Capítulo 23. Madre

7.1K 452 21
                                    

Ladybug

Todo se hace confuso en el momento en el que oigo a Chat Noir decir aquella palabra... ¿Ella es...? ¿En verdad ella es su...? No lo puedo creer, a pesar de que jamás la he visto además de en las fotos familiares que había colgadas en la pared de la mansión Agreste, ni sé mucho de ella además de todas aquellas veces en la que Chat me habló de ella cuando pasábamos la noche en mi cuarto hablando de todo lo que nos preocupaba, recuerdo que Adrien me dijo una vez que no sabía nada del paradero de su madre, ni por qué se había ido aquel día sin siquiera decir nada. Entonces... ¿Por qué aparecía justo ahora? ¿Y Después de tanto tiempo fuera? Tanto tiempo lejos de su hijo... ¿Quién hace eso?

Al ver el rostro perplejo de Chat, y antes de que piense en hacer alguna locura, me apresuro a tomar por la cintura a la señora y alzarme a vuelo con el Yo-yo. Creo que, si esta mujer fuese o no su madre, él debería de recordar que aún se encuentra como Chat Noir y cualquier palabra o acción fuera de lugar podría revelar su identidad.

Cuando estoy segura de que me encuentro lo más lejos posible de Adrien y que éste no nos ha seguido, me acerco al suelo y dejo a la señora con sumo cuidado. Le sonrío con cortesía, demostrando así mi despedida, sin embargo, apenas me doy la vuelta, el llanto incesante de la mujer hace que voltee nuevamente para encontrarla tirada de rodillas y sollozando a más no poder. Algo en mi corazón se mueve al imaginar por qué se encuentra de ese modo tan lamentable. Rodeo el cuerpo de la señora hasta quedar frente a frente y me coloco de rodillas igual que ella. Al conseguir su atención, vuelvo a sonreír de manera consoladora, intentando así hacerle saber que todo estará bien. Pero sus ojos me contradicen.

—¿Está usted bien? - pregunto de manera inútil, es obvio que ella no se encuentra nada bien. —¿Puedo saber qué le sucede?

—Sé que me equivoqué, - comienza con voz levemente temblorosa -Sé que hice mal al dejarlo, que cometí cientos de errores, que fui una persona terrible, y creo que me lo merezco pero... ¡Esto duele tanto! Él mismo me llamó para decirme que no quiere saber nada de mí. ¿Qué puedo hacer en una situación como ésta? Él era la única razón por la que seguía con vida, pero ahora... Ahora ya no hay nada. Mi hijo... Mi pequeño osito... Ya no...— y el llanto vuelve a sucumbir su cuerpo.

Mucho de lo que ella acaba de decir logra que mi cerebro se ponga a atar cabos y a pensar que quizá, esa mujer que tengo delante de mí llorando y lamentando su existencia, sí sea la madre de Adrien.

—¿Pu-puedo... Puedo saber cuál es el nombre de su hijo? - cuestiono, lista para cualquiera que se la respuesta.

—Usted... ¿Conoce al modelo Adrien Agreste?

Y esa respuesta hace que todo lo que mi cuerpo estaba haciendo de pronto se detenga y se dedique por completo a procesar lo que ella acaba de decir. En verdad es su madre.

No lo puedo creer.

Chat Noir

No. No es posible.

Ella no puede ser... ¿Qué está haciendo de vuelta en París? ¿Por qué regresó de pronto? ¿Ella... Ella en verdad es mi madre?

Luego de unos minutos en los que pienso en cómo quitarme las dudas de la cabeza, decido por preguntarle a la persona que sin duda alguna está enterada de todo. Mi padre.

Con ayuda del bastón me impulso hacia arriba de los tejados y me apresuro a correr hasta mi casa, donde de seguro se encuentra mi padre. Una vez que estoy cerca, salto hasta el suelo y quito mi transformación escondido detrás de una pared. Y, calmando aquella vocecita que me dice que estoy buscando respuestas en el lugar equivocado, abro la gran puerta de entrada. Todo se encuentra silencioso por que no hay nadie del servicio hoy, ya que que mi padre odia tener a personas desconocidas merodeando por la casa.

No lo sabrá Jamás (Marichat, Adrinette) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora