse, pero antes de estar lo suficientemente lejos con para impedir que la escuche, grita: — ¡Muerete! ¡Muerete de una jodida vez! ¿Está bien? — y se va, cerrando la gran puerta principal de un portazo que logra estremecerme por completo.

Respiro profundo y una vez más calmado, llamo a Tikki, quien, supongo, también se debe encontrar más calmada en este momento.

— Hablemos, pero sin insultos ésta vez. ¿De acuerdo?

— De acuerdo. — Susurra el Kwami antes de sentarse sobre la cama y comenzar a hablar.

Marinette.

— ¿Cu-cuándo? — pregunto con un nudo en la garganta hacia Alya, quien habla a través del teléfono.

Mañana. Lamento mucho no habértelo dicho antes pero... No lo creí prudente. Estabas demasiado sensible y creí que te pondrías peor si te lo decía. Mañana por la mañana sale el vuelo y... Y aunque quisiera quedarme contigo y el pequeño Louis, ir a los Estados Unidos es una gran oportunidad para mí. Además... Sabes que Nino está allí. – habla de manera entusiasta, feliz.

Por fin ella será completamente feliz.

— Yo... Lo entiendo. Pero no olvides venir a despedirte antes de irte. ¿De acuerdo? Estaré aquí... Esperándote. Te quiero mucho. Sé feliz. Vive bien y no olvides comer. — hablo luchando contra las ganas de llorar.

— Oh, comer. ¿Qué era eso? ¿Para qué servía?  — se burla intentando aligerar el ambiente.

Sé que también quiere llorar, pero Alya no es de las que lloran frente a alguien... Mucho menos frente a alguien como yo. Que llora si ve o escucha a alguien más llorando.

— Te Quiero. — susurro, Quizás no sea la despedida oficial, pero por ahí oí que a las despedidas hay que hacerlas con tiempo por que cuando llega el momento, ya es tarde y los minutos se esfuman más rápido que los segundos.

– Yo igual... – y allí finaliza la llamada. 

Y a pesar de que me duela el alma, me siento bien.

Por que sé que ella será feliz.

Quizás más feliz que yo.

Adrien.

— Esa noche antes de que tu llegaras, ella me comentó entre rebosada alegría que por fin se declararía, que por fin estaba segura de sus sentimientos.
Me dijo que te Amaba, que estaría dispuesta a cualquier cosa por ti... Incluso a entregarse a sí misma.

Por alguna razón, mis mejillas se tornan de un rojo carmesí al recordar aquella noche, y mucho mas al oír a la pequeña Kwami hablar de eso mismo con total libertad y sin sentirse cohibida o avergonzada en lo más mínimo.

— Pero todo cambió cuando no regresaste... — la punzada vuelve, pero ésta vez más fuerte y acompañada de una imagen mental de Marinette, con sus grandes ojos azules y mejillas rojas por la Timidez, la culpa vuelve a clavarse en mi pecho al igual que la tristeza y melancolía. —  Se sintió usada, Chat.

— ¡Te juro que esa jamás fue mi intención! ¡Yo jamás quise lastimarla! Yo... Yo sí la quería sólo que... Que en ese entonces era un adolescente hormonal que la mayoría de veces no sabía lo que quería, estaba obsesionado con Ladybug, para mí ella era la única mujer para mí, la única que podía estar en mi corazón. Me centré tanto en mis sentimientos por ella que... Que no le di lugar a los sentimientos que tenía hacia Marinette. Y no sabes cuánto me arrepiento.

— Creo que ya sabes que Marinette siempre fue Ladybug. ¿O no?

— Espera... ¿Marinette era...?

— Uhy, yo me di cuenta la primera vez que la vi... — habla Plagg. Burlándose de mí y mi situación.

— Entonces... ¿Noreen es...?

— Joder, tipo duro...

— Ella llegó poco antes de que Marinette desapareciera, encontró los miraculous en el cajón de Marinette y aprovechó la información sobre que tu estabas enamorado de Ladybug para poder estar contigo. Se hizo pasar por ella sólo delante de ti, y bueno, creo que al final consiguió lo que quería. Se casaron, ¿No es así?

Asiento con la cabeza cual niño regañado sintiéndose culpable de lo que hizo.

Definitivamente soy Idiota.

— Pero... ¿Por qué se fue? ¿Con quién? ¿Y sin avisar? – cuestiono cada vez más preocupado.

— Chat... Digo, Adrien, creo que ya es hora que sepas cuál fue el resultado de aquella última noche que pasaron juntos... Marinette se fue por que... — Tikki respira hondo, cerrando los ojos con fuerza. — Se fue por que estaba embarazada.

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OMO.

¡Por fin!

Les dije que se pondría bueno...

Okey, creo que con dos o tres capítulos más se termina el maratón.

Pero estoy muy feliz de saber que les está gustando.

Saranghae Chingus!

No lo sabrá Jamás (Marichat, Adrinette) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora